Leyendas desconocidas

Capítulo 79: Guerra: Parte 4

Tai era un idiota. No había otra forma de pensar en ello.

Él había renunciado a más que cualquier otra persona que ella hubiera conocido, y tenía muy poco que mostrar por ello. Incluso junto a los 'líderes' de su ofensiva. Ozpin renunció a algunas de sus vidas "infinitas", pero tenía reinos enteros a su entera disposición. Link había renunciado a sus poderes, pero tenía los recuerdos literales y las armas antiguas para usar.

Tai? Tai había renunciado a su entrenamiento de cazador, su futuro, sus extremidades y su felicidad para criar a dos de sus hijos. Y aquí se estaba preparando para tirar lo que quedaba de su vida por ella.

Qué completo idiota. Y ese hombre completamente idiota estaba luchando por ella.

Ella, Raven Branwen, la Doncella de Primavera , entrenada por una futura contraparte de ella misma, y ​​la que había sacado a una doncella y medio de un fraude, ahora yacía sobre el concreto tanto como un peso muerto que ni siquiera valía la pena. broma. Y si eso no fuera lo suficientemente malo, el crujido en el cielo de las nubes llenas de Grimm solo le recordó lo en problemas que estaba.

Si no el terror de arriba y ver a su exmarido peleando con Hazel, la bestia del ejército de Salem, entonces el cuerpo destrozado y en ruinas con el que se quedó. Sin Aura, la chispa uniforme del poder de la Doncella atravesándola tanto como corrientes de alto voltaje, casi la hizo gritar. Fue un esfuerzo permanecer despierto.

Pero no podía desmayarse, no ahora. No a menos que quisiera morir.

Y eso era lo último que quería. Absoluto último.

"¡RAGH!" Su ojo bueno se inclinó para ver a Tai dando golpes salvajes contra Hazel, el hombre que sostenía la armadura que llevaba la rubia. Estaba de pie, los bloques de hormigón a su alrededor temblaban por el impacto. "¡Vamos! ¡Da un golpe y cae!" Tai no se rendía.

El puñetazo fue seguido por un barrido de pierna en dirección opuesta, con el objetivo de hacer tropezar al hombre. El bruto se agrupaba apenas unos centímetros, flexionando las piernas con el claro esfuerzo de destrozar las de Tai. Falló, su ex torciendo su cuerpo y pasando su pierna entre la de Hazel. Con los dedos agarrados al suelo, empujó hacia arriba para dar una patada salvaje.

Se convirtió en una retirada cuando Hazel dejó caer su martillo. Tai escapó del impacto por escasos milímetros.

¡AUGE! El suelo no tuvo tanta suerte, destrozado como si ella y Cinder lo hubieran golpeado. Tai se alejó del golpe.

"Sabes, la mayoría de los muchachos se habrían alejado de un salto, considerando a dónde estaba apuntando".

"No le temo al dolor de una herida. Tú, sin embargo, temes más tipos de dolor que yo".

"No sé si eso significa que te faltan nervios o coraje. Podrían ser ambos". Tai iba a hacer un juego de palabras. "Por otra parte, pelear contigo me hace pensar que tuviste que cambiar tus gónadas por algo. Supongo que esa es una forma de hacer que una mujer te toque, ¿eh?"

No fue un juego de palabras, sino algo peor.

"Dice el hombre sin extremidades". Se levantó el martillo. "Permíteme revivirlos de los pocos que te quedan". Hazel cargó, saltando hacia Tai.

Pero el boxeador que era tenía al rubio saltando a la refriega también, agachándose bajo el golpe del martillo y tratando de tender un tendedero al abdomen del hombre. Demasiado fuerte, demasiado cruel, solo tenía a Tai balanceándose a su alrededor como un palo. Se ajustó rápidamente, levantando su cuerpo y enviando una rodilla metálica a la sien del hombre.