Capítulo XIII

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Advertencia: Contenido sexual explícito, si este material no es de tu agrado no continúes con la lectura.

En mitad de aquella agitada noche, a las orillas de una playa de ubicación desconocida para el famoso vampiro, JungKook había liberado de sus brazos a YoonGi, el joven No-Muerto lo había secuestrado llevándolo a una ribera la cual se había encargado de conseguir y “limpiar” de los humanos que habitaban en ella, antes de esa noche. YoonGi observaba un tanto confuso y temeroso al chico separándose en el momento en que sus pies tocaron la arena.

-JungKook…

Sus manos se escondieron tras su espalda al retroceder intentando no tocarle, sintiéndose notablemente intimidado cuando el joven se acercó a él con esa intensa mirada y una enorme sonrisa que dejaba a la vista sus colmillos y dientes de conejo, logrando un aura sumamente macabra alrededor de su ser. YoonGi conocía los poderes de aquel tétrico, aunque infantil chico y en sus planes no estaba incendiarse en llamas de la nada.

-¿Porqué tan sorprendido, amor mío? ¿No querías verme? – La voz dulce del chico combinada con aquella espectral que le seguía de fondo, logró estremecer al cantante quien ante lo escuchado abrió los ojos en sorpresa frunciendo el ceño después.

-¿Amor mío? – Repitió en un intento de cerciorarse que había escuchado bien.

El joven vampiro emitió una suave risita que podía tornarse muy dulce y tierna si no fuese por el escalofriante eco que le secundaba. Yoon le observó dudoso manteniendo aún una pequeña distancia.

-Jamás me temas, YoonGi. – El joven acortó la distancia tomando con suavidad las manos ajenas, para sorpresa de Agust  el joven no estaba helado como él, al contrario, el chico parecía realmente un humano si no fuese por aquel color  infernal en sus ojos y los filosos colmillos en su sonrisa. – Tus deseos se han vuelto realidad.

-¿Mis deseos? – Atinó a cuestionar entre tanto aturdimiento, todo era tan extraño para él, era la primera vez en tantos siglos que YoonGi se sentía intimidado.

-Un compañero para compartir la eternidad. – El adolescente inclinó de lado su cabeza en un gesto encantador con aquella tierna sonrisa adornándole, pero segundos después su actitud cambió a una audaz y seductora soltando una de aquellas manos ajenas y posar la suya libre en el abdomen de YoonGi, sin pudor alguno, ascendiendo en caricias en dirección a sus pectorales. – Eres atrevido, igual que tu música. – Su mano paseó ahora por su brazo izquierdo sintiendo la frialdad y rigidez de sus músculos, regocijándose en ello provocando temblores en el vampiro contrario. – Vives tu vida en público, igual que yo hace siglos, cuando tenía un rey. – Aquello fue dicho con cierta melancolía en el infantil rostro pues los recuerdos rondaban muy claros en su mente, después de todo, olvidar un romance incestuoso por el cual fuiste echado del paraíso, dejándote vagar en la nada para después crear tu propia especie y beberte a la mitad de la humanidad, no parece muy sencillo de lograr.

-¿Tenías un rey? – Era claro que YoonGi lo sabía, pero su conocimiento se basaba en lo que HoSeok le había contado y él siempre quería saber más, siempre hay dos caras en una historia.

-Ya no más. – Allí estaba nuevamente, esa sonrisa de conejo dibujándose sin pesar alguno, una de sus manos se elevó a la mejilla del pálido, acariciándola. – Ahora tú eres mi consorte. – Lamió incitante su labio inferior provocando que un fuego se avivara en las entrañas de Agust, quien finalmente, siendo seducido por el cabalístico ser, esbozó una coqueta sonrisa gatuna. – Por eso te mantuve con vida, te salvé.

-¿Tú?

El joven lo miró fijo a los ojos con una sonrisita incrédula, emitiendo segundos después una sonora carcajada y lo observó con sorna. - ¿Creíste que podrías tú solo? – Apretó sus labios logrando disipar la sonrisa en YoonGi debido a la clara burla. – Así que tienes el ego de un rey, que bien. – JungKook se acercó más al vampiro tomándolo de las caderas para atraerlo hacia él, quedando a centímetros de los labios ajenos. – Te conozco Agust. – Siseo. - Se que deseas con toda tu pérdida alma tener el mundo a tus pies – Los espectrales orbes se turnaron entre sus ojos y sus labios aumentado el calor y la expectativa en YoonGi. – Y yo eh venido a dártelo.

Agust D. El Vampiro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora