Capítulo V

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<< Impresioné a mi creador por mi sed por las cosas, se preparó para educarme en lo desconocido, me enseñó todo sobre el mundo, su historia secreta y también sobre mí.>>

-Suficiente hijo mío. - Murmuró HoSeok con una calma imperturbable mientras observaba y evaluaba cómo YoonGi bebía la sangre de un hombre estando escondidos detrás de una pequeña barca varada a las orillas del mar mediterráneo, al escucharle, el nuevo vampiro se separó tomando aire debido a que dejaba de respirar cuando se alimentaba del néctar escarlata, respiraba un tanto sofocado tratando de recobrar el aliento, miró a HoSeok provocándole una risa suave, parecida al de un padre cuando su pequeño hijo sostiene el biberón por sí mismo. - Cuando te alimentas debes apartarte en el momento de la muerte, jamás debes tomar la última gota o esta te afectará y morirás.

HoSeok hablaba como un maestro enseñando a su joven aprendiz, y bueno, prácticamente eso era lo que estaba sucediendo, YoonGi le escuchaba atento aprendiendo de sus palabras, en cuanto escuchó aquella última advertencia arrojó al suelo el cuerpo inerte de su víctima, la miró esperando las observaciones de HoSeok el cual, mientras tarareaba una melodía, rodeaba el cadáver en el suelo analizándolo.

-Valora a tu presa. - Comentó con voz dulce y una sonrisa observando a YoonGi, para después patear el cuello del hombre rompiéndolo y asesinándolo así por completo. - La sangre que tomamos para nosotros esta llena de vida, su vida, su conocimiento, su complejidad.

Caminaron por las orillas de la playa abandonando atrás el cuerpo sin vida de su presa, la mano de Ho reposaba en el hombro de YoonGi, sus palabras eran dichas con tal emoción y devoción que era notoria la alegría que sentía de estar educando a su hijo.

<<Mis sentidos estaban fuera de control, como un niño recién nacido, en cuanto a mis nuevos poderes, me sentía extasiado con el placer de todos ellos.>>

Conforme caminaban y charlaban por la orilla se encontraron con algunos grupos de gitanos que se calentaban con una fogata y pasaban un buen rato tocando algunas melodías con sus instrumentos, niños y mujeres bailaban alrededor del fuego al tiempo que reían y gritaban de alegría por su pequeña fiesta, YoonGi los observaba con admiración, su jubilo y la sencillez de disfrutar con tal genuinidad un momento tan simple le hacía desear ser parte de ellos, de su pequeña celebración, HoSeok lo había notado, el interés que YoonGi había mostrado ante aquel grupo de humanos y sabía que ello no era buen augurio, había privilegios que en su condición ya no podían darse.

-Vámonos, ya nos quedamos demasiado. - Ordenó HoSeok apurando el paso haciendo a YoonGi seguirle.

-Pero no hemos hablado con nadie.- Se quejó el más joven dándole una infantil y gatuna sonrisa libre de malicia.

-La vida de un vampiro es una vida de discreción. - Espetó HoSeok sin emoción alguna.

-¿Discreción?- Cuestionó el menor con sorna. -¿Porqué escondernos HoSeok?, somos poderosos e inmortales. -YoonGi hablaba con la certeza de un ser que superaba a su antigua especie y quería hacer uso de ello y proclamar a otros la superioridad que poseía. HoSeok se limitó a sonreír con gracia por las palabras del más joven. - Deberíamos caminar sin temor.

El vampiro más antiguo comprendía lo que su pequeño quería decir pero las cosas no eran tan simples como él pensaba, deambular en el mundo de los mortales siendo un vampiro era razón suficiente para cuidar tus espaldas, los vampiros también poseían vulnerabilidades y eso era algo que su nuevo hijo debía aprender, en tanto, HoSeok siguió avanzando con YoonGi a su lado.

Mientras más seguían andando por la costa, se toparon con un padre y su joven hija, apartados de los otros grupos anteriores, ellos mantenían un momento más tranquilo alrededor de una fogata tocando sus instrumentos a dueto, una bandolina y un violín, el cual, al sonar, llamó la atención de YoonGi de manera inmediata haciéndolo detenerse y observar a la joven sintiéndose cautivado. Al notarlo HoSeok se detuvo observando a YoonGi y después a la joven chica que portaba un vestido algo desgastado acompañado de una blusa de lino que dejaba al descubierto sus hombros, algunas hebras de su cabello rubio caían rebeldes en su rostro luego de haber escapado de su recogido, su mejilla descansaba en el violín al tiempo que su mano movía limpiamente el arco provocando una hermosa e incitante melodía acompañada del bandolón de su padre, HoSeok se alertó y le reprendió de inmediato al notar el interés de YoonGi en ella, desde que había sido convertido todo era un peligro y YoonGi se negaba a comprenderlo.

Agust D. El Vampiro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora