Capítulo Extra I: Gale

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POV de narrador

El chico castaño camino por la calle con su cazadora y sus botas negras a pesar de toda la lluvia que azotaba el distrito de forma despiada. A él ya no le importaba nada, nada ni nadie. Hace un par de semanas había descubierto a su novia con su vecino, y eso fue una punzada de dolor ardiente directo a su pecho. La pelirroja al ser descubierta con otro se levanto y con indiferencia le dijo que no se arrepentía de nada, obviamente ellos terminaron ese mismo día.

A la pelirroja no llego a importa mucho pero a él sí. Estaba realmente convencido de que lo que tenían era algo especial e importante, pero para ella no lo fue. Él andaba muy convencido de que ella era perfecta en todos sentido, sus ojos celeste y su cabellera roja, sus altura baja y sus pecas que a penas era visibles por los kilos de maquillaje que llevaba en el rostro. Todo de ella amaba hasta su forma de vestir le parecía única e inigualable. Ese era otro corazón roto.

¿Es que ese era su destino?

¿Llenarse de corazones rotos y desesperanzados?

Tal vez esa era la señal de aceptar la soledad, pensó él cuando llego hacia el bosque. Tomo acierto en una de las rocas y miro al cielo pidiendo apoyo, a lo que sea. Pero fue como por arte de magia que algo ocurrió, algo mágico. Especial que cambiaría su vida de ahí para delante.

Una cuchilla callo al lado de su cabeza hacinado que él se pusiera en alerta. Una chica de cabello rubio rizado que lo llevaba en una trenas de ojos color avellana. Parecía una chica de unos diecinueve o veinte, de eso no pasaba. La chica llevaba el cabello en una trenza de lado una cazadora puesta, un jean con sus botas negras y largas. Iba bien maquillada a pesar de su ropa.

-Hey, me hiciste fallar el tiro.-se queja la rubia.

Y tú casi me rompes la cabeza.-le responde él señalando el cuchillo clavado en el árbol de al lado.

-Casi.-responde ella.

Luego de unos inevitable minutos de silencio los cuales se hicieron eternos entre ambos la chica de cabello rubio y rizado decidió comentar algo.

-¿Tan mal estas? -dice ella.

-¿De qué hablas? -le responde él con confusión

-Karly.-dice la rubia.

-Ah...bien, supongo.-dice él con la voz quebrada. Si tan sólo con oír su nombre cada pequeño recuerdo llegaba a su nombre como una bala a mil kilómetros por mili segundo.

-Te ves fatal.-comenta la rubia.

-Lo sé.-le responde con sequedad en su voz.

-Karly es una perra.-dice la rubia tratando de subirle el ánimo pero no funciona como ella pretendía, pues sólo logró causarle más dolor a él.- Es mi hermana melliza.-dice la rubia.- Soy Sarah.

-¿Mellizas? -dice él atónito por lo que sus oídos acababan de oír hacia tan sólo unos segundos.- Pero si son tan distintas, son como el negro y blanco, lo bueno y lo malo.-dice él.

-Lo sé, yo siempre quise ser diferente a ella. No la consideraba mi hermana, ella era cruel conmigo. Me pegaba y rompía mis muñecas cuando era pequeña. Ella siempre fue la favorita y...bueno, por eso nunca me creían a mí. Yo era como la oveja negra de la familia.-le comenta ella mientras lágrimas caían de sus bellos ojos color avellana.

-Hey, no llores.-le pide él y le pasa un brazo por encima. La acuna en sus brazos y deja un beso en su mejilla derecha.

-Sabes, a mí...nunca me quisieron mis padres, me detestaban. Me consideraban un fenómeno, una rareza. La cosa más inútil e inservible de este mundo.-comento ella pero él la callo posando su dedo en sus labios color carmín.

-No digas eso, todos los padres quieren a sus hijos.-la contradice, detestaba verla llorar así.

-No, ellos me odiaban con alma y todo. Me lo dijeron en mi cara, cuando estaban borrachos me dijeron que cuando mi hermana y yo nacimos...ellos quisieron deshacerse de mí. No importaba como, me querían lejos de sus vidas. Me despojaron del dinero familiar y me botaron de casa a los catorce años.-dice ella mientras sollozaba con fuerza.

-Lo tuya, no es nada con lo que todos hemos vivido. Karly es una perra que se metía con los hombres con dinero, les hacia gastarlo todo en ella y cuando ellos ya no tenían dinero los dejaba como basura. Tuviste suerte, el anterior no la tuvo, murió de hambre hace dos meses.-comento ella con lástima y pena.

-Eso no cambia mucho las cosas, sólo las empeora.-dice él.

-Ella es una tarada, ¿y sabes por qué lo es? -dice Sarah.

-No.-niega él.- No lo sé.-dice él con confusión.

-Porque perdió a una gran persona como tú.-le dice ella levantándose de su regazo, camina por el césped descalza y luego sale corriendo por el bosque sin dejar rastro de ella.

El chico, se quedo atónito tratando de procesar toda esa información que le había dicho Sarah. A los minutos él se levanto y la fue a buscar. No la encontró por ningún lado, los días pasaron y todo seguía igual. No rastro de esa rubia rizada de ojos color avellana. Él se sentía perdido hasta que un día revivió una invitación.

Era para celebrar el cumpleaños de Katniss, Peeta la había nevado sin que ella supiera y así poder hacerle una fiesta sorpresa. Al la semana siguiente Gale viajo al doce para ver a Kat. Tenía los ánimos por los suelo y en realidad dudaba estos cambiarán repentinamente. Pero se equivocó, en la fiesta...

La encontró a ella. Sentada en una mesa jugando con la pequeña Willow mientras charlaba con Katniss sobre quién que cosa. Él se acerco a ella con cuidado y cautela y cuando ya estaba a centímetros de ella hablo.

-Juraba que la tierra te había tragado.-comento él atrayendo la atención de ella, Sarah.

-Ah...no, es que tenía mucho trabajo que hacer.-se excusó ella.

-¿Se conocen? -intervino Katniss sorprendida.

-Síp, él es el chico al que casi le lanzó un cuchillo en la cabeza.-comenta la rubia.

-Wow, y mi me dijiste el nombre.-se queja Kat.

La velada transcurrió normal, alegre y animada. Todos estaba alegres y contentos, incluso Gale que aún sentía dolor por lo de Karly. Pero ahora eso era lo de menos, ahora tenía algo más en su cabeza. Un sentimientos feroz que lo carcomía por dentro y lo hacia dudar y sentir miedo.

Le gustaba Sarah...y tal vez estaba loco por ella,

Pero tenía miedo, enamorarse le causaba daño, o eso pensaba él. Las veces que cayo ciegamente ante el amor, o así lo llamaba él, terminaba sufriendo mucho y ya no quería seguir sufriendo así. Quería darle un stop y olvidar todo y ese era su plan. Alejarse de Sarah, por su propio bien, todo iba como él quería...hasta qué algo paso.

-Gale...tú...me gustas mucho, me muero por tí. No duermo pensando en tí, en como estas o si aún sigues amando a Karly a pesar de todo. Me aterraba decírtelo pero más me aterraba nunca llegar a hacerlo.

-Pues estamos igual.-comento él dándole una sonrisa soñadora que mataba por dentro a Sarah. La ataba de amor. Un amor real y no una simple ilusión.

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¡Hola mis lectores favorito de todo este mundo mundial! Estuve últimamente de viaje y aunque le dije que ya era el final puse este capitulo extra para todos ustedes y para que supieran que fue de Gale y odiosa ahora ex novia Karly, la hermana melliza de su actual novia Sarah.

POSTDATA: habrán otros dos o tres capítulos extras antes de que los abandoné por un tiempo para ver como me adecuo bien a segundo año.

¡Que fastidio! Pero bueno, los dejo mis queridos amores.

¡Bye, Bye!

¡Andre! :D :D :D

Los juegos del hambre continúanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora