☆ Thirteen ☆

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"You're mistaken honey, this something that
Remind me why I be alone, on my own"

[Te equivocas, cariño, esto es algo que
me recuerdo porqué estuve solo, por mi cuenta]

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Le gustaban los perros.

Su animal favorito siempre fueron los perros, porque eran alegres, expresivos y animados. Lo hacían recordaban a todo lo que quería ser.

De todas formas, nunca pidió un perro para alguno de sus cumpleaños o le dijo a su madre que quería uno. No era como si pensara que ella podría oponerse al pedido, porque estaba seguro que a ella también le gustaban los animales, pero simplemente, la idea de tener una responsabilidad tan grande como un ser vivo, al cual tendría que ver, alimentar y cuidar, sonaba aterrador.

Con las justas podía acordarse de comer tres veces al día, ¿cómo podría recordar alimentar a un pequeño animal que dependería de sus cuidados?

Pero, aquí estaba, cuidando a un pequeño gatito desde hacía alrededor de dos semanas. Poniendo tontas alarmas en su teléfono para acordarse de darle de comer y cambiar su arena, jugando con él cuando se encontraba aburrido, o dejándolo subir a su cama en medio de las noches para que se acurrucara a los pies de esta y amaneciera sobre su pecho.

Y, tenía que admitir, le había agarrado cierto cariño al pequeño animal. Es decir, nunca odió a los gatos, pero tampoco eran su animal favorito. Siempre fueron los de Michael. Él siempre se identificó demasiado con ellos y amaba acariciar a los que encontraba en medio de las calles desde que era un niño y madre le decía que no podrían llevárselo a la casa por las alergias de Amy.

Ahora, tenía un gato. Uno que era de Michael, y estaba haciendo todo esto por él. Cuidando de un ser vivo y haciendo lo posible para mantenerlo con vida. Realmente, tener sentimientos hacia alguien te hacían hacer cosas tontas.

Aunque, tenía que admitir que, luego de todo este tiempo, se había acostumbrado de la presencia del animal. Le gustaba perder su tiempo jugando con él cuando quería dejar de lado sus tareas. También, las veces en las que se recostaba en su regazo cuando se encontraba en su escritorio y comenzaba a refregar la cabeza contra su pecho en busca de atención. O, las veces en las que le hacía compañía cuando se sentía solo, como si pudiera captar sus emociones. Además, le recordaba a Michael.

Era como tener un pequeño Michael en su casa; molesto, que necesitaba cuidados y siempre buscaba atención. Era lindo.

Pero, eso acabaría muy pronto.

El Señor Clifford había llegado a la ciudad el día de hoy, algo que se enteró gracias a Calum en la escuela debido a que le preguntó por la ausencia de Michael. Los dos hermanos habían ido a recoger a su padre al aeropuerto, y no dudaba que en este momento se encontrarán con él, escuchando sus historias de su viaje, mientras la Señora Clifford horneaba ese pay que su esposo amaba. También era uno de sus favoritos.

Casi siempre estaba en esos momentos. Había perdido la cuenta de las veces que Amy le pidió que lo acompañara al aeropuerto con ella debido a la emoción que sentía de volver a ver su padre luego de un largo tiempo. Siempre fue bueno distrayéndola mientras esperaban, hasta a Michael, quien mordía su labio y movía el pie de un lado al otro cuando otro pasajero salía de la cabina. Solo que, esta vez, eso no pasó.

No habló con Amy, o intentó buscarla desde la última vez que intercambiaron miradas en la escuela hacia tres días. Se mentía a sí mismo pensando que aún necesitaba tiempo, mientras que a la vez ignoraba a Michael cada vez que lo veía acercarse, caminando en la dirección contraria para no tener que hablar con él desde la última vez.

Love To Hate Me ☆ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora