"11 días desde que cruzamos miradas por primera vez y mi vida se torna diferente, es mejor. A partir de que te conocí, sonrío más, mi vida es más feliz. Mis noches son más románticas y mis madrugadas menos frías...A partir de que te conocí, les hablo a todos de ti, me parto de risa recordando los chistes que haces que me divierten tanto. A partir de que te conocí el futuro me da menos miedo, al contrario, quiero enfrentarlo contigo. A partir de que te conocí, soy una mejor persona, parece que llegaste a mejorar lo que el pasado tanto atormentaba...A partir de que te conocí, todo duele menos, las cicatrices cierran y se quedan atrás. Me encanta el haberte encontrado porque a partir de que te conocí, el amor regresó a mí".
En mi corta vida de 19 años me había atrevido a escribir muy pocas veces. Era un deseo interior que aún no se encendía. Yo sabía que sería una flama capaz de incendiar todo a mi alrededor a partir de que se activará. Herencia de mi abuela Silvia, yo sabía que poseía talento nato para ello y con mayor razón quería honrar de la mejor manera ese don que pocas personas poseían. En enero de 2008 ese fuego dentro de mí, motivado por la llama del enamoramiento despertó mi habilidad de escritora y comencé a redactar pequeños versos y líneas en la parte trasera de mi agenda que poco a poco fueron adquiriendo forma de poemas. Más bien un intento de "poemas". El incendio llamado Ernesto Ibarraran fue el fósforo que inicio todo.
Esa tarde de camino a la academia de ballet, mientras buscaba un dato de la tarea de Ecología descubrí ese escrito que en mi mente titulé "11 días" dedicado de mi puño y letra a Ernesto. Me sorprendí de la naturalidad con la que en los primeros días del año dediqué aquellas palabras cuando tenía solo once días de haberlo conocido. Hoy, habían pasado varios meses desde ese primer encuentro, sucedieron mal entendidos, discusiones, confesiones, abrazos y besos desde esos once días. Hoy, tenía sentido que mi parte ansiosa de escribir dejara de dormir y comenzara a honrar la memoria de mi abuela escritora. Espero que Silvia Ceballos a donde quiera que estuviera, se enorgulleciera de su nieta enamorada dispuesta a dejar el alma en esos versos. Sonreí al leerlo dos veces e inevitablemente me decidí a que un día le mostraría a Ernesto mis escritos. Si era verdad aquel dicho mexicano de que "a un hombre se le enamora por medio del estómago" me resigné ante mi toxica relación con la cocina y decidí que el mío sería entonces: "a un hombre se le enamora por medio de la pluma y el papel".
Faltaba día y medio para el cumpleaños de Ernesto, ya había pensado en la organización de su fiesta sorpresa de cumpleaños, misma que Daniel me había encomendado específicamente a mí. Esa tarde, después del ensayo de ballet aparte de sudor, toneladas de esfuerzo y cero papel protagónico cité a Mich en la plaza comercial para buscar juntas el regalo ideal para Ernesto. Gabs nos acompañó.
-My lady... ¿Qué tienes pensado para tu galán?
- Un ramo de rosas amarillas- respondí.
-Excelente idea, romántica e innovadora -afirmó con buen humor.
-¿Le regalarías flores a un hombre? -preguntó curioso Gabs.
-Era broma, aunque no le veo nada de malo, imagino la cara de Ernesto y muero de ternura.
-Oye guapa, ¿Cuándo me vas a presentar a tu galán?, he escuchado maravillas pero yo necesito corroborar si está tan papasito como dicen...-expresó Gabs.
-Amiga, no creo que esa idea sea factible, Gabs te lo va a querer robar cuando lo conozca -respondió Mich haciéndonos reír.
-Mira güera, primero quiero conocer al galán de Adri, pero ya me contaron que tú también tienes un chulo a punto de enredarse en tus encantos. ¡Sigues tú! -advirtió.
-Es basquetbolista, moreno y muy atlético -susurré tocando el hombro de Gabs.
Mich estalló en una carcajada mientras negó a Gabs la posibilidad de conocer a Mauricio. Mis amigos y yo teníamos la misión de encontrar el regalo de cumpleaños perfecto para mi versión personal de hombre perfecto. Comprar regalos era una tarea que disfrutaba, en Navidad mamá me encargaba esa tarea especialmente a mí. ¿La razón? en sus propias palabras: "conociendo previamente tu buen gusto y la paciencia que posees para buscar aquel objeto que es capaz de hacer feliz a la persona, tú eres la indicada para ello". Palabras muy románticas con tal de evitar largas filas en las tiendas o lo tedioso de cambiar regalos cuando no era la talla o color correcto. Personalmente considerada que no había nada mejor para mostrar cariño y aprecio a una persona que por medio de un detalle, para mí significaba que había prestado atención a sus gustos o intereses y de cierta manera se interpretaba igual que un "te quiero y pienso en ti".
Al dar varias vueltas por los locales del centro comercial percibí que esta no era una tarea sencilla. En primer lugar Ernesto era un hombre. Un homo sapiens. Un masculino en potencia. Y era evidente que regalar un presente a un hombre era cosa complicada. Estoy segura que la ciencia avalaba esa aseveración. En segundo lugar no lo conocía del todo, eran mínimos los detalles que conocía de su vida personal, sí, recientemente había sabido más de ellos pero no era mi mejor amigo de la infancia para saber que le gustaba y que no, desconocía cuál era su sabor favorito de pastel o si prefería usar pijama para dormir o solo ropa interior. En tercer lugar, el chico era un hijo de millonarios jugando a ser humilde y discreto. Se sabía que no tenía necesidades básicas por cubrir y a mí siempre me gustaba regalar cosas útiles y al mismo tiempo "cute", por lo que descarté el típico regalo que se le da a un hombre: una cartera o un cinturón. O peor aún, el patético peluche en forma de perrito. Demasiado cursi e inútil para mi gusto. Mis amigos y yo aplanábamos el suelo de los pasillos de la plaza, la noche se avecinaba y aún no teníamos regalo.
![](https://img.wattpad.com/cover/250081062-288-k950297.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Algo Contigo (en proceso de corrección)
RomanceEl hombre que ella soñó siempre y la mujer que él necesitaba unen sus vidas en una linda historia de amor, convirtiéndose en la pareja modelo a seguir...Un episodio fuerte ocurre en el auge de su matrimonio cuando su amor se ve forzado a pasar momen...