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El arrepentimiento llegó después del placer

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El arrepentimiento llegó después del placer.

Tienes que arrepentirte o Dios te castigará.

—¿Maestro Notte?

Hoseok miró al nombrado con un poco de temor, dejó los pinceles que ocupaba al igual que la paleta llena de pintura que sostenía con su mano izquierda.

Vio al animal que se encontraba frente a ellos como modelo para ser plasmado en un lienzo. La gallina más que pequeña y querida como su nombre se lo atribuía, de plumas cafés y cresta pequeña, había hecho bien su trabajo de quedarse quieta mientras la dibujaba a cambio de algunos granos de maíz.

El rubio dio cortos pasos hacia el mayor, con la intención de tocar su hombro, pero se detuvo al instante en el que pensó en la posibilidad de arruinar lo que estaba haciendo. Hace unos minutos se había quedado completamente callado y con la mirada en sus manos, desde que llegó había notado el aura extraña en la que estaba sumergido el contrario.

Dudaba si era su maestro, puesto a que está cubierto por telas y telas que sólo permitían ver sus ojos al descubierto, su velo parecía estar ajustado y un poco más grande, desde las terminaciones de su cuello hasta cubrir por completo sus hombros y espalda alta. No como las anteriores veces en las que se dejaba la prenda mal amarrada, como si su intención fuera que se notaran pocas cosas de él.

A veces solía mostrar sus cejas y cabello, podía ver sus mejillas cada vez que sonreía o hablaba referente al arte que empezaba a amar en secreto, como todo buen mozo que quiere ir en contra de todo lo que su padre opina lo que es bueno para él.

Pero ahora no hacía más que esconderse de la luz solar.

Incluso sus manos estaban cubiertas por un par de guantes de cuero, distintos a los cuales estaba acostumbrado, mismos que se sacaba antes de pintar por la incomodidad que había dicho que le generaba.

Las cicatrices en su piel no eran algo que le debería de importar, aunque admite haberse preocupado por el hombre, nunca tocó el tema, está queriendo aprender a hablar con un poco más de sutileza ante el temor de causar molestia en los demás, sobre todo en Notte.

Porque el mayor se veía roto y él no quería ser alguien que contribuya a su destrucción.

Detuvo su caminar cuando se encontró frente a él, el cacareo de la gallina y el aleteo de la misma le indicó que se había bajado del banco donde la pusieron. Abría y cerraba la boca sin saber qué decir o cómo actuar, fastidiando de cierta manera la impotencia que sentía.

—Trae a Carina.

Su voz grave provocó un escalofrío en todo su cuerpo, buscó nuevamente su mirada, la cual encontró con más facilidad después de que el pelinegro detuviera sus movimientos.

—Maestro...

Le fue inevitable no sonreír, aunque rápidamente cubrió su rostro con su palma. La forma extraña en la que las comisuras de sus labios se alzaban siempre le causó gran complejo en su persona, por ello su alrededor lo veía como alguien malhumorado y su poco tacto al hablar no ayudaba en nada.

Bella Mujer. | kth | jjk |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora