Capítulo 48(12): La Amenaza del Sith, p1

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Capítulo 12: La Amenaza del Sith, parte I

Ben recogió el kyber, inquietándose al ver que su azul era mucho más oscuro que lo que recordaba.

- La delegación está por salir a Coruscant, solo su nave pasará el bloqueo... –al sentirlo, Rue se detuvo en la puerta-. No eres el mismo de antes, Ben. Tiene lógica que tu kyber cambie contigo.

Él alzó la vista, considerándolo. La joven ante el tenía mucho que aprender, pero sus palabras eran sabias. Y, tras meses de solitaria búsqueda, la Fuerza al fin les mostraba un camino. A ambos. Bridger había dicho que solo el poder de dos podría vencer al Emperador, y pese a temer por Rue, Ben debía aceptar la posibilidad de que hablase de ellos. De vuelta a ver su cristal purificado, se recordó que el miedo era una oportunidad para ser valiente. Suspiró juntando las piezas de la empuñadura, y se paró.

- Está bien. Vi las herramientas de Skywalker en el Halcón, si podemos recogerlas de camino...

- Estás aceptando que iremos juntos a enfrentar al Emperador... –ella lo observó con recelo.

Quizá la subestimaba como Skywalker hizo con él, pero incluso con el valor para aceptarlo, debían ser cautos. El Emperador sabía de la díada, y los quería vivos. Pensó en su premonición de días atrás. Las visiones podían cambiar, pero Ben tenía el deber de considerar todas las opciones. Por la galaxia.

- Sí. Pero si te pido que huyas... –viéndola abrir la boca, la atajó-. Lo harás. Te ocultarás, aunque la UAL se caiga a pedazos. Entrenarás, aprenderás balance y solo entonces regresarás por él.

Ceñuda, ella desvió la vista. Ben percibió a través del vínculo su determinación a no abandonarlo.

- Esto es más grande que nosotros Rue, mírame... –se acercó tranquilamente, y ella le clavó su fiera mirada-. No conocemos los poderes del Emperador. Si nos vence a ambos, pasarán años para que otros lo enfrenten y necesito que priorices a quienes lastimé. Prométeme que lo harás.

- Tú no te irías sin mí, así que no, encontraremos el modo de ganar... –él suspiró de agotamiento, y ante esto, los ojos de Rue se suavizaron-. No quiero. Pero si en serio no hay opción, lo haré.

Ella también deseaba protegerlo, lo sentía gracias a la díada, y lo veía en su expresión contrariada. Tal vez si tuviera más tiempo, podría encontrar palabras para expresar cuánto significaba eso para él.

- Bien... –susurró en cambio, forzándose a dejar de recorrer su rostro con la mirada...

Porque sus visiones más recientes aún debían ser atendidas. Ben asintió, y atrayendo el sable de Leia de la cama, lo guardó con las piezas de la empuñadura en su chaqueta. Las uniría en el camino.

- El Templo Jedi se edificó sobre una vergencia que inicialmente fue habitada por los Sith. Es el escondite ideal, y lo suficientemente antiguo como para tener un portal al Mundo entre Mundos.

Evaluando esto, la joven abrió la puerta y lo invitó a ponerse en camino con un gesto de la barbilla.

- Se rumora que en Los Talleres hay túneles embrujados que conectan con el Templo –ella dijo en la marcha-. Puedo llevarnos ahí, pero creo que debemos ir más abajo que los Niveles Bajos.

Una pequeña multitud aguardaba cerca del Halcón cuando llegaron al hangar. Leia, Chewbacca, Finn y Casterfo hablaban con la comandante Connix. Un rápido vistazo al carguero les hizo entender que lo usarían para el viaje. Al reparar en ellos, el secretario les hizo un gesto para que se acercaran.

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