☆ Epilogue ☆

1.3K 137 324
                                    


—¡Hablaba de mi derecha!

—¡No me grites!

—¡Tú también estás gritando!

—De acuerdo, suficiente —dijo repentinamente, deteniendo el auto y quitando las manos del volante.

Michael soltó un bufido, para luego cruzar los brazos sobre el pecho y mirar hacia su lado de la ventana con el ceño fruncido, como si él hubiera sido quien estuvo pasando por este sufrimiento desde que inició el fin de semana.

Estaba realmente acalorado, con el sol del verano molestando sus ojos y sudor corriendo por su frente, en un estacionamiento completamente vacío del viejo supermercado a las afueras de la ciudad. Estos, sin duda, no fueron sus planes para su última semana de vacaciones.

Se suponía que debería estar viviéndola al máximo, diviertiendose con sus amigos, o al menos, fingir que amaba ir a la playa con ellos cuando no podía soportar la arena metiéndose en cada parte de su cuerpo. No en el auto de su novio, quien era un realmente malo maestro de manejo.

Lo peor de todo era que, ¡ni siquiera quería aprender a manejar!

De acuerdo, su madre estuvo molestándolo con aprender a hacerlo desde que cumplió dieciséis y tuvo la edad requerida para sacar un permiso, pero no era algo que estuviera en sus planes. Era demasiado torpe y lo que menos necesitaba era vivir con el miedo de poder matar a alguien (o a sí mismo) en un accidente automovilístico.

Por lo tanto, no comprendía la repentina insistencia de Michael por querer enseñarle a manejar.

Él había estado insistiendo con esto desde hacía semanas, y solo terminó por convencerlo porque prometió dejarlo elegir el siguiente color de su cabello (algo que le parecía un trato justo), pero eso aún no aclaraba sus dudas. Y, Michael parecía hacer lo posible para evitar sus preguntas.

—¿Acabaste con tu momento de diva para poder seguir con esto? Calum nos espera en el lugar de siempre en una hora —dijo Michael en voz baja, sin mirar en su dirección.

—Esto no es ningún "'momento de diva", eres tú siendo un pésimo maestro. Dijiste que esto sería divertido, y no lo está siendo —respondió, dejando caer su espalda contra el asiento y cruzando sus brazos sobre su pecho —. Quiero irme.

—Luke —amenazó Michael, finalmente mirando en su dirección.

—No, ya no quiero seguir con esto. ¡Soy un terrible conductor! Tú mismo lo dijiste. Y, ni siquiera comprendo algo de lo que estoy haciendo —se quejó, levantando los brazos de manera exagerada por la frustración —. Quiero irme —repitió.

—No puedes-... Simplemente, no puedes intentar... ¡Uhg! —soltó Michael, pasando las manos por su rostro, acompañado de un sonido de frustración.

Frunció levemente el ceño, notando lo estresado que se veía Michael, algo que era casi difícil de ver en él, especialmente cuando se encontraban a solas.

Michael siempre se comportaba de manera relajada cuando se encontraban juntos. Él era quien lo ayudaba a dejar de pensar demasiado y lo hacía sentir seguro en esa pequeña burbuja de felicidad que crearon desde que comenzaron a salir. Porque, estaba acostumbrado a ser quién siempre cargaba con demasiado en su cabeza, no Michael. Solo que, ahora parecía diferente.

Él se veía completamente vulnerable, con sus brazos ahora rodeándolo a él mismo, como si intentara crear una barrera a su alrededor. Fue por eso que dejó su fachada de molestía e indignación, solo porque Michael parecia necesitarlo.

—Habla conmigo —pidió, quitándose el cinturón de seguridad y acercando su cuerpo al de su novio. Él se removió en su asiento y miró a su regazo —. Por favor, bebe. Sé que algo pasa. Ni siquiera estuviste tan frustrado cuando te enteraste que irías a la escuela de verano —mencionó, posando lentamente su mano en el brazo de Michael.

Love To Hate Me ☆ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora