Love To Hate Me ☆ muke

☆ Fourteen ☆

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"If I needed you, I'd have you that I know, hold up
I could do bad by myself, don't need help"

[Si te necesitara, te tendría, eso lo sé... espera
Puedo hacerlo mal por mi cuenta, no necesito ayuda]

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—Hey, ese el pingüino que papá te regaló luego de su viaje a Paris.

Sus ojos fueron al animal de peluche que Michael tenía en sus manos, viéndolo con una pequeña sonrisa nostálgica en el rostro, haciendo que sintiera un leve calor en su rostro al aun tenerlo aunque hayan pasado demasiados años.

Michael se encontraba en su habitación luego de que hubieran logrado hacer que Blue tomara los medicamentos que le dieron en la veterinaria (después de conseguir un arañazo de parte de él cuando intentó meter la pastilla a su boca). El chico de cabellos negros se encontraba merodeando por los alrededores, como si estuviera esperando a que comenzara, sin forzarlo directamente a hacerlo.

Estaba sentado en medio de la cama, buscando las palabras correctas, y a la vez, algo distraído con la imagen de Michael encontrando cualquier cosa en su habitación que llamara su atención.

—Sí, es mi favorito —dijo, encogiéndose de hombros. Michael miró en su dirección, manteniendo la sonrisa en su rostro, haciéndolo sentir algo consciente de las palabras que dijo en voz alta.

—El mío también. Él lo trajo para mí, ¿sabías? —comentó Michael, dejando de nuevo el peluche sobre su escritorio para luego rebuscar entre sus cuadernos. Levantó las cejas sorprendido —. En realidad, me dio a elegir uno. También trajo este pequeño león de peluche, pero creí que-... No lo sé, te escuché decir que te gustaban los pingüinos en esa excursión escolar al zoológico y- Creí que preferirías el otro —dijo él, encogiéndose de hombros.

Parpadeó, mirando a Michael con una expresión algo sorprendido, aunque él no lo estuviera viendo directamente.

Estaba completamente seguro que Michael lo odiaba en ese tiempo. Siempre se quejaba cuando iba a su casa o le daba malas miradas en medio de los pasillos. Y, parte suya realmente creía que era porque lo había visto llorar, pero otra solo pensaba que simplemente era así. Michael lo odiaba, y tendría que vivir con eso por más que le molestara. Al parecer, estuvo equivocado.

—¿No me odiabas?

—Nunca te odié —Michael bufó, tomando un cuaderno de su escritorio para comenzar a ojearlo —. Ya te lo dije. Solo- Tenía demasiados sentimientos- uhm, encontrados, contigo y era frustrante. No era bueno con ellos. Todavía intento entenderlos.

—Eres mejor que yo con ellos —respondió, logrando que Michael levantara la mirada de su cuaderno para blanquear los ojos.

—Solo dejé de pensar demasiado, pero eso no significa que algunas veces no sepa cómo lidiar con ellos —dijo Michael, volviendo a llevar la mirada a su cuaderno. Asintió, aunque sabía que él no lo estaba mirando —. No estoy en los últimos dibujos —habló el teñido, con el ceño levemente fruncido, extendiendo el cuaderno en su dirección.

Frunció el ceño en confusión, tomando el cuaderno, para luego ver a Michael y su expresión de indignación por no estar en las últimas páginas. Los dibujos eran más que nada objetos, flores o algún paisaje, sin contar con ese chico con el cabello genial de Algebra.

No estuvo socializando con demasiadas personas desde la fiesta. Es decir, algunas veces Ashton se sentaría a su lado en la cafetería porque él era esa clase de persona que odiaba que los demás estuviera solos, pero luego de eso, haría lo posible por evitar a alguien más.