dodici

11.3K 2.1K 807
                                    

Jungkook se sentía como si estuviera en el

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jungkook se sentía como si estuviera en el... mar.

Irónicamente, ha visto esa masa de agua una vez en su vida, pero los ríos son sus amigos, aunque estos sean más caudalosos.

Así que no sabría explicarlo y tampoco es como si quisiera intentarlo, sólo estaba consciente que sus labios mostraban una sonrisa más que unos meses atrás. Sus manos picaban por tocar al castaño, pero debía contenerse en lugares que no sean el despacho del mismo, puesto a que las visitas al establo a esas alturas desaparecieron por la presencia de su pupilo.

Hoseok pasaba allí tanto tiempo que hasta ya parecía ser su propia casa. La mayoría del tiempo jugaba en el columpio, estudiaba cualquier libro que se le pusiera al frente con suma concentración – a excepción de la medicina –, mismos que ha comprado en la librería del pueblo con el dinero que le sigue robando a su padre. Jugaba con Carina y ayudaba al mantenimiento de Stella, algunas veces se la ha llevado para pasear por los grandes campos que les rodeaban.

Limpiaba los utensilios del pintor cuando hacía algún trabajo, incluso si le aclaró que no era necesario, el rubio quería. Barría, lavaba los platos y también quiso preparar comida, pero eso no se le dio muy bien al casi incendiar todo el establo, hacía la labor de las sirvientas de casa con mucha dificultad, pero estaba decidido a aprenderlas para su propio beneficio.

Él también quería huir de su padre, se volvería independiente y su mayor influencia era Jungkook, aunque aún tenía dudas sobre él, mismas que intentará descifrar después.

Algunos días terminaba tan cansado que dormía en cualquier lado, el pelinegro puede afirmar que varias veces lo encontró en las raíces de un árbol mientras descansaba, por lo que optó en invertir en una cama de madera, misma posteriormente cubrió con muchas sábanas de lino junto a una almohada llena de plumas y algodón, era la primera que tenía en mucho tiempo.

Nunca se preocupó por donde dormía al igual que Jin, le enseñó que podía encontrar comodidad en el suelo, aunque siempre sufrieron en las temporadas de más frío, no lo vieron como algo malo, al menos no los primeros meses de su llegada.

Lo único que podría extrañar de Roma, sería su cama, aquella que tenía el relleno de terciopelo y seda.

—Maestro Kook — le llamó el menor, su nariz se veía un poco roja por el polvo a su alrededor al limpiar con un trapo húmedo unas pinturas —. ¿Desde cuándo no pinta?

El mayor también contribuía a la tarea con el rostro sonrojado al descubierto, tenía un poco de vergüenza de ver su desastre, no era una persona muy limpia y ordenada.

—Sin contar las muestras para tus clases y el trabajo en la residencia Marcini... — pensó por un momento e hizo cuentas — Seis meses o menos.

—Eso es mucho — comentó con desdén y, ahora que lo piensa, sí es demasiado tiempo como se lo imaginó —. ¿Y por qué no quitó, al menos, las telarañas? ¿Se le iban a caer las manos o qué?

Bella Mujer. | kth | jjk |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora