–Así que, Katherine.– Habló mi madre, cortando un pedazo de pollo con su tenedor.
–¿Si?– Levanté la mirada de mi plato con comida, la cual apenas y había tocado desde que nos sentamos a cenar.
–¿Cómo te ha ido tomando el autobús? ¿Es tan malo como pensabas que sería?– Preguntó.
–Es genial, de verdad.– Mentí. –Hay un grupo de hombres mayores que se juntan en la misma esquina y solo se sientan a consumir drogas y beber cerveza.
Escuché a mi padre reír entre dientes, pero pronto lo cubrió fingiendo un tosido. Mi padre siempre ha estado de mi lado, desde el día que nací. Él era mi amigo, mi compañero en el crimen. Él era mi compañero de juegos constante cuando era pequeña, pero mientras mas crecía más nos separábamos, justamente como cualquier otro padre e hija lo hacen. Después de que su trabajo consiguiera éxito y él comenzara a ir en más viajes cada vez, dejé de esforzarme tanto en obtener su atención. Aun nos hablábamos y teníamos diversión entre nosotros, pero ya era muy raro que eso pasara.
–Es maravilloso mamá. Amo el olor a marihuana en las mañanas.– Suspiré
Había ideado un plan, y ese plan era hacer que la parada de autobús pareciera lo más horrible que se pudiera. Si actuaba como que la disfrutaba, por supuesto que mis padres me regresarían mis llaves del auto. ¿Quién quiere a su hija alrededor de un montón de adictos a las drogas? Por lo menos yo no.
–Katherine.– Dijo mi madre severamente.
–Me ofrecieron llevarme a este club con ellos el fin de semana, y dijeron que era un lugar en el que podía obtener cocaína gratis, sin hacer preguntas.– Continué, tratando de enfurecer a mi mamá aun más.
–¡Katherine, fue suficiente!– Gritó ella, deteniéndome de decir algo más. – ¡No vas a tener las llaves de tu auto de regreso hasta que hayas aprendido la lección!
–Papi.– Hice un puchero, utilizando a mi padre como ultimo recurso. Ya había pasado un mes desde que había comenzado a ir en autobús y simplemente ya no podía más. Haría cualquier cosa por obtener mis llaves de regreso.
–Escucha a tu madre, Katherine.– Dijo mi padre. Después de tener una conversación en silencio con mi madre justo frente a mis ojos. Me sentí traicionada. Mi propio padre, mi amigo de toda la vida, tomando el lado de mi malvada madre.
–¡Esto es tan injusto!– Me quejé.
–Tal vez la próxima vez que quieras meter a un chico a la casa recuerdes lo bien que se siente conducir tu auto.– Mi madre negó con la cabeza mirándome con desaprobación.
–¡Ni siquiera puedo recordar cómo conducir! Me han privado de eso por mucho tiempo.– Apoyé mi mano en mi frente y me incliné hacia la mesa, claramente exagerando mis emociones.
–Te estas dejando en ridículo.– Mi madre suspiró.
–¡Esto es imposible!– Grité, aventando mi plato lleno de comida lejos de mi. –Me rindo, me encerraré en mi habitación y me quedaré ahí hasta que tenga 80 años.
Me levante de mi silla y me apresuré a caminar lejos de la mesa, dejando a mis padres atrás para terminar con su cena en silencio. Pisotee las escaleras, asegurándome de hacer sonido extra mientras subía.
Al pasar por la ventana en las escaleras noté a una figura muy familiar pasando por fuera. Vestía en puro negro y parecía caminar con un propósito, su característico cigarrillo entre sus dedos. Se veía tan perfecto sin siquiera intentarlo, sin siquiera saber que ahí había alguien mirándolo por la ventana. Podría sentarme ahí y mirarlo caminar frente a mi, pero si lo hacía perdería la oportunidad de hablarle.
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7:15.
Fanfiction"7:15, that's our time" Jaden Hossler. Esta es una traducción y adaptación a una historia con el mismo nombre. La historia original está en inglés y es un fanfic de Ashton Irwin. Esta es la cuenta de la autora original y el link a la historia origin...