2.8

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–Kate.– susurró Jaden entre besos, pasando sus manos por los costados de mi cuerpo, –¿Estás segura de que quieres hacer esto?

–Si.– asentí de nuevo, porque Jaden había preguntado lo mismo demasiadas veces en los últimos minutos. Puse mis manos sobre su pecho y comencé a caminar de espaldas hacia la cama, –¿Tú estás seguro?

Por poco y no lo pregunto, porque había una pequeña parte de mí que sentía que Jaden no quería hacer esto. Algo me decía que él aun quería esperar, aunque no tuviéramos nada por lo que esperar. No sabía si estaba asustado o simplemente estaba nervioso, pero siempre había algo que lo detenía cuando hacíamos cosas de este tipo. Jaden siempre paraba las cosas cuando comenzaban a venir por esta dirección, y sinceramente ya me estaba cansando de esto. Él aun estaba superando a Mads, y yo lo sabía y lo entendía muy bien, pero honestamente no había razón por la que él debía de detenerse por culpa de ella.

–Si.– dijo Jaden luego de unos segundos. Me empujó levemente hacia la cama, él quedando por arriba mío mientras sus besos encontraban su camino a mi cuello. Succionó en mí clavícula cuando terminé de quitarle su camisa y la aventé al suelo.

Las manos de Jaden regresaron a mi caderas y sus dedos me tentaron en el elástico de mis joggers, pero finalmente los deslizó por mis piernas completamente. Con ayuda de mis pies los tiré de la cama al suelo, donde se reunieron con el resto de la ropa. Jaden sonrió mientras se inclinaba, trazando un camino de besos por mi estómago hasta llegar al elástico de mis bragas. Estiré mis manos y pasé mis manos por su cabello, gentilmente levantando su rostro para que me mirara de nuevo. Él volvió a asentir y llevó sus labios a los míos, besándome con mas pasión y lujuria que nunca.

Después de unos minutos mas de solo nosotros besándonos, estaba comenzando a ponerme ansiosa así que tomé el asunto en mis manos. Tomé a Jaden por los hombros y de alguna manera logré darle la vuelta a pesar de que él era mucho mas grande que yo. Me subí a su regazo con cada pierna a cada lado de sus caderas. Pasé mis manos por todo el torso un tanto tonificado de Jaden, desde sus hombros hasta el botón de sus pantalones, con el que lo molesté por un rato.

–Kate.– gruñó Jaden, inclinándose hacia delante. Se sentó aún conmigo arriba y acunó mis mejillas, acercando mi rostro al suyo. Conectó nuestros labios de nuevo logrando distraerme de lo que había estado tratando de hacer antes.

Envolví mis brazos por su cuello mientras lo besaba, dejando salir un pequeño gemido cuando sentí sus manos pasar por mi espalda y llegar al broche de mis satén. Desesperadamente sus dedos intentaron botar el broche en un intento de quitármelo, acortando todo el espacio posible entre nosotros. Cuando me di cuenta que él jamás iba a conseguir quitármelo, me di por vencida y estiré mis manos por mi espalda para quitar el broche yo misma. Lo quité de mis hombros y lo aventé en algún lugar de la habitación.

–¿Estás segura que eres virgen?– preguntó Jaden, y pude sentir como el bulto dentro de sus pantalones se hacia más grande, –Eres demasiado buena en esto.

–Definitivamente son virgen.– reí empujando a Jaden para que volviéramos a estar recostados en la cama. Él me tomó por la cintura y me atrajo a él para que estuviéramos lo mas cerca posible. Mordí con delicadeza en su cuello y pude volver a escuchar uno de sus deliciosos gruñidos. Sus manos subían y bajaban por mis muslos tentándome.

–Entonces creo que deberías dejarme a cargo ahora.– susurró en mi oido para luego darme la vuelta. Él quedó por arriba mío y se sostuvo con un brazo mientras él finalmente desabotonaba su pantalón con la otra mano y de alguna manera logró bajárselos con una sola mano, al igual que sus bóxers, siendo ahora mis bragas lo único que nos separaba.

7:15.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora