Capítulo 1: Destierro.

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Las llamas ascendían, creaban figuras deformes en las puntas de las mismas; la gente del pueblo del sur de Gresit; Hanzel torció repetidas veces; entre todas las llamas vio los ojos celestes de Carmilla.

«Unete a mí»

—. No puedo ver a su alteza en este estado...—escuchó a su sirvienta leal

El calor la abrazaba más.
Hanzel estremeció y alzó la vista a la luna.

—¡Se que estás ahí!—exclamó—¡Escucha...!—toció y escupió sangre—¡... Ruego por mi vida y la de mi gente! ¡Ayudalos...!—jadeó

Soltó un desgarrador grito...

—¡Déjame ayudarlos!—exclamó entre el llanto y el dolor

Su pueblo, la había traicionado.
Su gente, la estaba viendo agonizar.
Su reino, había caído.
Su corona, la habían destrozado.
Y aún así, la futura reina, rogaba por el...

Todo quedó en un sepulcral silencio; Henzel había aceptado su muerte, peor el fuego se desvaneció con la niebla; un lobo blanco, salto hacia ella y perdió el conocimiento.

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Escucho el relinchar de un caballo, abrió lentamente sus ojos; su vista tardo en acoplarse, ¿Donde estaba? ¿Había muerto?

—¿Puedes oírme?—le habló alguien a la distancia

Vio un rostro, borroso, era un joven, lo podía decir por su voz; «Despierta, estamos...» en sus labios se asomaban unos filosos colmillos; no se asustó, por alguna razón, se sentía en un sueño... Profundo y quieto, tenía sed, podría haberse bebido un lago completo.

—. Estará bien cure la mayor parte de sus heridas—respondió una mujer

—. No es apropiado para una princesa llevar ropas de caballero, ¿O si?—ahora fue la voz de un hombre

—¡Trevor!—le riño la chica

—. Ciertamente eres muy malo con los chistes, Belmont—apuntó de nuevo el joven que le había hablado anteriormente

Solo alcanzo alzar la palma de su mano hacia dicho chico, intento hablar, pero su voz no se encontraba por ningún lado.

—¿Que pasa?—preguntó la chica que había reñido anteriormente a Trevor

—.... Gua...—susurró apenas—. Agu... a ...

Su fuerza se perdió, pegó la nuca de nuevo a la madera; no estaba en una cama pero tampoco en algún suelo fijo.

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—. No pareces ser el tipo que ayuda a otros, dime, ¿Por qué respondiste al llamado de esta mujer?—inquirio Trevor con ese tono arrogante

Estaban en aquel carruaje, directo hacia Drácula; Alucard miro sobre su hombro a la rubia detrás de el; la imagen de su madre le invadió la mente.

—. Me recordó ... Algo.—se limitó a contestar

—. La causa de su sentencia a muerte era de brujería y traición a la iglesia—añadió Sypha—. Pero...—ella sirvió un poco de agua en un cuenco—. Si era la princesa heredera...

—. Reina...—la corrigieron Trevor y Alucard

Sypha puso los ojos en blanco.

—¿Por qué sería la reina? Ninguno de nosotros los oradores sabe eso en primera—se defendió la hechicera—. Además...

—. Al parecer los vampiros atacaron la familia real, es la única sobreviviente, también se le acusa de que haya matado a su propia familia—informó Alucard—. Y de tener algo que ver con las ordas nocturnas de Drácula.

Trevor silbó impresionado, Sypha le dió en la boca el agua, la chica tenía los ojos cerrados, se alegraba Sypha de haber curado a tiempo las quemaduras y de que Hanzel estuviera bien.

—. Belmont, ¿Que no tu familia fue desterrada por el reino Caien?—ladeó la cabeza Alucard

Trevor intento no soltarle una palabrota, se froto la cara exasperado por tantas indirectas tan molestas de Alucard, era de esperarse. Estaba por responder cuando Sypha llamo la atención de los chicos

—¿Puedes verme?—le preguntó Sypha a Henzel

Alucard logro escuchar el corazón de Hanzel como iba tomando su ritmo poco a poco, al igual que su respiración; se le hacía tan femiliar ese sonido.

—¿Quien eres...?—susurró la rubia

Pero antes de preguntar algo más, busco abruptamente sus armas.

—. No te preocupes, te las quitamos para salvarte de esos malditos enfermos—le hablo Trevor

—¿Quienes sois?—preguntó con cautela Hanzel

—. Cualquiera, menos tu enemigo—respondió Alucard quien apenas las miro

Ella se quedó inmóvil, observando al joven a su lado, después paso la vista hacia Sypha.

—. Tranquila, pueden parecerte un poco raros pero son buenas personas—dijo con toda confianza

—¿Una orador?—Syoha asintió—. Creí que la iglesia los había asesinado.

—. Si bueno... Fue una historia larga—respondió Sypha

—. Creo que nosotros tenemos más preguntas, princesa Hanzel....—me hablo toscamente Trevor—¿O debería decir, reina?

—. Cuida tu tono, por favor—advirtió suavemente Hanzel

—. Déjalo ya, Belmont, será mejor irnos—inquirió Alucard

Trevor miro con recelo a la chica, igual que Alucard, Sypha parecía la más confiable, pero su mirada no dejaba de mostrar cierto rastro de recelo.

Bacio scarlatto (Alucard y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora