Together we fly (TALBOTT WINGER X MC FANFIC)

Tras la maldición del collar de abeja

Capítulo muy cortito, la MOTL del collar de abeja no me gustó pero no quería dejarla fuera de la historia ^^

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—¡Con permiso! ¡Perdón! ¡Lo siento! ¡Con permiso!— Vociferaba Aditi mientras corría a lo largo de los pasillos de Hogwarts para llegar a la enfermería, llenando a los demás transéutes del lugar de codazos, empujones y pequeños golpes con el hombro al irse abriendo paso entre ellos con toda la rapidez que podía.

Habían pasado algunos días desde aquél fatídico pre-San Valentín en el que Penny había insistido en cambiar tarjetas con frases bobaliconas y dibujos de abejitas; fue el mismo pre-San Valentín en el que se dio una pequeña escapada con Talbott a "Las tres escobas" y por obra de una mala jugada del destino, había encontrado un collar con un dije de abeja y de algún modo había convencido a su usualmente huraño novio de colgarse aquella cosa al cuello. La mala suerte dictó que el dije estaba embrujado; y ahora Talbott había caído en un profundo sueño del que nadie había conseguido despertarle. Aditi había permanecido velando su sueño el mayor tiempo que le era posible, tal como él lo había hecho con ella las veces en el pasado en las que se había encontrado herida. Deseó todos y cada uno de los días anteriores que en cualquier momento terminara la maldición y Talbott recuperase la conciencia; plegaria que no veía realizada.

Hasta hoy.

Casi sintió como empezaba a flotar de felicidad en el momento en el que recibió la noticia de una Penny con la respiración muy agitada, el cabello alborotado y las mejillas rojas; y fue cuando decidió correr a verlo por ella misma, llena de emoción. Sentía el impulso de sacudir y luego lanzar a la gente por el pasillo, escalar por las paredes hasta llegar a la parte más alta del castillo y ponerse a gritar a los cuatro vientos lo dichosa que le hacía sentir la noticia. En vez de eso, aceleró aún más el paso y escondió las manos en la túnica para ocultar cuán sudorosas estaban antes de llegar a su destino.

Una vez en la puerta de la enfermería se encontró con Madame Pomfrey; que a juzgar por su expresión, ya estaba bastante acostumbrada a que tanto ella como Talbott fueran visitantes asiduos a su lugar de trabajo. Lanzó un sonoro suspiro y agitó suavemente la cabeza al reconocer a la chica recién llegada.

—Está en la última camilla. ¡Nada de ruido! Tengo otros pacientes que necesitan descanso.— Abrió la puerta para dejar pasar a Aditi y dio por zanjado el asunto.

Aditi por su parte corrió con toda la euforia posible hasta la última camilla, donde encontró a aquél que tanto deseaba ver, y arrastró consigo uno de los pequeños biombos de la enfermería para tener una conversación un poco más privada y no perturbar tanto al resto de los pacientes.

Una vez acomodado el biombo, se lanzó a los brazos del chico postrado en la camilla con tanta energía que le sacó el aire junto con una pequeña risa ahogada. Tras un beso y un abrazo de bienvenida, Talbott articuló unas palabras.

—Soy terrible en las citas, ¿cierto?

—Claro que no. ¿Cómo ibas tú a saber que esa cosa estaba hechizada?

—Mmmmm, a decir verdad y ahora después de todo lo que pasó, era un tanto obvio que algo no estaba bien con ese colgante.— Talbott se incorporó suavemente y estiró sin prisa todas sus extremidades, luego su atención fue a parar en la mesita de noche repleta a rebosar de tarjetas, flores y regalos.— ¿Has traído todo eso tú?