Tras el Festival

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Era un día muy especial en Hogwarts, pues se estaba celebrando un enorme festival con juegos, baile, duelo, comida y mucha diversión para todos los estudiantes. Gilderoy Lockhart había vuelto a aparecer y amenazaba con atentar contra la diversión del festival con su enorme y aplastante ego.

Afortunadamente, Aditi Moore le había vencido en un duelo, del que salió tan humillado que no volvió a poner un pie dentro del campo de quidditch donde se estaba celebrando el festival. Y dicha victoria le había conseguido a ella y a Talbott los votos de casi todo el alumnado a su favor para ser embajadores del festival... significara lo que significara eso.

Tras ser coronados como embajadores del festival habían salido volando en escoba desde el campo de Quidditch. En la euforia del momento solo volaron tan lejos como pudieron hasta que, sin darse cuenta, estaban sobre una de las pequeñas colinas repletas de pasto que rodeaba Hogwarts, y desde la que veían desde lo alto el castillo y el campo de Quidditch en todo su esplendor.

Se habían sentado espalda con espalda y ya se encontraban más cómodos. Ella se había retirado la chaqueta de cuero negro y él había dejado de lado la corona de flores que les dieron por ser embajadores.

Miraban el hermoso cielo sin nubes, en el que misteriosamente había aparecido un arcoíris majestuoso coronando al sol. El viento en las alturas les hacía cosquillas en las mejillas y les revolvía el cabello, invadiéndolos con una grata sensación de bienestar.

-Vaya festival, ¿eh?- Comenzó a hablar Aditi sin quitarle la vista de encima al cielo azul. -Jamás pensé que llegaríamos a ser embajadores.

-¿Qué se supone que tenemos que hacer como embajadores?

-Ni idea...

Los dos siguieron contemplando el inmenso azul sobre sus cabezas, sin reparar mucho en lo que les traería el futuro.

De pronto Aditi se levantó y se dirigió al borde del precipicio, donde extendió los brazos todo lo que pudo como si fueran alas.

-Estar aquí se siente como... volar.

-¿En serio?

-Claro. Ven conmigo.

Talbott la siguió e imitó. El viento era más fuerte al borde del precipicio y les movía en todas direcciones la ropa y el cabello.

-Hmmmm- Dijo Talbott cerrando los ojos. – Es algo similar a volar en escoba pero nada se compara a volar con tus propias alas.

–Uff, yo prefiero por mucho la escoba. Aún me cuesta transformarme en animago, y cuando lo hago todo el mundo me mira.

–Es que un águila negra volando en el día no es precisamente discreta.

–No es como si uno pudiera decidir qué animago ser...

–En eso tienes razón, uno nunca sabe qué será hasta convertirse. De niño pensaba que yo sería un cisne, como mi mamá. Pero ya ves... incluso entre familia nadie se convierte en lo mismo.

-¿Entonces en qué se basa el animal en el que te conviertes?

-Nadie lo sabe. Yo tengo la teoría de que probablemente tiene que ver con la personalidad de cada quien.

–Eso quiere decir que entonces tú y yo nos parecemos más de lo que crees.

-No me molesta parecerme a una persona tan increíble como tú.- Talbott la abrazó desde la espalda y pegó su cabeza a la de ella.

-Increíble dices...

-Sí, eso dije.

-Eres un cielo.- Aditi le dio un beso en la mejilla. -Si ese fuera el caso... ¿En qué animal te imaginas que se convertiría Penny?

Together we fly (TALBOTT WINGER X MC FANFIC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora