CAPITULO 2

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Enero 2008

My name is Adriana Santos Coy Rivera.I'm from Puebla.I'm 19 years old.Actually I'm in second semester of Business Administration and I enjoy learn new things and ballet — dije un poco nerviosa y de pie delante de todo el salón cuando fue mi turno de presentarme frente a toda la clase.

—Thanks Adriana—respondió la maestra Carmín con una sonrisa amigable.

—Gracias por presentarse chicos, es todo por hoy y Bienvenidos al nivel 2 de inglés. No olviden su libro a partir de mañana— finalizó la profesora mientras todos salían.

Tardé un poco en salir del salón, pues guardé todas mis cosas en la mochila. En el pasillo ya me esperaba Mich.

— ¿Qué tal Francés 3?—le pregunté con curiosidad.

— ¡Ni me digas!, la maestra que me dará la materia es muy exigente y además cree que por estudiar en Paris nadie sabe más que ella — respondió con cierto fastidio.

—Mich, tú eres muy buena en francés, no creo que tengas de que preocuparte.

—No lo sé Adri, me da un poco de miedo. No puedo reprobar ningún idioma.

Miré a Mich por un momento y mientras llegábamos a la cafetería de la Universidad la animé

—Tú vas a lograr graduarte en idiomas porque eres la mejor para eso y créeme que cumplirás tu sueño de viajar por el mundo como la mejor intérprete.

—Por eso eres mi mejor amiga, porque eres la única que logra ponerme de buenas después de un bajón emocional — me dijo emocionada.

Lo había logrado. En segundos logré que mi mejor amiga cambiara su ánimo y eso me hacía muy feliz.

— ¡Hola!, ¿cómo les fue a mis dos queridas compañeritas?— dijo Yanira.

— ¡Muy bien! , pero no tanto como a ti, ¿verdad?—respondió Mich con tono confidente.

—No saben, en esa clase de "Competencias Intelectuales", que es la más aburrida del mundo hay chicos guapísimos.

— ¡Amiga Yanira, para ti toda la universidad está llena de chicos guapos! — dije.

—Es que debiste verlos Adris...estudian lo mismo que tú, pero ya son como de quinto semestre.

—Yo vine a estudiar — dije con tono serio —No a conseguir novio.

Segundos después las tres nos partimos de la risa ante esa frase que salió de mi versión más adulta.

Mich y Yanira eran mis mejores amigas en la universidad. A Michelle Durand le gustaba que le dijeran Mich de cariño, la conocí desde el curso propedéutico antes del primer semestre de la carrera. De la nada se me acercó al finalizar la clase muestra y comenzó a hacerme plática, es muy amigable y descubrimos que tenemos muchas cosas en común. Ella estudia el segundo semestre de Lenguas Extranjeras, es originaria de la Ciudad de México y vino a estudiar la universidad a Puebla porque solo aquí le convenció el Plan de Estudios. Su sueño es irse de intercambio a Europa para aprender francés, italiano y alemán. Es difícil describir a Mich, es la chica más hermosa que he conocido. Tiene un físico increíble, es dos centímetros más alta que yo, 1.72 tal vez, tiene un cabello rubio de envidia y unos bonitos ojos verdes. Cualquiera que la viera juraría que es estadounidense y con lo bien que hablaba inglés a veces jugaba con los chicos cuando intentaban ligársela, haciéndose pasar por extranjera y engañándolos con que no entendía el español.

Desde el primer día de clases no nos hemos separado. Ese día, en la bienvenida que todos los alumnos prepararon para los que acabábamos de comenzar, en una actividad que organizaron algunos profesores, nos lanzaron globos de agua y sin planearlo todos comenzamos un guerrita de globos. En medio de ese caos conocimos a Yanira que de inmediato se unió a nosotras para ganarle al equipo contrario. Ella también estudia Idiomas, de las tres es la más sociable y atrevida, tiene un espíritu aventurero y está decidida a encontrar un novio guapo sí o sí.

—Pues yo ya les dije. Sin duda los más guapos son los de Administración, Comunicación y Derecho —dijo Yanira convencida.

— ¿Administración? —pregunté.

—Sí, eres una suertuda Adriana, en tú carrera hay muchos hombres guapísimos, ojalá pronto salgas con uno y me presentes a otro de tus futuros colegas —imaginó con ilusión.

