CAPÍTULO 19

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Me consideraba apuesto, inteligente, trabajador y romántico. Según mi cosmovisión, esas eran cualidades deseadas por las mujeres. Al parecer por las mujeres promedio sí, más no por Adriana. Eso, justamente el poder de autenticidad que poseía esa chica era una de las millones de razones por las que me traía loco. Ella no tenía ni un ápice de similitudes con alguna ex novia en mi vida, era otro universo totalmente diferente. Uno desconocido por mí hasta ahora. Nuestro primer beso fue "inefable" si, ese era el termino correcto, cuyo significado por la RAE era textualmente: "Que no se puede explicar con palabras". Fueron los mejores segundos de mi vida, sentir sus labios estoy seguro, equivalía a experimentar el efecto de una droga. Sus labios... ¡Maldita sea no poder probarlos de nuevo! acariciar su cabello largo y castaño con olor a frutos del bosque, el brillo en sus ojos y sus brazos alrededor de mi cuello durante esa noche, al defenderla del detestable Alejandro, en medio de una calle céntrica con fondo musical de una serenata marcaron mi existencia para el resto de ella. No cedí en dejarla en paz, caí en la obsesión pero mi causa lo ameritaba. La llamaba y le enviaba mensajes de texto como desquiciado. A todas horas del día. Comencé a cuestionarme si mi comportamiento trastornado por hablarle era enamoramiento o pura necedad. Me incline por la primera a pesar de que todo intento por comunicarme con Adriana había fallado hasta ahora.

-Mamá insistió en que vaya a México para tu cumpleaños, ¿te dijo algo?
-Negativo compañero...mencionó que tenía ganas de hacerme una fiesta de cumpleaños, but, como no soy su consentido, como tu comprenderás pues se me hizo raro -dije en tono sarcástico.
-¿Sabes? Si la envidia tuviera nombre se llamaría Ernesto.
Reí fuerte ante ese comentario.
-Ya hermanote, fuera de broma deberías venir a pasar un rato en familia. Desde que estoy viviendo en Puebla y tú en New York no hemos tenido ni una sola reunión familiar.
-Lo estoy contemplando, en serio, sólo llevo un año trabajando desde que me gradué y no es nada fácil, paso horas y horas en la oficina a veces sólo llego a dormir a mi departamento y mi trabajo crece y crece sin parar.
-Bueno, sabías que jugarle al exitoso y valiente financiero extranjero para lograr el "imperio económico" que quieres no iba a ser fácil. Te dije que en Estados Unidos te iba a costar el triple que aquí.
-Ernesto, deja los sermones, cuando te propones ser el hermano mayor caes mal -dijo en broma.
-Entonces sigue trabajando como burro pero no te quejes ¿ok?
-¡Ay! Cuanta sensibilidad...cálmate, andas muy neurótico ¿no crees?
-Para nada - respondí evasivo - He tenido que trabajar turnos extras y estoy a nada de acabar el semestre. Sólo estoy estresado.
-Ernest, eso del semestre nunca te ha preocupado, ¿no será más bien que tu mal humor tiene que ver con tu "galana"? ¿Cómo me dijiste que se llama?
-Adriana, mi futura esposa y tú cuñada favorita.
-Sí, si si...déjame confesarte que sería mi primera cuñada oficial porque una lista enorme de mujeres han querido decirme "cuñado" ehh.
Ambos reímos.
-¿Te acuerdas cuando en la escuela varias morritas me gritaban cuñado? - dije recordando nuestras etapas en la secundaria.
-Que buenos tiempos...Pero no te hagas, Cuéntame... ¿Cómo vas con Adriana? estoy esperando mi invitación a la Boda. Tú la prometiste.
-Ni me digas que lloraré, no hemos hablado en más de un mes, desde aquella fiesta que te conté no ha querido escucharme...recientemente surgió un viaje en la universidad, justo en la clase a la que vamos juntos pero no sé si deba ir porque tengo muchas ganas pero si seguiremos peleando como hasta ahora no le veo caso.
-¿Eres estúpido? ¡Es necesario que vayas Ernesto! Es la oportunidad que tienes para reconquistarla.
-¿Tú crees?
-Ay hermanito, esa chica te trae loco porque ya olvidaste como conquistar mujeres - respondió decepcionado.
-Es que...ni siquiera me deja explicarle las cosas. Me desespera no tener comunicación ante las cosas que han pasado últimamente.
-¿Y el beso romantiquisimo que se dieron? Tú me dijiste que ella te correspondió ¿no?
-Sí hermanito, n me saco de la cabeza esa escena, ni siquiera yo esperaba eso.
-¡Ahí lo tienes! No existe un rechazo total de su parte, no le diste asco. Mira, por lo que me has platicado el único error es que hay gente externa causando todos los problemas.
-Ahora que lo dices...decidí que iré al viaje y tomaré está oportunidad.
Antonio siguió alentándome a conquistar a Adriana. Si de alguien me gustaba recibir consejos e ideas era de él. Su experimentada vida me inspiraba seguridad en hacer caso a sus recomendaciones. Seguimos charlando de mi enamoramiento inesperado cuando Francisco entró al departamento.
-Acaba de llegar el apestado de la familia - dije jugando para molestar a Francisco.
-¿Es Antonio? - preguntó dejando caer las llaves de su auto en la mesa de centro.
-Sí pero no quiere hablar contigo -respondí con afán de molestar.
-Pásamelo, imbécil - exigió.
-Hermano, lamentablemente llegó el adoptado, quiere hablar contigo de cosas sin importancia...saluditos hasta New York.

Algo Contigo (en proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora