Capítulo 25(13): Un Aviso

6 1 0
                                    

Capítulo 13: Un aviso

La alerta en la base les hizo repasar el plan de evacuación en cuanto Maz y los otros salieron de Ajan Kloss. No estaban en condiciones de luchar contra la Primera Orden, por lo que desmantelarían todo y escaparían a distintos refugios provisionales. En el peor de los casos, redistribuirían el personal del Raddus al Ninka, al Vigilia y al Anodino, usándolo como señuelo. La flota de la Resistencia estaba dispuesta a sacrificar su nave insignia con tal de despistar a sus rivales.

Se encontrarían luego en un punto de reunión por informar. Jacen intuyó que aún no lo tenían claro.

Disimuló una mueca, cubriéndose la boca con expresión pensativa. Demasiado como para dormir tranquilos en la base rebelde. Mirando a su madre de reojo, se preguntó si los altos mandos estarían lo suficientemente desesperados como para oírle. No hay emoción, hay paz... repitió mientras la reunión terminaba y veía como el Jedi y su aprendiz salían discretamente del centro de comando.

Él había perdido a su guía en los caminos de la Fuerza al poco tiempo de iniciarlos. Esperaba tener una mejor suerte esta vez. No existe la suerte, se recordó a regañadientes, dejando la cueva tras ellos.

- ¿Por qué no mencionaste el lugar de tus sueños en la reunión? –preguntó Hera, alcanzándolo.

Afuera, la delicada lluvia tropical se había vuelto un aguacero. Reconociendo su expresión urgente, su madre se acomodó a sus pasos mientras él buscaba a los Jedi entre los rebeldes que caminaban velozmente para resguardarse del agua. Los había perdido. Se quitó la chaqueta y se la tendió a Hera.

- Debo hablar con Skywalker primero.

- ¿Por qué?

Su madre rechazó la prenda, pero él la acomodó sobre sus hombros con una mirada significativa.

- No quieres saberlo.

- Ahora quiero saberlo más –devolviéndole la mirada, ella se puso la chaqueta.

- Digamos que para llegar hay... complicaciones. Será más rápido convencerlos si hablo con él. ¿Puedes averiguar cuáles son las opciones para el punto de reunión? Oh... –dejando vagar la vista por la base, resopló incómodo-. Y diles que Yavin-IV está lleno de sondas espías.

- ¿Cómo sabes eso? –preguntó con suspicacia.

- Porque casi me atrapan ahí –intuyendo su preocupación, agregó-. Prometo contarte luego. ¿Puedes encargarte de que lo sepan? No quiero perderlos...

Señaló el punto en el cual segundos atrás había sentido... algo. Debían estar en aquella dirección.

- Ve –suspiró su madre, disponiéndose a regresar a la cueva-. Ten cuidado.

- Siempre... -ante la mirada escéptica de Hera reconsideró su respuesta- Siempre hago mi parte. Que funcione o no, es voluntad de la Fuerza.

Antes de que ésta replicase, besó fugazmente su mejilla y se fue a paso apurado a buscar al Jedi.

***

Luego de que un escuadrón apoyara la captura, y condujese a los intrusos a las prisiones en los niveles inferiores del Supremacy, Kylo ordenó que ataran a la reina pirata a una silla en una de las salas de interrogación. Era su rival, pero también un recurso valioso, revelado en un momento clave.

Ya solos, arrastró otra silla con lentitud hasta ubicarla frente a ella, y se sentó para estar a su altura. Exploró su ánimo usando la Fuerza. La arrugada anciana estaba tan serena como demostraba, una actitud acorde a su título. En contraste, Kylo percibió una sospechosa inquietud en Phasma, mientras ésta seguía de largo escoltando al droide y al piloto rebelde a las celdas. Iría por ella después.

Star Wars: Una DivergenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora