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Sugerí que comiéramos pizza, pero Jaden tenía algo más planeado. Su gran idea era llevarme a una vieja tienda de discos en el centro, para enseñarme lo que la "buena música" era.

Entramos a la tienda, aroma a discos viejos y álbumes en el aire, algo que nunca antes había experimentado. Todo era tan interesante y tenía que parar de caminar para tomarme un momento y solo mirar alrededor, aunque no tenía ni la menor idea de lo que estaba mirando exactamente. Jaden ya estaba caminando al fondo de la tienda, y una vez que reaccioné lo seguí de cerca, no quería perderme en un lugar poco familiar como este.

–Okay, este es el momento en el que te enseño algo de música buena.– Jaden se paró frente a mi, inquieto cambiando su peso de un pie al otro.

–Esto perfectamente bien con la música que escucho ahora.– Dije y mordí mi labio inferior.

–No vas a estar diciendo eso una vez que acabemos aquí.– Jaden rió. Caminó aun más atrás, pasando por estantes y más estantes de discos hasta que encontró lo que estaba buscando.

–Comencemos con esto.– Tomó una pila de discos y todos me los entregó. –The Killers. Mi banda favorita de todos los tiempos. Los puedes escuchar todo lo que quieras, pero no dejes que se conviertan en tu banda favorita. Ya son la mía.

–¿Qué tipo de música es esta?– Pregunté, principalmente preguntando por el género. The Killers suena como un nombre que me asusta, no quería que Jaden me forzara a comprar un banda de metal-satánico sin que lo supiera.

–Buena música, Murphy.– Exclamó Jaden, aventando sus manos al aire. Me tomó por los hombros y me dio la vuelta, dirigiéndome a más estantes de discos. De vez en cuando paraba a tomar un álbum y agregarlo a la pila en mis manos.

–¿Asumo que yo estaré pagando por todo esto?– Rodé los ojos.

–Pues ciertamente yo no. ¿Acaso no tienes la tarjeta de tu papi?– Rió Jaden. Buscó entre más discos y sacó uno, apilándolo en mis manos. –Vampire Weekend. Definitivamente necesitas escucharlos.

Así continuó por un largo rato. Jaden dándome discos y recomendaciones de música y sin dejarme hablar o decir algo. Aunque no me importaba, porque aunque Jaden estaba siendo un poco molesto estaba logrando abrirlo de poco a poco, y eso era exactamente lo que quería. En el segundo en el que entramos a esta tienda su estado de animo cambió, parecía haberse transformado en otra persona por completo. Era de locos, como cambió tan rápido. Pero en lugar de sentarme y observarlo boquiabierta decidí que lo iba a utilizar a mi ventaja.

–Green Day. Has escuchado Green Day ¿cierto?– Preguntó Jaden dándome otro disco.

–He escuchado un par de canciones en la radio.– Encogí los hombros. Honestamente no era muy fan de la música, apenas y la escuchaba a menos que estuviera en el auto, el cual ahora no tengo.

–Por dios, Murphy.– Jaden negó con la cabeza. –Tu primera tarea es escuchar Jesus of Suburbia y decirme que piensas de eso. Podemos hablar del tema en la parada de autobús el lunes por la mañana.

–¿Tarea? Pensé que me estabas sugiriendo nueva música, no pensé que me estuvieras dejando tareas de música que debía escuchar.– Lo cuestioné.

–Solo escucha la maldita canción.– Se quejó Jaden, pasando sus dedos por su cabello.

–¿Así que te gusta la música, huh?– Lo ignoré y pregunté eso en cambio, dejando todos los discos en una mesa que estaba cerca.

–La musica es genial. Es una buena manera de escapar de la mierda que está pasando en el mundo.– Jaden encogió los hombros.

–Tu nunca escuchas música cuando estamos en la parada de autobús.– Noté, dándome cuenta por primera vez. Jaden podría fácilmente conectar sus audífonos e ignorarme, pero nunca lo ha hecho.

7:15.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora