Leyendas desconocidas

Capítulo 71: La historia comienza de nuevo

Las tierras baldías estaban en erupción. Esa era la única forma en que podía describirlo.

"¿Cuándo fue la última vez que sucedió esto?" Se hizo la pregunta a sí mismo mientras miraba las interminables llanuras oscuras, viendo el hambre de Grimm desde el principio. Como cucarachas pululando alrededor de un cadáver. "Probablemente antes de que me hicieran mi primer plano".

"¿Hace cuánto fue eso, señor?" Un soldado posó junto a él. Ambos tenían sus tareas, sin mirarse el uno al otro. "No quiero ser grosero preguntando-"

"Más de cincuenta años". La respuesta le hizo sonreír. "¿Sorprendido? Estoy orgulloso de verme tan bien así de viejo."

"Se ve joven, señor. Espero poder ser tan activo como usted cuando llegue a esa edad".

"Espero asegurarme de que lo alcance". Tragó de nuevo. Sus ojos dejaron las llanuras oscuras, mirando hacia el cielo. "¿Cómo están los Cañones de Polvo?"

"Cargados y con municiones adicionales preparadas. ¿Tenemos dos jarras listas para ser reemplazadas cuando las células actuales se agoten?" Él asintió con la cabeza mientras un largo aliento le dejaba por la nariz.

"Se necesita tal vez un minuto para reemplazar las rondas, un total de quince para cargar una nueva celda con las jarras". Sus dedos se envolvieron a lo largo de la barra mientras pensaba. "Y con el número de Grimm frente a nosotros, no creo que las armas puedan durar más de unos minutos con fuego continuo".

"Entonces, ¿no sería el plan óptimo rotar los cañones?"

"Óptimamente, sí". El asintió. "Pero en una situación óptima, no tendrías tantos Grimm rascando la puerta. Estoy dispuesto a apostar que cada segundo que no estemos cubriendo el aire con Polvo, se acercarán más a nosotros". Su lengua recorrió sus labios. "Y eso sin mencionar lo que hará cualquiera de los Antiguos Grimm." Miró más allá del guardia con el que estaba hablando. "¿Tenemos alguna actualización sobre los objetivos prioritarios?"

"Señor, hemos confirmado ubicaciones para todos los documentos antiguos de Grim dentro de veinte millas de la frontera durante la actividad del mes pasado." Hubiera preferido todo el tiempo, pero sabía que era mejor no sobrecargar a los soldados con trabajo ahora. "Ninguno está a poca distancia de los Cañones actualmente, pero tenemos bombas de polvo preparadas por si acaso".

"El último escenario de esos casos, ¿recuerdas?" El soldado asintió. "Diseñé esas cosas para que fueran para los peores escenarios, nada menos que eso". Chasqueó la lengua, dándose cuenta de lo que eso significaba. "Supongo que esto califica, ¿eh?"

Ninguno de los soldados le respondió, él tampoco se lo esperaba. En cambio, se obligó a apartar la mirada de ellos. Sus ojos fueron a la percha, el plano de vidrio que separaba el entrepiso de control en el que se encontraba y ellos. Había más pantallas y gente en el centro de mando, pero también sabía que no debía interferir donde el general estaba hablando.

Aquí, podría hacer más trabajo. Y con la conmoción en la percha, había que trabajar.

Cada cabeza de toro que tenían estaba siendo alimentada y preparada para el vuelo. Se estaba cargando carga para evacuación. Todos los soldados estaban preparando sus estriados y armaduras, preparando sus yelmos y probando las comunicaciones. Las aeronaves volaban en el aire, desperdiciando combustible pero ahorrando segundos para despegar si era necesario. Eso ni siquiera hablaba de la cantidad de jarras y soldados que corrían por el piso mientras estaban desesperados por terminar sus tareas y preparar sus puestos.

"No debería estar a cargo de este lugar durante una guerra". Sacudió la cabeza. "Demasiadas partes móviles que no conozco lo suficiente".

"Señor, si me lo permite, creo que usted está a cargo por esa razón". Miró al soldado que escribía, la pantalla parpadeaba con la imagen de la antigua Lolith Grimm, enterrada a mitad de camino en una montaña del tamaño de su base. "Pido disculpas si hablo fuera de turno, pero el general Ironwood dijo que administrar este lugar requiere pensar rápido".