Agust D. El Vampiro.

Capítulo XI

Un taxi se detuvo frente a la entrada de una grande y vieja construcción a las afueras de la ciudad, una antigua bodega abandonada que ahora fungía como antro underground para las subculturas que gustaban de lo oscuro, a las afueras del lugar un numeroso grupo de chicos estaba reunido escuchando la música de Agust D mientras bailaban, charlaban y bebían, era una especie de fiesta previa al concierto organizada por los mismos fans, aunque el famoso vampiro no planeaba asistir a ella, la estaba auspiciando. Todos portaban ropas oscuras, faldas cortas, gabardinas, pantalones de piel, camisas ajustadas, corsets, entre otras prendas que les brindaban un estilo peculiar y bastante llamativo, incluso rudo e intimidante en algunos de los casos y así mismo, el joven que bajó de aquel taxi no era la excepción, JiMin había arribado a aquel lugar, pero no precisamente para asistir a aquella fiesta, su plan era otro.

-Aquí tiene, muchas gracias. -El joven había pagado al chofer el viaje y tras guardar su teléfono en su bolso, empezó caminar por aquel lugar buscando algo en especial, tenía un objetivo y ese momento, si es que la información que le habían proporcionado era correcta, era su oportunidad.

-Estoy juntando para mi boleto, regálame un dólar, ¿Sí? - Un carismático chico  gótico, bastante alto pero muy tierno, se aproximó hasta él acercándole una cajita para que le regalara algo de dinero para así poder comprar su acceso al concierto, JiMin negó con una dulce sonrisa alejándose de él, siguió andando topándose con un revendedor que lo interceptó a su paso.

-Chiquito, ¿Quieres boletos para mañana?, ¿Iras al concierto? - Era un tipo bastante robusto con el cabello largo y lentes oscuros, JiMin negó nuevamente con una sonrisa. - Te los dejo en doscientos dólares.

- ¿Doscientos dólares? - Cuestionó con una risa burlona e incrédula por el costo exagerado mientras trataba de seguir avanzando.

-Bueno, ciento cincuenta. - Intento convencerlo, pero en ese momento, JiMin encontró lo que buscaba, se alejó de inmediato de él corriendo hacía un grupo de chicas que rodeaban a un hombre parado frente una camioneta de lujo. JiMin trato de abrirse paso entre las jóvenes que se encontraban allí, todas eran muy altas y delgadas con ropa bastante llamativa, pero eso no iba a desanimarlo, tenía un objetivo.

-Escuchen, solo necesito a dos chicas, ¿De acuerdo?- Comentó el hombre que portaba un traje medianamente formal y lucia mucho más mayor que quienes lo rodeaban, aquel era JiSub, el manager de Agust.- Tú,  ¿Qué edad tienes?- Cuestionó a una joven de cabello oscuro que no parecía tener más de 20 años, era bastante atractiva y al parecer el hombre ya la había elegido, tras hablar con ella, miró a las demás en busca de la segunda chica cuando JiMin llamó su atención  al sonreírle con una ingenua coquetería y un infantil movimiento de mano en señal de saludo.

-¿Yo puedo ir?- Preguntó con la voz más dulce de lo que normalmente era y posó sus manos detrás de su espalda dejando a la vista los ceñidos pantalones rotos que portaba, eran tan ajustados que cada musculo en sus piernas se marcaba, su camisa, con los tres  primeros botones desabrochados dejando descubiertos sus pectorales, era de seda negra traslucida, podía verse en su esplendor su torso desnudo, cada cuadro en su abdomen era visible al igual  que un tatuaje en el costado que dictaba “NEVERMIND”,  sus pezones también se vislumbrarían si no fuese porque los había cubierto con dos “X” hechas de cinta negra regalándole un aspecto un tanto sadomasoquista apoyado por las cadenas a sus costados y el choker de púas en su cuello, había atado sus rubios rizos en una media coleta alta dejando a la vista su frente y su atractivo rostro con algo de maquillaje y lentillas de color, el hombre lo observó confuso, jamás le había llevado un chico a su jefe pues ninguno se había ofrecido hasta ahora, conocía a Agust y sabía que estaría más que encantado con ello, lo pensó por un momento y respondió.