— ¡Claro Yan! para ti es fácil porque solo vas y les hablas sin ningún temor, pero yo, siempre que me gusta alguien tiene novia, vive lejos, no le interesa nada conmigo, es un futbolista famoso...

—Es ficticio y protagoniza una novela romántica —dijo Mich en tono de burla.

— ¡Exactamente! — dije mientras las tres reíamos.

Mientras desayunábamos a lo lejos en una de las mesas cerca de la puerta de entrada, se escuchaba a un grupo de amigos con un escándalo tremendo, hablando de fútbol. De pronto sentí una mirada que provenía justo de ese lado de la cafetería. Me puso algo incómoda así que decidí no voltear y seguí hablando con mis amigas.

—El Barcelona va a humillar al Madrid en el clásico y te lo firmo Daniel —dijo Edgar muy seguro de su afirmación.

—Ernesto, ¿escuchaste la estupidez que acaba de decir Edgar?, wey, por favor, ¿Messi que?—dijo Daniel buscando mi apoyo.

— ¿Ernesto?... ¿A quién estás viendo, cabrón?

—A mi futura esposa. Cállate —ordené.

— ¿Qué?—me preguntó sorprendido, al mismo tiempo que volteó y vio en el fondo una mesa con tres chicas platicando.

— ¿No conoces la discreción?, evita voltear así ¿okay?—dije molesto —Necesitó saber el nombre, teléfono, signo zodiacal y si se quiere casar conmigo esa muñequita—dije sin despegar la vista de esa mesa.

— ¿La rubia? , no está nada mal eh...

—No, la que está enfrente de la rubia, la castaña de ojos preciosos — expliqué —Ese abrigo negro le sienta tan bien.

— ¿Ya viste a la que está junto?, hermano, yo no sé tú pero tiene un cuerpo de infarto —dijo Daniel refiriéndose a la que lucía más grande.

—No me importan las otras dos. Me acabo de enamorar de la castaña y las demás dejaron de existir para mí —afirmé.

— ¿No crees que estas exagerando, Ernesto? —preguntó entre risas —Jamás debes enamorarte o ¿ya se te olvidó el código de hombres que tú y yo inventamos?

—Mira nada más esa sonrisita hermosa y ese cabello que hace juego perfecto con esos ojitos —dije en voz baja — ¡Es que esos ojos tienen que ser míos Daniel!

Daniel me miró extrañado. Nunca me había visto tan entusiasmado con una chica, ni siquiera con las modelos de aquella fiesta de cóctel a la que habíamos asistido unas semanas atrás.

—Viéndola bien, me acabo de dar cuenta que la conozco —dijo Daniel haciendo memoria de la clase de Inglés.

— ¿En serio? ¡Dime todo lo que sepas, edad, teléfono...necesito saber todo de ella! —exigí con emoción.

—Pero...

—Por favor dime que no es una ex tuya o una de tus conquistas —dije preocupado.

— ¡No! , ¿Me dejas hablar?— sentenció Daniel —La vi hoy en la mañana. En mi clase de inglés, me parece que va apenas en segundo semestre.

—Es pequeñita entonces, ¿cómo se llama?—dije con emoción.

—Tengo su nombre en la punta de la lengua pero no me acuerdo, creo que empieza con A.

— ¿Con A? , ¿Amanda? , ¿Ana? —comencé a adivinar — ¡Acuérdate Daniel!

— ¡Cálmate Ernesto! , si me presionas, menos lo voy a recordar —dijo.

— ¡Pues disculpa! , pero en serio quiero saber quién es—dije con tristeza.

—Creo que es Ariana...Ari... ¡ADRIANA!, ¡ES ADRIANA! —gritó Daniel haciendo que la chica rubia de la mesa se girara hacia nosotros.

—Shhhh, baja la voz que se darán cuenta que estamos hablando de ellas-—dije evitando alzar la vista — ¿Estás seguro que es Adriana?

—Sí, wey, se presentó frente al grupo y estudia Administración de Empresas.

—Adriana. ¡Adrianita chiquita y bonita! va a ser mi futura esposa— dije en voz baja mientras me deleitaba viéndola reír con sus amigas.

Algo Contigo (en proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora