JiMin había dormido profundamente por alrededor de 12 horas, un poco más tal vez, haber presenciar aquel enfrentamiento entre Agust D y los vampiros que habían asistido al concierto para asesinarle, además de ser testigo de cómo aquel extraño y desconocido ser se lo había llevado consigo, le había provocado un ataque de pánico que lo había dejado exhausto, se había desmayado después de intentar inútilmente de salvar a YoonGi de las garras de aquel hematófago, había forcejeado con el vampiro que le sostenía, había gritado y peleado desmayándose minutos después. Ahora, se removía con suavidad en una cama que no era la suya, había recompuesto sus fuerzas y sus ojos se abrían lentamente mirando todo borroso, frunció el ceño irguiéndose suavemente y levantando la mano para frotarse ambos ojos con el dorso y así limpiar su mirada, observó todo a su alrededor, notando de inmediato que aquella habitación no era la suya, pero extrañamente no se sentía asustado, al contrario, le parecía demasiado familiar.
Inspeccionó cada detalle de aquella recamara encontrando muchísimos juguetes que se repartían por los diversos muebles y rincones alrededor, muñecas, muñecos, títeres, peluches, juguetes de cuerda y animales de felpa, todo tan bien ordenado y bastante viejo a la simple vista, sin embargo no parecían sucios, nada en la habitación lo parecía en realidad, a pesar que en sí, todo lo que había allí era muy antiguo, se puso de pie con sumo cuidado pues se sentía ligeramente mareado por dormir tanto, frotó su cabello con los dedos desordenando sus rizos rubios, miró hacía el ventanal que se encontraba abierto, notando a través de la ondeante cortina que era de noche, descalzo caminó por la habitación, mirando todo a su alrededor más de cerca y más detalladamente, encontrando en su inspección, la puerta de la habitación.
Era demasiado extraño, todo allí le resultaba muy familiar, los juguetes, los muebles, la puerta y ahora ese pasillo afuera de la habitación por el cual andaba con sigilo pues, a pesar de seguir sin sentir miedo, no sabía realmente donde estaba, acomodó inconscientemente su blanca pijama, la cual no había notado hasta ese momento que la portaba, tratando de recordar en qué momento se había cambiado y de donde había sacado la prenda, obviamente no podría recordarlo, todo estaba tan difuso en su mente.
En su andar halló una puerta grande, al ver todo en entero silencio y quietud decidió salir, encontrándose ahora en un gran patio, lleno de exóticas flores y plantas y entonces todo llegó de golpe a él, reconociendo aquel lugar, tan exacto y tan vivido como en sus sueños, era aquel lugar que siempre soñaba, aquel donde la extraña y familiar voz le guiaba, sintió una emoción cálida e inmediata y sin dudar avanzó, por todo el lugar hasta llegar a aquel árbol genealógico que sobresalía en relieve del muro.
<<Todos estos años espere que este lugar fuera real, por primera vez en mi vida me siento como en casa, es extraño que este viaje me haya traído hasta aquí, a este lugar que mis sueños siempre persiguieron.>>
Estando frente a aquel árbol, su corazón palpitó furiosamente sintiendo una adrenalina y una nostalgia al mismo tiempo, incrédulo de al fin tener frente a él aquel lugar, todos aquellos recuerdos llegaron a su memoria ipso facto.
“Sangras tío Jinnie…”
“Debes estar con los tuyos, siempre estaré cuidando de ti.”
“Quiero quedarme contigo para siempre tío Jin…”-Para siempre es demasiado tiempo…
De repente una voz interrumpió sus recuerdos, como si hubiese estado presente en ellos respondiendo a su petición que en su inocencia infantil formulaba para su tío, sorprendido, JiMin se dio la vuelta en busca del dueño de aquella voz, divisando en un rincón aquel hombre que lentamente se acercaba a él.
- ¿Tío Jinnie? - Susurró desconcertado y anonadado caminando a su encuentro, Jin esbozó una ligera sonrisa con sus abultados labios, sin embargo, en sus ojos se podía leer la angustia. Los ojos de JiMin resplandecían de emoción, sin dudar, al tenerlo de frente, se abrazó a él recostando su cabeza en el pecho de su tío, quien le arropo en sus brazos acariciando con suavidad sus rubios rizos. – No has envejecido, no has cambiado nada. – Murmuró percibiendo segundos después la gélida sensación de la piel de su tío, se separó suavemente mirándole a los ojos comprendiendo todo de inmediato y Jin lo supo.
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Agust D. El Vampiro.
FanfictionA todo vampiro le llega el momento en que la idea de la eternidad se convierte momentáneamente insoportable viviendo en las sombras, alimentándose en la oscuridad sin más compañía que él mismo, se pudre en una existencia vacía y solitaria, la inmort...