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Al día siguiente me desperté con la alarma del celular y tenía una resaca de los mil demonios. La cabeza me daba vueltas y eso no mejoró al recordar la pesadilla. La cubeta tenía el hielo derretido y la botella de whisky tirada junto a mis zapatos. Seguía sin entender a qué se refería mi sueño ¿acaso era capaz de matar a alguien? No, no estaba dentro de mí esa posibilidad. Me levanté para ducharme y así ir a clases. Felizmente ya era viernes y tenía el fin de semana para relajarme. Debía poner todo en orden para afrontar los siguientes días sin Criseli.

No sé si la vida sería la misma sin ella.

Cuatro meses después desde que me dejó, me escribió para saber cómo estaba. Según ella, trabajaba de niñera cama adentro y había juntado suficiente dinero para poder volver a estudiar psicología en la Universidad Femenina Sagrado Corazón de Jesús en Surco. De mi parte lo vi muy pomposo, pero al fin y al cabo era su plata por lo cual ella sabía muy bien dónde la invertía. También me comentó que pronto se mudaría a un nuevo departamento con su mamá porque el que tenían era muy chico. Solo le respondí que le fuera muy bien y que se cuide. No quise escribirle nada más. Mi orgullo no me lo permitía y estaba por demás que le demostrara algo más cuando no quería.

Durante la primera quincena de diciembre 2015 y luego de un agitado año escolar, Criseli, volvió a escribirme para decirme que había dejado nuevamente sus estudios por dinero, que vivía en Miraflores cerca a una cuadra del hospital Larco Herrera y que ahora se hacía cargo por tiempo completo del hijo del susodicho ese para el que trabajaba.

-Un momento-le respondí extrañado-, ¿dejas de estudiar porque ahora es más importante el hijo de tu patrón?

-No es como lo dices, Will, el niño me llama mamá y yo lo considero mi hijo aunque no lo es. Y sí, debo cuidarlo porque Luis es viudo y no tiene con quién dejar a Mateo.

-O sea, ya te acuestas con tu patrón-los celos y la cólera me encendieron la cabeza.

-No quería decirte nada pero sí, Luis y yo ya somos pareja aunque ahora estemos un poco distanciados. No sé, creo que me saca la vuelta.

-Por tarada, de repente.

-Oye, no es para que me insultes.

-Sabes, Criseli, evita escribirme. Realmente ya no quiero saber nada de ti. Me importa un reverendo rábano si te saca la vuelta, o si te ama, o si tú estás bien o no.

-¿En serio me dices todo eso? ¿Y así dices amarme?

Golpe directo al corazón y al mentón.

-No, no te amo. Perdí mi tiempo contigo. Eres una regalada y acomodada. Sabes interpretar muy bien tu papel de pobrecita y afligida y solo eres una oportunista. Fui un imbécil al darte alojo, al darte todo lo que tú querías. Adiós y no vuelvas a escribirme.

Las palabras me salieron tan naturales que yo mismo ni me lo creía. Procedí a bloquear su número y de esa manera no tendría por qué saber más de ella. Criseli ya estaba muerta para mí y así debía quedar. Solo era un mal recuerdo y no debía afectarme.

Pero sí pasó.

Una vez que la eliminé de mis contactos me eché a llorar de rabia y de frustración. Ella había jugado conmigo. Se había aprovechado de lo mucho que la amaba y por eso me maldecía. Fui un total idiota que se dejó llevar por una mujer que nunca me había amado y que yo me creé una fantasía que terminaba en un "felices para siempre" con hijo en medio de nosotros. Pero no. La muy puta me dejó por alguien más. Alguien de quien solo sabía que se llamaba Luis. Maldito seas. Me quitaste a la única mujer a la que había amado de verdad. A la única chica que compartía todo y entendía mi inmadurez. Me quitaste a mi Pequeñita. Maldito seas, Luis, maldito seas.

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⏰ Última actualización: Jan 19, 2022 ⏰

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