CAPÍTULO 6

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-¿El guapo de la cafetería? ¿En serio? -dijo Mich con cara de asombro.

-Así como lo escuchas amiga. Es muy interesante y por alguna extraña razón no quería dejar de hablar con él. Fue inesperado y todo iba bien hasta que llegó la tal Andrea - dije sin ánimos.

-¿Crees que sea su novia?

-No, me recalcó demasiado que no tiene novia, quiero pensar que es una amiga cercana que lo busca mucho.

En el fondo quería que aquella chica solo fuera su amiga y no algo más. Con nadie más había sentido algo similar antes. A pesar de ello, me pareció pronto para aceptarlo ante Mich.

-Tengo una corazonada. Yo no creo en las casualidades mi querida Adri, siento que Ernesto es alguien importante y si yo fuera tu estaría más atenta porque puedo percibir que hoy lo conociste por alguna razón de peso -dijo Mich -Mi intuición nunca falla.

-No quiero emocionarme Mich, pero no descarto esa posibilidad -dije mientras entrabamos a mi recámara.

Estuvimos juntas toda la tarde, platicando de las clases cuando de repente llegó mi papá.

-¡Hola niñas! ¿Interrumpo?

-Claro que no pa! Pásale.

-¿Qué tal señor Adrián? -lo saludó alegremente Mich.

-¿Cómo les fue en su primer día mis niñas universitarias?

-Muy bien, maestros y clases agradables.

-Me alegra mucho amor...mamá me dijo que les avisara que en 10 minutos viene con Ale para comer todos juntos. Por supuesto te quedas a comer con nosotros Mich, ¿verdad?

-Pues yo encantada. Gracias -dijo Mich

Esa tarde comimos en familia y por la noche Mich se fue a su casa. Su prima pasó por ella y la despedí. Más tarde en la noche, preparé mis cosas de la escuela para el día siguiente y me puse el pijama. Quería dormir temprano para madrugar pero algo me lo impidió. Ernesto daba vueltas en mi cabeza. Recordé nuevamente la presentación tan inesperada gracias a nuestro amigo Guillermo, recordé su sonrisa y sus ojos, su voz que claramente se había convertido en mi nueva canción favorita del mundo y su cabello quebrado hacia conjunto con esa barba de candado que me traía revoloteando. Pensé en lo que me dijo Mich, pensé en Andrea. Dormí pensando en él y fue la mejor experiencia que hace mucho no tenía.

A la mañana siguiente baje temprano a desayunar.

-Anoche ya no me contaste eso tan importante que me ibas a decir. ¿Sabes lo difícil que es dormir con un chisme a medias? -dijo Ale cuando papá y mamá se fueron al despacho.

-Perdóname la vida pero estaba muy cansada. ¿Me aceptas las disculpas hermanita? -dije con cara tierna mientras tomaba jugo de naranja.

-¡Sólo si me cuentas ya mujer!

-Conocí a un chico muy guapo e interesante ayer -solté sin rodeos en voz baja.

-WHAAAT?! -gritó fuertemente.

-Shhhh! Van a escuchar mis papás.

-Cuéntamelo todo.

Alejandra Santos Coy Rivera, mi hermana menor. La consentida de todos en casa. Es una chica dulce y a la vez intensa a la que le fascina cantar. Es un poco más baja que yo, heredó la estatura de mamá y los ojos verdes de papá, tiene el cabello ondulado y de color claro, a la muy suertuda se le comenzó a aclarar desde los 12 años a diferencia de mí que lo tengo castaño oscuro de nacimiento. Tiene una voz que cualquiera envidiaría aunque su plan era estudiar Mercadotecnia en la universidad, a pesar de tener en mente una carrera totalmente distante de la música, tocaba la guitarra y el piano como pasatiempo. Desde que supimos que mamá estaba embarazada la hemos amado y procurado como el ser más querido y pequeño de la casa. Es mi primera mejor amiga, tenemos una relación de confidentes, no había secretos entre nosotras y aunque de niñas nos peleábamos como cualquier par de hermanas siempre hemos sido muy unidas. A sus 16 años, está decidida a verme con un novio realmente bueno para mí. Mi primer novio nunca le simpatizó, así que me advirtió elegir bien esta segunda vez. Después de contarle todo lo sucedido con Ernesto el día anterior mientras Víctor, el chofer de la casa nos llevaba a la escuela y de que casi le diera un paro cardiaco de la emoción, me despedí de Ale cuando llegué a la universidad. Agradecí a Víctor y prometí a mi hermana mantenerla al tanto de cualquier detalle con Ernesto.

