Los dos hermanos todavía con risillas tontas abrazaron a los dos adultos, ella realmente feliz, el otro confundido por la alegría de su hermana al abrazar a aquellos dos hombres.
- Vaya, vaya, vaya...- Kenai se tensó e instintivamente apretó el agarre sobre sus hijos.
- Padre...- escupió entre dientes el hijo menor.
- Kevin...- escupieron al mismo tiempo su hermana mayor y el hombre que se puso a jugar con ellos.- ¿Por qué estás aquí?- escupió ahora el adulto.
- Llevo diez minutos esperando la comida que ustedes, esclavos, deberían haber hecho.
- No soy un maldito esclavo para que me trates a mí y a mi familia como si lo fuéramos.
- Tenéis diez minutos para cocinarlo todo.
- Pues entonces te comerás mi mier. . .- Silver lo calló con una mano en la boca y negó con la cabeza.
- No cocinaré para un traidor, tendrás que hacértelo tú si tanta hambre tienes- escupió la hermana sorprendiendo a los padres.
- ¡JA! ¿Traidor? ¿Te cuentan un par de tonterías, algunas mentiras y un montón de palabrejas bobas y ya consideras a tu padre un traidor?
Tu no eres mi padre.- escupió de vuelta.
- Keenan, vámonos.- dijo el padre demandante, no estaba dispuesto a discutir con la de ojos castaños.
- ...- apretó los labios y vaciló entre levantarse e irse o quedarse allí.
Cuando parecía que ya había tomado una decisión, pues, en sus ojos había el miedo de no volver a ver a Álex y el miedo de desobedecer a su padre; su hermana mayor lo tomó de los hombros y lo abrazó para evitar que se fuera.
- No se irá con un desgraciado como tú.
- He dicho. ¡Keenan, vámonos!
- No vas a volver a quitarme a mis hijos- ahora fue Kenai quien abrazó a los dos menores mientras se levantaba.
Keenan abrió los ojos en shock y miró a su hermana buscando respuestas, pero ella solo miraba al rey con el ceño fruncido, dándole indirectamente la razón a aquel... esclavo...
- Ya no lo son, ahora son míos, porque a ti no te conocen, y conmigo se han criado desde pequeños.
- Eso no significa que sean tuyos.
- Deja de confundirlos, esclavo, márchate a la celda inmediatamente.
- ¿Así es como tratas a la familia?- Keenan estaba muy confundido en ese momento, pero solo quería quedarse al lado de su hermana, eso lo tenía muy claro.
- Tu no eres de mi familia, solo eres un enfermo que milagrosamente dio a luz a un par de abortos que no merecían ser criados por un par de enfermos como tu esposa y tú, porque ambos lo serían... Aunque parece que tales palos, tales astillas- escupió el hombre- Uno que se traviste como si fuera una fulana barata del mercado nocturno, y el otro, incapaz de hablar con las damas, encerrado en su habitación y sin cumplir con ninguna labor, pasando el día entero nada más que escribiendo cartas ridículas con el príncipe del reino White.- Su hermana lo miró fijamente y después una sonrisa socarrona y pícara recorrió sus pómulos mientras los de su hermano se pusieron tan rojos que se asimilaban a los tomates maduros en plena temporada.- Ninguno de ellos es digno de ser el heredero del reino.
- O quizás eres tú quien no es digno para ser el rey de este reino. Eres un militar que perdió su masculinidad al ser apresado, humillado y torturado por los enemigos, y por lo tanto no puede tener hijos; no tienes ningún tipo de estudio en lenguas, no has aprendido a escribir o a leer, tu mujer es una fulana cualquiera que encontraste y te la quedaste después de comprarla, pero que tampoco sabe leer ni escribir y ¿Pretendes ser un rey respetable después de tratar a tu hermano como un esclavo, robarle a sus hijos y criarlos como si fueses un ser todopoderoso, enseñarlos a ser como tú, o al menos pretender que ellos sean iguales a ti? No eres más que un simple militar, no sabes nada más que pelear, por eso eres absolutista y siempre estás metido en guerras, por eso tus aliados solo te tienen por estratega militar, por eso. . .- Antes de acabar de decir aquella siguiente frase el gobernante sacó una gran espada y atacó al contrario.
Keenan casi actuó por reflejo y se interpuso sacando su propia espada, un chasquido al chocar las dos espadas aturdió ligeramente sus oídos, pero fue una sensación explosiva, sentía la adrenalina bombardear sus venas en ese preciso instante.
- El día que me quitaste a mi hermana huiste con el rabo entre las piernas porque sabías que te mataría en tal que te viera... ¡Sois un cobarde!- empujó la espada y después lo atacó con una estocada que el padre detuvo.
- Tu hermano está enfermo, lo justo era librarnos de él.
- ¡Ella no está enferma!- empujó la espada del padre y saltó dispuesto atacar desde la altura, pero lo golpeó fuertemente, contra una pared, soltando su arma.
- Está tan enfermo como tú.- pisó su brazo hasta que éste crujió, Keenan jadeó y se mordió el labio adolorido- Por eso a los enfermos hay que erradicarlos antes de que contagien a los demás.
Alzó la espada para matarlo, pero la hermana, con la espada del pequeño en sus manos, determinada y decidida en salvar a lo que más quería, aplacó a su tío, quien cayó al suelo con un golpe seco por toda sus ropas y vestimentas doradas y caras y después enterró la espada en su hombro con un grito lleno de rabia. El rey gritó de dolor. Ambos gritos se mezclaron de forma escalofriante.
- ¡Me quitaste a mis padres! ¡Intentaste que me casara con una mujer! ¡Mentiste a todo el reino!- con cada exclamación enterraba la espada una y otra vez en el pecho del padre- ¡Me obligaste a aprender todos esos ridículos textos absolutistas, destructivos, abusivos y repetitivos! ¡Obligaste a mi hermano a callarse cada vez que se sentía mal y cada vez que tenía algo que aportar! ¡Me obligaste a actuar como un objeto para tus borrachos amigos! ¡Tuve que aprender a tocar el violín y el piano solo para mostrarme como un objeto que sabía hacer cosas ridiculizantes para mí, solo para presumir delante de tus estúpidos aliados! ¡Me alejaste de mi hermano! ¡Me quitaste mi vestido! ¡Me trataron como una fulana! ¡Intentaron violarme tus malditos guardias por llevar un vestido en las cárceles esclavistas! ¡Me obligaron a vestir con trapos de limpiar! ¡Quemaron mi vestido! ¡¡¡Eres tú quien no merece nada de lo que tiene!!!- gritó llorando y jadeante, todavía agarrada a la espada y haciendo fuerza hacia abajo, sentía que tocaba el suelo con la punta del metal, ya no escuchaba la respiración de su tío, su corazón tampoco latía ya, puede que no hubiera acabado de escuchar sus palabras, pero al menos se había quedado a gusto gritando.
Ahora solo se escuchaban sus jadeos después de apuñalar tantas veces un cuerpo ya inerte y sus lágrimas que después se hicieron tan abundantes como sus hipidos al darse cuenta de lo que hizo y finalmente le siguieron los lamentos por haber matado a su tío, al rey, por haber asesinado a alguien de su familia, que, por más que lo mereciera, seguía siendo de su familia.
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AWEBO, TRIUNFÓ EL MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL
Osiosiosiosi
POR FIN EL HDP QUE TANTO DAÑO HIZO A ÁLEX MURIÓ :DDDDDDDD
Y no, no va a volver >:D
TRIUNFÓ EL MAL BIEN TRIUNFADO :3
Okey...
Ya está...
Ya solté el grito, ya soy feliz... xddd
En fin...
Aquí los que estén felices porque el tío de Keenan y Álex haya muerto ---------------->
jejeje xdd
Estoy pendeja, pero se me ama igual....
Creo...
En fin, espero que os haya gustado el capítulo, hacédmelo saber con un voto, y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Ecchisforlife
[1295 Palabras]
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Post-edición 2021: leer esta wea me recordó la falta de cordura que tiene mi mente.
En plan... damn...
Se ha cargado a su tío sin piedad, lol XDDDDD
[1323 Palabras]
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12.- Princess (Trans/LGBT+)
Teen FictionExistió una vez un reino en el que dos hermanos varones, leales y fieles a su sangre, sentían gran orgullo por su familia y sus tradiciones. Muy a pesar de que el pensamiento de uno de ellos rápidamente pareció darse cuenta de que la tradición no er...