Chi è quella bella donna? | ❝¿Quién es esa bella mujer?❞
El amor es engañoso, fantasioso y manipulador.
En un pequeño establo de madera en pueblo de la ciudad de Firenze, un hombre el cual oculta su rostro bajo un velo, es conocido por retratar la b...
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—¿Crees que debería irme o no?
Jungkook reposaba su rostro en su palma, detrás del mostrador de la tienda de Namjoon, mientras jugaba con la flauta de madera entre sus labios, soplando con desdén sin llegar a hacer una nota en concreto.
—No voy a estar diciéndote qué hacer o no.
Sus ojos estaban puestos en los cortos versos que su mayor le había entregado ese día, una corta canción sobre la luna y las estrellas, la cual hablaron una de las últimas veces que se vieron. Ahora que la leía con más detenimiento, amaba cada vez más cómo su mayor plasmó la historia que creó en un par de versos cortos, misma en la que él era la luna y, la persona de la cual su presencia fue frágil, Taehyung.
—Supongo que me estoy convirtiendo en un adulto.
— Ya lo eres, Notte.
Adulto, esa palabra había pasado de una pesadilla a la realidad.
No logra asimilar que el tiempo parecía correr a su lado, dejándolo muy detrás hasta la línea de final y de llegada. Siempre una mueca se posaba en su rostro cuando cae en cuenta que, en menos de dos meses, su edad sumaría un número más, teniendo que contestar con un veintiocho cada vez que le pregunten cuántos años tiene.
Qué horror.
El pintor soltó una pequeña maldición, para después meter el instrumento dentro de una bolsa de tela que el contrario le dio, también el papel donde la canción estaba escrita y un grueso libro que Nam estuvo viendo con curiosidad desde que llegó a su tienda.
—¿Qué traes ahí? — preguntó, extendiendo su mano para ver el objeto, mismo que obtuvo en la palma de su mano casi de inmediato.
—Un vocabulario, tengo que estudiarlo.
No quería irse de Firenze con las manos vacías si es que quería terminar nuevamente a cómo llegó allí, no volvería a pasar tanta hambre ni frío, por lo que cada florín que ganaba, iba directo a una vasija de barro donde guardaría todo el dinero posible, para así poder marcharse sin ninguna preocupación.
Taehyung le entregó un par de cientos hace algunos días, con lo que pudo comprar a Stella, quien aguardaba por él en la calle, y un poco de comida para un par de semanas. Aun así, todavía necesitaba un carruaje donde se transportará y una reserva más de alimentos que no sabe hasta cuándo deben de durar, puesto a que ni siquiera ha decidido cuál será su destino.
Las cosas seguían complicadas con él.
—¿Te irás?
Soledad, ya se había hablado de ella.
Taehyung la consideraba como una enemiga, aunque siempre le estuvo acompañando desde que tiene memoria. En su habitación, pensamientos, comidas, trabajo y cualquier otra cosa que podría imaginarse, obligándolo a reservarse más de lo que quería, callando su boca incluso si algo le molestaba.