Mientras caminaba hacia el edificio, me encontré a un compañero de clase, lo saludé y continué mi camino cuando escuché que alguien me nombraba detrás de mí. Se me aceleró el corazón al escuchar de quien provenía pero logré voltear con entereza. Era Ernesto, traía mi abrigo negro en la mano.

-Hola, buenos días -me dijo sonriente.

-Buenos días, Ernesto -respondí.

-Adriana, olvidaste tú abrigo ayer en la silla de la Biblioteca, no pude alcanzarte así que me lo llevé y aquí lo tienes.

-Sonará extraño pero no me había percatado- confesé -Muchas gracias por cuidarlo si lo pierdo mi mamá me mata -dije tomándolo.

-Me imaginé, por eso lo rescaté.

Ambos nos miramos por unos segundos. Se veía tan atractivo esa mañana, llevaba una camisa de cuadros celeste y un saco gris. Una combinación perfecta. Era tan varonil y tenía un porte que a cualquiera ponía nerviosa.

-Hoy te ves muy bonita - dijo de repente.

-Gracias. -dije un poco sonrojada.

-¿Quieres desayunar juntos? Me quedé con ganas de seguir escuchándote ayer, ibas a platicarme de ti. - dijo Ernesto rompiendo esos segundos de silencio.

-Normalmente desayuno con mis amigas pero yo te busco, ¿te parece?

-Claro, sin problema. - dijo.
Nos despedimos. Entré al edificio y me encontré a Yanira. Me acompañó a mi salón de inglés, era mi primera clase y después llegó Mich, las tres platicábamos en el pasillo cuando llegó el otro chico guapo de la cafetería. Tomaba clase en el mismo nivel de inglés que yo.

-Ve quién acaba de llegar - dijo Mich rozando mi codo.

-Deben ser amigos -deduje.

-¿De quién hablan? -nos preguntó intrigada Yanira.
-De ese chico que acaba de entrar al salón. Está súper guapo ¿no creen?

-¿Hablas de Daniel Martínez? - preguntó.

-¿Lo conoces? - pregunté.

-Obvio. Bueno sólo de vista, pero es muy popular aquí. Es muy conocido por todos, es bastante sociable, siempre está rodeado de gente. Apesta a abogado - dijo, haciendo que las tres riéramos disimuladamente.

-¿Y qué sabes de él? - preguntó Mich.

-Que debes tener cuidado porque es el rey de los mujeriegos, cambia de novia como yo cambio de ropa interior. Digamos que ocupa su carita bonita, la suma a su gran labia y ¡vuala! te conquista. Su mayor atributo es lo bien que sabe expresarse mareando a toda chica que se topa. Y bueno, con esa cara y ese porte es raro que alguien se le resista. - dijo Yanira en voz baja -Cuando lo conocí me gustó, pero investigué y es un patán, juega con las chicas sólo para pasar el rato y llenar su lista de mujeres así que me alejé. He escuchado que es mejor tomar distancia de él y sus amigos los de Derecho porque si no...Puedes formar parte de sus listas.

Mich y yo nos miramos con cara de preocupación pero antes de que Yanira pudiera preguntar la razón llegó la maestra Carmín así que tuvimos que despedirnos y cada una entró a su respectiva clase. Durante la clase, observé a Daniel. Era el típico chico popular guapo. Míster simpatías que hacía chistes graciosos para hacer reír a todos. Despreocupado por la clase y ocupado en su celular la mayor parte del tiempo, inquieto y demasiado extrovertido. Lo que nos contó Yanira me hizo ruido y me dejó pensando sobre eso de "es mejor tomar distancia de él y sus amigos los de Derecho porque si no puedes formar parte de sus listas". ¿Ernesto sería igual a él? ¿Sería capaz de usar a las chicas para su beneficio?

Algo Contigo (en proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora