Ese domingo brillaba el sol, los pajaritos se escuchaban por toda la casa y a mí la cabeza me estallaba. No había tomado en exceso pero supongo que al no hacerlo nunca y de pronto someterme a ir a esa fiesta en la que bebí unas cuantas copas, inevitablemente mi organismo lo había resentido.
Me incorporé y escuché que Mich estaba en el baño de mi habitación.
Hice un breve repaso de la noche anterior, baile en exceso, música, guapos por todos lados. Nice. Todo estaba bien hasta que recordé lo que había pasado con Ernesto. Había estado mareada pero recordaba todo. Confieso que actúe mi papel de "hebría" para justificar mi comportamiento con él, sobretodo de regreso a mi casa en el auto.
Reí como tonta en voz baja al recordar el beso. Cerré los ojos y me transporte a ese momento mágico. Recordarlo era mi nuevo pasatiempo favorito.
-¿Amanecimos de buenas? - dijo Mich mientras se peinaba.
-Ernesto y yo nos besamos - solté de repente.
-What!!? - exclamó asombrada dejando de lado su peinado.
Sonreí de oreja a oreja y me senté con las piernas cruzadas en la cama.
-¡Quiero saber todos los detalles...no omitas nada!
Le conté a Mich toda mi hazaña, que a pesar de tomar unos tragos y no estar acostumbrada a eso, el ambiente de la fiesta y sentir que Ernesto no dejaba de verme, más su instinto protector me confirmaron que me gustaba y mucho. Me encantaba. Me fascinaba.
-Me encanta - dije escondiendo mi cara en la almohada.
-¡Lo sabía! Ya era hora de que lo aceptaras - respondió emocionada.
-Fue increíble, Mich, no he besado a muchas personas en mi vida. Tres para ser exactas pero te juro que fue el mejor beso de mi vida...pude sentir que ambos lo deseábamos y aproveche que estaba "borracha" para recargarme en su hombro cuando Daniel condujo hasta acá. Mich, Ernesto besa delicioso.
-¡Ídola! Por eso te admiro, porque eres muy inocente hasta que te propones a ser una pilla - ambas nos reímos.
-¿Qué crees que siga? ¿Al fin se te declarará públicamente, traerá mariachis y un ramo de rosas espectacular?
-No sé, tal vez me llame en un rato o mañana me busqué en la universidad...la verdad ya quiero verlo.
-Para darse besos tronados por toda la escuela - dijo Mich burlándose.
-¡Silencio! La pequeña chismosa te va a oír y vendrá a hacer un interrogatorio peor que el FBI.
-Tienes razón. Aún no puede saber de la romántica escena afuera del antro y enfrente del puesto de tacos entre su hermana y el guapote de Ernesto - simulando una pose de princesa.
-Cállate tonta - reí lanzándole una almohada en forma de corazón.
De repente la puerta se abrió.
-¿No interrumpo verdad niñas?
Ambas dejamos de reír.
-No, para nada... Buenos días pa - dije poniéndome las pantuflas.
-Yo ya casi me voy señor Adrián.
-Claro Mich, con calma que te quedas a desayunar... ¿Todo bien anoche? ¿Cómo les fue?
-¡Súper bien papi! Todo tranquilo - dije disimulando el horror al recordar que casi me drogan con alcohol alterado.
-Me pareció agradable el joven que se ofreció a traerlas...Ernesto ¿verdad?
No veía venir eso del Señor Adrián Santos Coy. Para variar, un ataque de nervios me paralizó al escuchar a papá mencionar a Ernesto.
-Sí, súper atento o ¿no Adris? - dijo sarcásticamente Mich.
-Muy amable. - me límite a decir.
-Qué bueno que tengas amigos así hija, dense prisa a bajar porque iremos a dejar a Mich y luego a comer a casa del abuelo Santiago por la tarde - comunicó papá cerrando la puerta.
-"Es muy atento" - repetí con voz chillona.
-Bueno, contigo fue bastante atento.
Al decir eso le rocíe fijador de maquillaje en la cara a Mich.
-¡Oyeee! - se dispuso a perseguirme para devolverme la travesura. Gané y entré al baño, me encerré antes de que eso sucediera.Más tarde, disfrutamos de un delicioso desayuno de mamá, pues los domingos ella siempre hacía el desayuno, ya era tradición familiar y a todos nos encantaba. Para ser honesta, mi relación con la cocina es aún más complicada que la relación con Ernesto. Nunca le he encontrado pasión a cocinar, no me llama la atención en absoluto y aunque era una necesidad para el futuro cuando me independizara, aprenderla simplemente era algo que siempre postergaba para después. Algún día aprendería.
Dejamos a Mich en su casa y nos dirigimos a la casa de mi abuelo. Las visitas a casa de Santiago Rivera era una de mis cosas preferidas en la vida. Se trataba del padre de mamá, era propietario de una casa preciosa en una agradable colonia de la ciudad que desde hace años vio a muchos nietos y nietas correr por los jardines de esta. Mi abuelo era la persona más especial y comprensiva para dar consejos sobre la vida que yo jamás había conocido.
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Algo Contigo (en proceso de corrección)
RomanceEl hombre que ella soñó siempre y la mujer que él necesitaba unen sus vidas en una linda historia de amor, convirtiéndose en la pareja modelo a seguir...Un episodio fuerte ocurre en el auge de su matrimonio cuando su amor se ve forzado a pasar momen...