Capítulo Extra III: Jo (Johanna)

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POV de Narrador

La ahora rubia camina por el largo pasillo blanco con el piso gris y las puertas de cristal y madera. Posa sus ojos en el suelo y carraspea fastidiada. No había llegado, otra vez. Ya era la tercera vez que Mark la dejaba plantada, estaba harta. En serio a ella no le iba bien con eso de las citas a ciegas. Hace solo unos meses lo habia conocido pero le habia atraido tanto que quiso intentarlo y saber como le iba. Y es que era muy obvio cómo le fue en eso de las citas.

Estaba trataba pero nunca le iba bien, solo esperaba encontrar a alguien que se ajustará su forma de ser, pero no, siempre algo tenia que ocurrir y matar todas sus espectativas del mundo.

Ella acomoda su cabello rubio en un coleta con una goma rosa. Agita sus manos histerica y se dirije a la salida del restaurante cabizbaja. Sus tacones negros resuenan contra el suelo por todo el local. Cuando ya se encontra afuera unas pequeñas lágrimas se dezlizan por su palida mejilla. Unas lagrimas de pena y dolor. De un deseo no alcanzado, de uno frustado.

No era posible que todos las personas que conocia tuvieran suerte en lo que ella no tenía lo tenia, lo que ella desearía tener qué es lo que no la dejaba ser feliz como ella quisiera.

¿Es que era por su carácter y su forma de ser?

Eso era lo que ella se pregunta una y otra vez sin tener respusta alguna.

Las lágrimas empezaron a cegar su camino mojando sus mejillas y cayendo en la fria nieve de invierno. Su vista comenzaba a ponerse borrosa por las lágrimas. Ya no soportaba más, era como un dolor emocional uno fuerte. Uno que la apartaba del mundo exterior.

Acomoda bien su remera blanca y se abraza a si misma para protegerse de la fria nieve. Sus lagrimas comenzaban a congelarse y el frio a apoderarse de ella. Agita su cabeza fastidiada y tomo asiento en una de las bancas del centro.

Ella se quedó allí sentada en las bancas como más o menos un par de minutos, se hubiese quedado mas tiempo, eso era obvio, si no hubiese sido por bola de nieve que impactó contra su remera blanca de lana.

Se levantó furiosa de la banca, cómo es que ese mocoso habia osado hacer eso, le había golpeado en la que la remera y luego en la cabeza. Con la ira apoderada de ella por completo, se levantó histérica cogiendo un buen puñado de nieve y le lanzó un montón de bolas de nieve al pobre muchacho que en ese momento parecía no ser nada más que un chiquillo de 14 años. Pero fue sorpresa cuando el chico de supuestamente 14 años levantq su cabeza mostrándole cada facción de su bello rostro, era como un dios griego, ella notara que obviamente el chico de supuestamente 14 tenía entre 22 o hasta 23 años.

Ah...si hasta parece un sexy dios griego, piensa ella.

-¡¿POR QUE HAZ HECHO ESO, IDIOTA?! -grita ella furiosa, estaba literalmente bañada de nieve y habia estropeado su ropa nueva.

-Ah...¿lo siento? -Duda el chico castaño tratando de aguantar sus ganas de explotar en carcajadas.

-¿Y encima lo dudas? -Dice ella histerica.

-Una pregunta, ¿eres rubia natural o teñida? -Le pregunta de la nada.

-¿Te importa? -Le responde ella con brusquedad.

-Ah...en realidad sí.-le responde.- Soy Matt, un gusto conocerte, rubia teñida.-dice Matt.

-¡No soy rubia teñida! -chilla ella.

-Es cierto, su cabello es más color mostaza. Un horrible color, que cabello tan espantoso...¡Ja! Y con esa cara que tienes...eres horrible.-se burla Matt haciendo que ella se rompa por dentro.

Los juegos del hambre continúanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora