Capítulo 20(8): Maestro y Aprendiz

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Capítulo 8: Maestro y aprendiz

Hasta que Skywalker la llamó, Rue no tomó consciencia de cuanto tiempo había pasado. Abrió los ojos y miró desorientada hacia las copas de los árboles. Empezó a meditar al amanecer, era mediodía. Se secó las lágrimas, aún cohibida de que el Jedi la viese llorar. A unos metros, con las manos tras la espalda en actitud reflexiva, él se alejó del arroyo y caminó entre plantas hasta quedar frente a ella.

- Tus resistencias al meditar están disminuyendo –observó, pasando una mano sobre las hojas de un helecho-. ¿Puedes sentir la diferencia a las veces que has usado la Fuerza por tu cuenta?

- Es más... suave –se estiró de a poco-. Pero también me siento despejada... relajada, incluso.

Era una conexión libre de violencia. La sensación de acurrucarse de niña junto a Maz mientras ésta meditaba, pero ahora, esa paz provenía de Rue. No era fácil llegar a ese estado por su cuenta, pero ahora que sabía con certeza cómo se sentía, podía encontrar ese pozo de luz sin ayuda de Skywalker. Él asintió, pensativo. Como durante los últimos días, seleccionaba sus palabras con sumo cuidado.

- Así es el lado luminoso. Lo que voy a enseñarte hoy es algo distinto a lo que por mucho tiempo creí que era la única forma de entender la Fuerza. Milenios han transcurrido desde los primeros Jedi, años en los que su conocimiento se ha perdido, recuperado y alterado. El templo de Ahch-To da prueba de ello... Además del mosaico de la fuente, ¿notaste algo peculiar en éste?

Intuyendo a lo que iba, Rue se cuestionó si la Orden Jedi de las historias era como la describían...

- Estaba construído tanto hacia arriba como abajo. Luz y oscuridad. ¿Solían usarse ambas?

- Eso no puedo asegurarlo –meneó la cabeza-. Pero sí puedo asegurar esto: luz y oscuridad son igual de poderosas, pero sus naturalezas difieren. El lado oscuro es destructivo y caótico, fácil de acceder mediante emociones intensas. Mientras más lo usas, éste más te consume. El lado luminoso es armónico y claro, y acceder a éste requiere serenidad, mesura. Encarnar esos ideales tiene un riesgo a su vez: te hace evitar dichas emociones y te vuelve vulnerable a éstas.

- Creí que el balance era consecuencia de la luz –aún sentada, hizo un mohín-, pero insinúa que ambos aspectos de la Fuerza por sí solos crean desbalance. ¿Cómo se lleva esto a la práctica?

El Jedi percibió su inquietud. Tras pensarlo unos instantes, tomó una rama del suelo y trazó en la tierra rojiza un diagrama similar al mosaico del templo. Círculos dentro de círculos, partidos por una línea. Representaban ambos aspectos, pero resignada, Rue no tuvo más que aceptar que la relación entre luz y oscuridad era más compleja de lo que creía. Skywalker se tomó su tiempo para responder.

- La Fuerza es el todo, el campo de energía que creamos los seres vivos. Pero la vida es posible por la interacción de luz y oscuridad, en el flujo que describiste como una danza. Orden y caos. Creación y destrucción. Vida, que decae y muere. Muerte, que da espacio a nueva vida. Un Jedi entiende la naturaleza doble y dinámica de la Fuerza, dentro y fuera de sí, pero elige la luz como guía, en contraparte a quien elige la oscuridad. Así es como somos parte del balance.

Rue asintió, ceñuda. Ella estaba lejos de sentirse cómoda con ver su oscuridad, pero tenía sentido.

- Y me ha tenido todos estos días reconociendo ambos aspectos en mí. Para poder verlo afuera.

- Y para que actúes solo tras reconocer y conectar con la luz en tu interior. Está ahí, pero te cuesta verla por ti misma. Con práctica constante, sentirás que te guía para... –se interrumpió, girando hacia la base- para tomar decisiones sabias. Leia nos busca. No, no está en peligro...

Star Wars: Una DivergenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora