Agust D. El Vampiro.

Capítulo XII

El sol moría en el horizonte, una horda de camionetas 4x4, motocicletas de montaña, Jeeps entre otros vehículos, llegaban a toda velocidad al Valle de la Muerte, la ansiada noche para miles de fanáticos había llegado, montones y montones de personas se aglomeraban en el místico y caluroso lugar listos para poder ser partícipes de aquel histórico concierto, el único que el vampiro Agust D daría en su carrera.

Decenas de antorchas se erguían sobre el árido suelo  resplandeciendo majestuosamente en lugares estratégicos de la zona donde el concierto  sería llevado a cabo, listas para alumbrar el camino de los eufóricos asistentes, más y más personas seguían llegando convirtiendo aquello en un verdadero y completo caos, aquel panorama podía bien pasar por un campo de batalla al puro estilo postpunk, una imagen postapocalíptica y salvaje, gente de distintas nacionalidades, hablando diversos idiomas, reunidos allí, era una procesión de lo oscuro, ropas negras, cadenas, botas de plataforma, peinados alocados, muchas drogas y mucho alcohol, total frenesí.

En medio de todo ese desfile que se aproximaba ansioso al escenario se encontraba JiMin, sus inconfundibles rizos rubios oscilaban con el viento ardiente del enorme lugar, sus ropas oscuras y ajustadas no le cubrían lo suficiente, pero aquello no era una preocupación para él, tenía otras cosas en mente. El altercado que había protagonizado con YoonGi la noche anterior parecía no haber sido lo bastante traumático para hacerlo comprender que debía alejarse de él, por su propio bien, haber visto al famoso hematófago destrozar ferozmente el cuello de aquella chica no fue lección suficiente, JiMin era muy terco en realidad, pero, aunque no podía negar que ver al vampiro en esa faceta tan violenta y animal lo había aterrado, algo lo atraía a él como un imán, simplemente no podía dejarlo.

Por otra parte de aquel amplio y desértico campo, Agust D descendía de una lujosa Chevrolet van, JiSub, su fiel mánager, lo había recibido protegiéndolo de inmediato como los otros cinco guardaespaldas que impedían que la multitud de fans, que se habían agazapado alrededor de él, lo tocarán. Yoon sonreía con una actitud totalmente soberbia y confiada, está noche era la noche que tanto había planeado, estaba extasiado.

Sus ondulados cabellos negros estaban desordenados intencionalmente de una manera que dejaba sin aliento a quienes lo observaban, portaba una camisa de transparencia negra que nada dejaba a la imaginación, su pálida piel resplandecía y contrastaba tan magníficamente con la tela y una chaqueta de cuero cubría su torso, sus apretados pantalones marcaban cada musculo de sus piernas terminando magistralmente dentro de unas botas militares que daban el toque exacto al aspecto rudo e inalcanzable del vampiro, Yoon sonreía a todos sus fans a su alrededor sintiéndose fascinado por la adoración que recibía, mientras apenas si atendía a su manager quien le hablaba al oído.

-Están muy emocionados. ¡Hey chicas, apártense!

Los hombres contenían a las eufóricas fans quienes luchaban por alcanzarlo, YoonGi simplemente se dejaba hacer, fue llevado hasta una carpa montada que fungía como backstage, diversas personas se encontraban allí, músicos, fans que habían ganado la oportunidad de estar tras bambalinas, artistas famosos y algunos empresarios, gente importante en el medio pero que para el vampiro, no eran más que ganado para su cena, claro, no iba a atacarlos allí, pero es que todos los humanos para él se reducían a eso.

Su mánager le abría paso entre ese grupo de gente que le aplaudía y felicitaba, mientras Agust caminaba imponente y ególatra hasta llegar donde sus cuatro suertudos chicos bebían antes del concierto.

-Vengan, mis niños…

Indicó con una carismática y gatuna sonrisa, a lo que inmediatamente los jóvenes respondieron siguiéndolo como ratones al flautista de Hamelín*, YoonGi respiraba profundamente, en su andar, en su mirada, en su porte podías ver la determinación, la arrogancia, lo listo que estaba para enfrentarse a todos esos vampiros sedientos de venganza.