Capitulo VI

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<<Las caras de mis victimas me persiguieron recordándome mi destino, toqué días y noches enteros, furioso por no poder participar nunca más de los goces del mundo, pero fui  hecho para un propósito mayor.>>

Siete dolorosas noches habían transcurrido desde que YoonGi había visto arder en llamas aquella humanidad y fragilidad que ahora le eran negadas, había sido lamentable para él reconocer que todos aquellos placeres humanos ya no estaban a su disposición, que en cambio, ahora debía esconderse de aquellos de los que alguna vez recibió amor y adoración, ya no era más un humano y como vampiro no le estaba permitido gozar de ningún reconocimiento, ya no existía para el mundo y para él ya no había más motivación, su orgullo estaba herido.

Se había limitado a salir de aquel castillo solo para alimentarse sin ninguna pasión o anhelo más, su música, aquella que brotaba del glorioso violín de aquella hermosa mujer a la cual había asesinado, era el único consuelo para los pocos vestigios que quedaban de su perdida alma, cada minuto de la noche antes del crepúsculo, tocaba melodías oscuras y lamentos para poder apaciguar la amargura, como una terapia o un ritual, consiguiendo nada más que sumergirse en su doloroso fondo hasta que  una de aquellas tantas noches algo diferente sucedió.

Los agiles y largos dedos acariciaban las cuerdas dándole un sonido diferente a cada arpegio,   con una cadencia elegante y una técnica magistral, YoonGi ejecutaba una oscura armonía, sus ojos cerrados y su alma agonizante dictaban el transcurso de la pieza mientras al arco rasgaba las cuerdas hasta que este, de la nada, salió volando de la mano pálida del vampiro haciéndolo salir desconcertado de su sopor, los ojos gatunos de Agust se abrieron mirando hacia donde su instrumento había volado, en otras circunstancias habría sentido un profundo temor  por este hecho, pero el miedo era un privilegio humano, él ya no lo experimentaba más, por ello, solo pudo mirar con extrañeza hacía aquel rincón detrás de un lujoso pero antiguo mueble de caoba que soportaba varios libros y manuscritos a medio leer.

Sin tardar se aproximo al mueble moviéndolo sin problema alguno encontrando su arco, se inclinó para poder recogerlo pero un extraño símbolo en forma de ojo  se encontraba sobresaliendo en  relieve sobre el suelo, llamó su atención, lo miró con interés y con la curiosidad que le caracterizaba, instintivamente paso sus yemas por él y aquello botó un seguro  formando una manija, de manera natural YoonGi la tomó entre sus dedos girándola, haciendo así que una puerta tras suyo se abriera, sorprendido por el sonido pesado del concreto arrastrándose, se viró a sus espaldas mirando aquella compuerta deslizarse de la pared,  se extrañó aún más, todo aquello era tan misterioso y enigmático que no dudo en acercarse a aquella oscura entrada asomándose dentro del lugar.

-¿HoSeok?

Fue lo primero que formuló pues esperaba que dentro de aquel insólito sitio se encontrara su mentor pero no obtuvo respuesta, empuñando bien su arco y violín, se adentró a aquel pasadizo que parecía ser más grande de lo que aparentaba.

El eco del sonido de sus pasos rebotaba por las paredes armonizando su caminó, YoonGi miraba expectante cada detalle del lugar, las paredes descuidadas, los escalones que parecían ir en espiral hacía abajo, la oscuridad que rodeaba todo y un ligero aroma a humedad, Yoon avanzaba curioso sin temor alguno esperando encontrar algo que explicara el motivo de tan misterioso lugar, repentinamente de las paredes brotaron antorchas encendidas que alumbraban su camino conforme avanzaba, aquello provocaba su ligera sorpresa más sin embargo no había temor en su interior, solo una enorme sed de conocimiento.

-¿HoSeok?

Esta vez le llamó con más fuerza comenzando a tener  precaución en su andar, a estás alturas no tener respuesta de su sire era extraño y una clara señal de que aquello no era un simple conjunto de escaleras y paredes ardientes, bajó el ultimo escalón hasta encontrarse  frente a una enorme puerta con una gruesa tabla de madera obstruyéndola, era notorio el hecho que no querían que fuese abierta, YoonGi la observó dudoso pensando en la manera de entrar a aquello que escondía detrás cuando varias antorchas comenzaron a prenderse una tras otra en las paredes alumbrando todo el lugar, YoonGi se alertó por el repentino fenómeno y sin previo aviso el gran trozo de madera que aseguraba la puerta se rompió convirtiéndose en polvo en segundos siendo seguido por la apertura del portón dando entrada a un extraño sitio, los ojos de YoonGi se abrieron al máximo observando incrédulo todo aquello, se quedó quieto por un momento mirando todo a su alrededor, parecía estar frente a una cámara o bóveda pero estaba muy equivocado en sus suposiciones.

Agust D. El Vampiro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora