Capitulo 13: La niebla del amor

882 90 15
                                    

Dracula.

Golpearon de golpe, tan fuerte que la calma se desvaneció en todo el castillo.
El primogénito de Dracula, con 4 años de edad, corrió hacia la puerta.

—¡Adrien, no!—gritó Lisa

Dracula apareció entonces entre las sombras, Alucard miró a su padre con una sonrisa..

—Venga, a la cama.—ordenó Dracula—. Mañana seguirás jugando.

Lisa sonrió, pero fue una sonrisa efímera, los golpes de nuevo se hicieron presentes, Dracula cargo en sus brazos a su hijo y lo llevó con su madre.

—¿Que pasa? ¿Necesitarán ayuda?—preguntó Lisa, Dracula negó cerrando los ojos—¿Vas a explicarme que pasa?

Revisaré quiénes son. Ve a la habitación de Adrien, no salgan de ahí hasta que yo vaya por ustedes.

Lisa arqueo una ceja.

—. Sabes que no haré caso a eso.—espetó Lisa

Dracula iba a responder, cuando esta vez gritaron por su nombre; Lisa le hizo una advertencia con los ojos y se retiro arropar a Adrien.

Una vez Dracula no escuchó cerca los latidos de Lisa, se decidió por fin abrir la puerta. Bien sabía quienes eran y bien sabía que hacer si uno de estos se le ocurría atacar a su familia.

—¡Dracula!—gritó entonces alguien

Los soldados venían mal heridos y la sangre abundaba.

—¿¡Están tratando de insultarme?!—gritó Dracula, pero entonces escuchó como cayó alguien a sus pies

Era una mujer, llevaba un vestido arañado, las piernas llenas de moretones y la cara rasgada.

—Por favor, somos del reino Caien, esta mujer fue esclava de los nórdicos...

Dracula observó el cuello de la mujer, al instante pensó en Godbran, se estaba desangrado y estaba más muerta que viva.

—Esta mujer... era profeta, mi profeta.—el rey se veía desesperado—Le prometí que...

El reino Caien.
El reino que había hecho pacto con los Belmont.
Pero que justo ahora, ellos buscaron al enemigo, para salvar... ¿salvar que?

—Por aquí, solo usted y ella. Advertido está, que una vez cruce el umbral de mi castillo, nadie saldrá vivo.—señaló Dracula

Actualmente...

Dracula abrió lentamente los ojos... si, esa fue la primera vez que la vió.

Ojos casi grises, pero que lograban hacerse pasar por azules, la piel era extremadamente blanca, casi se podía confundir con un vampiro, pero la madre era humana y la pequeña bebé emanaba cierta luz extraña. Algo que todavía no estaba seguro, hasta después de que transcurrieron los años, incluso Lisa la había tratado, pero el cuerpo de aquella niña era muy débil para el mundo humano y muy fuerte para su mundo.

Bacio scarlatto (Alucard y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora