capítulo 12.0

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Hola! Gracias por el apoyo, espero les guste :3

“Pagar con la misma moneda es de almas inferiores, las superiores, aún heridas, sonríen y bendicen el camino recorrido”.

Efraín Gutiérrez Zambrano.

- ¡Jungkook! – se puede escuchar el fuerte grito de Namjoon desde la parte de baja de la casa, Jeon cerró sus ojos con fuerza al ver la puerta de su cuarto abierta e imaginar que estaba pasando, pues el cachorro ahora ya no estaba en su campo de visión, en cuestión de segundos ya estaba en el piso de abajo tratando de separar al perro del pantalón de Namjoon, - ¿Qué carajo es esto? –  preguntó el peligris una vez que el otro separó al animal de él, -Pues un perro Hyung- el pelinegro comenzó a reír mientras iba por la bolsa que contenía la comida que había comprado para el perro por recomendación del veterinario, -No seas idiota, ya sé que es un perro, me refiero a ¿Qué hace aquí?, No me digas que otra vez andas de buen samaritano.
Jeon colocó la comida en un pequeño tazón para ponerla en el suelo junto con el cachorro. -No...Si, Bueno, algo así, solo digamos que Suga dijo algunas mentiras y nos tocó conseguirlo para cubrirlas- El pelinegro puso su mirada cobre la hoja que estaba en la delicada mesa de cristal, era el registro de adopción que le dio Yoongi al regresar a su casa después de la visita al veterinario mientras él observaba algunos de los aparatos que creo el día anterior.

No mentía estaban de puta madre, eran increíbles, logro introducir un micrófono y una cámara en unos lentes, pero no podían percibirse, ni aunque se detuvieran a analizarlos minuciosamente, también tenía algunos rastreadores y cámaras de tamaño microscópico fáciles de introducir en cualquier prenda, pudo apreciar en su computadora que hackeo el sistema del gobierno para poder utilizar toda su información, base de datos, y tener acceso a todas las cámaras de Seúl,  incluso rastreo a nivel satelital. Yoongi le explicó que había estado pensando en una nueva forma de trasladar mercancía, al señor Jeon le gustaba cambiar constantemente de método para no crear patrones ni levantar sospechas, pensó que podrían introducir cocaína en pequeñas bolsas y ponerlas en botellas de vino. Realmente Suga era un genio y el padre de Jungkook recompensaba muy bien todo su trabajo.

Los espacios de la hoja estaban en blanco, ahora tenía una excusa perfecta para mandarle un mensaje a Jimin, - ¿De dónde lo sacaste? -  interrogó Nam mientras veía que el cachorro volvía a acercarse a él una vez que sació su apetito, -Lo encontramos con Suga en la calle- soltó el menor como si fuera la cosa más normal del mundo, mientras buscaba un contacto en específico de su celular, y cuando lo encontró se quedó embobado viendo la imagen que se tomó el peliazul hace algunas horas, ¿Cómo podía existir un ser tan hermoso y angelical? Se preguntó Jeon, las facciones del chico eran tal delicadas, su piel tan nívea, le encantaría pasar sus dedos por sus mejillas para comprobar esa suavidad que se percibía a simple vista, y ni hablar de sus lindos y esponjosos labios, con un llamativo color cereza, estaba tan sumergido en la foto que salto del susto cuando Namjoon le tocó el hombro, preguntándose en qué momento había llegado hasta ahí, - ¿Quién es?
El pelimorado ahora cargaba al cachorro en brazos mientras lo acariciaba, -Nadie importante, el perrito es para él- Explicó mientras bloqueaba la pantalla de su celular, - ¿Y te quedas viendo la foto de nadie importante muy seguido? – Nam volvió a tomar asiento en la silla que estaba trente a su amigo, lanzándole una mirada cargada de picardía, -No- Jungkook se tocó el cuello avergonzado, - ¿Te gusta? -  habló nuevamente el mayor.

-Joder pareces del FBI, ni la vez que nos arrestaron por andar de bandalistas con Suga nos hicieron tantas preguntas- Ambos rieron al recordar esa excitante experiencia, - Tienes razón, lo siento pero tengo curiosidad, soy como tu hermano mayor, anda dime ¿Quién es? ¿Te gusta verdad? – El mayor tenía razón, las únicas personas que lo conocían de verdad y en quienes confiaba totalmente eran él y Suga, los tres chicos se llevaban extremadamente bien, eran como su pequeña familia, desde niños se conocían pero todos sus lazos comenzaron a fortalecerse hace dos años cuando el pelimorado ingreso al mundo de la mafia, los tres solían ir juntos para todos lados, cuando no tenían trabajo pendiente salían a divertirse un poco y en una de esas ocasiones su suerte no había sido la mejor. - ¡Bien! Se llama Jimin y va en primer año, No sé si se podría decir que me gusta pero se me hace muy lindo, ¿Contento? – respondió finalmente el pelinegro.

Mr. Park/ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora