Capítulo VII

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Agust se retorcía en la gran cama en la cual había despertado la noche que fue convertido, forcejeaba y jaloneaba las cadenas que lo ataban de pies y manos a los barrotes de metal de su aposento, reía eufórico y extasiado mientras un destello rojizo se manifestaba en sus ojos.

-¡Más! - Pedía entre carcajadas mientras lamía sus labios y colmillos.

-No lo creo amigo. - HoSeok le observaba de pie a un costado de la cama con una entera seriedad y una notable molestia, pero sin perder aquella solemnidad y calma que le caracterizaban.

YoonGi río en su cara después de escuchar su respuesta y con una egolatría descomunal se burló de él – Déjame ir, HoSeok.

-No. – El nombrado se mantuvo inamovible en su lugar. – Has bebido la sangre más pura y visto lo más antiguo. – Hizo una pausa y ladeo la cabeza sin dejar de observarle. – Demasiado para alguien tan joven como tú.

Yoon dejó de forcejear descansando por un momento y miró al techo respirando agitadamente. – Su sangre es como fuego. – Susurró sintiéndose fascinado por aquel néctar escarlata que había bebido momentos antes, elevó la cabeza y miró a HoSeok . - ¿Quién es él? - Cuestionó sin dejar de sentir aun en él esa adrenalina.

Ho suspiró y cerró los ojos por un momento resignándose a que debía hablar de ello, era necesario, YoonGi debía conocer la historia de su nueva especie así esta representara más un peligro que un beneficio para el más joven, abrió los ojos y se acercó a Agust sentándose a la orilla de la cama mirándole con atención.

-Él es tu padre- Confeso guardando silencio por un momento colocando sus manos una encima de la otra sobre uno de sus muslos. – Y también el mío. JungKook, el rey de todos los vampiros. - Yoon le observaba ya sin aquella sonrisa en sus labios sintiéndose confundido, su pecho seguía subiendo y bajando por lo agitado que aún se encontraba. –Y el hombre a su lado es su hermano y también su rey, JungKook y YugYeom casi dejan seca la tierra cuando reinaron sobre Asia, ambos fueron los primeros vampiros sobre la tierra, dos jóvenes humanos culpados por mantener una relación homosexual e incestuosa, su creador los echo del paraíso, ellos serían quienes darían nombre a cada una de las obras de su Dios, prepararían el mundo para la llegada de la primer pareja que se encargaría de poblarlo pero al séptimo día  de su labor su creador los encontró copulando, fueron echados de inmediato y maldecidos a vagar eternamente por el mundo alimentándose  únicamente de sangre animal, ambos eran tan jóvenes, JungKook era apenas un adolescente cuando su creador lo desterró, ambos sufrieron terriblemente, vagaron en la oscuridad y en el frío punzante de la nada hasta que la tierra terminó de ser construida, humanos reinaron los lugares que ellos vagaron convirtiéndolos en sus hogares y exiliándolos a las sombras de estos, sobreviviendo escasamente de animales, siendo moribundos imposibles de morir soportaron siglos hasta que no aguantaron más y se rebelaron contra aquel Dios que les había dado la espalda y atacaron a su más bella creación, el hombre, se alimentaron de él y entonces los secretos del universo se develaron para ellos, fue tan maravilloso y utópico que siguieron no solo alimentándose de ellos, sino también, a crear su propia especie, aprendieron a transmitir su maldición y cómo una revancha convirtieron a los hombres de su creador en condenados como ellos, se volvieron depredadores vengativos sometiendo y reinando a aquella especie que ahora era su inferior,  se saciaron hasta que YugYeom perdió la voluntad de beber, sin un compañero a su lado JungKook también perdió la suya y se volvieron estatuas vivientes, no tienen respeto por nada. – Espeto con desdén aquello último. – Excepto por el sabor de la sangre, ya sea humana e inmortal, es igual. – Se inclinó hacía YoonGi quien ya se encontraba más hundido en su cama tras escuchar lo despiadado que había sido aquel joven con rostro angelical al cual le había dedicado una pieza en su violín.

Agust D. El Vampiro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora