capitulo 1.0

1.4K 98 6
                                    

Holaaa, espero les guste este primer capítulo y se los agradecería mucho si dejaran algún comentario y su votó, una vez más, gracias.

Lo relevante en la mentira no es nunca su contenido, si no la intencionalidad del que miente.
                       
                             Jacques Derrida.

-Pero, por favor papá- rogó Jimin una vez más, -No Jimin, ya te lo dije, jamás permitiré que trabajes es un lugar como ese,- El señor Park era una persona muy precavida -Pero padre sabes que lo necesitamos, las medicinas de mamá están por terminar, debemos cuatro meses de renta y no queda nada para comer- insistía una vez más el hijo único de Park Yung Ha y Park Sun He, con cierta rabia y enojo en su mirar, la mera idea de perder a su mamá y no poder hacer nada ya que su padre no le daba la oportunidad por que su amor paternal lo cegaba y creía que su pequeño hijo no sería capaz de protegerse así mismo, eso le molestaba pero Jimin no pudo más bajo toda esa presión y al no querer contradecir a su padre por el gran amor y respeto que le tenía terminó derrumbandose ante aquel horrible suceso el cual le dejaba una terrible sensación de impotencia, por ese motivo un par de lágrimas bajaron de sus hermosos ojos azules.

-Ya te lo dije Jimin yo buscaré la forma de conseguir dinero, todo estará bien pequeño- se acerco Park Yung Ha, a su hijo para consolarlo, acariciando su lindo y sedoso cabello, el chico poseía un inusual color rosa, este lo hacía ver más tierno y hermoso de lo que ya era, con sus mejillas ligeramente abultadas, pero al mismo tiempo de complexión delgada, rematando con unas hermosas curvas y un trasero de infarto, no era por presumir pero muchas chicas envidiaban esos atributos, Jimin no era enano pero era más bajo que el promedio de los chicos de su edad, y ni hablar de su hermosa sonrisa la cual hacia que sus pequeños ojos desaparecieran formando un lindo "eyesmile" Y no podían faltar sus irresistibles pucheros, era un ángel en toda la extensión de la palabra.

Lamentablemente desde la terrible noticia que les dió el doctor, todo el brillo en aquel chico se había apagado, todo comenzó cuando a la señora Park Sun Hee le empezaron a dar unos terribles dolores en el estómago, seguido de pérdida de peso, vómitos, fatiga, pérdida de apetito y su piel comezó a pintarse de un ligero tono amarillo, al llevarla con el médico tristemente le recomendó realizarse el examen CA 125 el cual es un detector cancerígeno, este tiene una referencia que nos dice que entre 2 a 40 todo es normal, a la señora park le arrojó un resultado de 200, tenía un cáncer de hígado el cual estaba muy avanzado, el doctor le recetó unos medicamentos que eran parte de un tratamiento cuyos precios estaban por los cielos y digamos que la economía de la familia Park no estaba en el mejor momento de su vida.

Gracias a que la modernización había llegado de manera tan inesperada a Corea, grandes empresas en las que se vendia cualquier tipo de producto procesado se habian adueñado por completo de el comercio de la ciudad, prácticamente obligando a todos los pequeños negocios a cerrar, lo cual no era una excepción para la familia Park, sin embargo no querían darse por vencidos, de manera muy lógica las ventas en su pequeña panaderia habían disminuido mucho por obvias razones lo cual no era muy conveniente.

Fuera de todos los problemas económicos y de salud por los que estaba pasando los Park, su familia era inigualable, llena de amor, confianza, lealtad, cualquier persona que entrara a su humilde y acogedora casita podía percibir una sensación de tranquilidad y paz. Desarrollaban papeles muy específicos, el señor Hung Ha se levantaba todos los días a abrir su panadería aunque no hubiera muchos clientes a lo largo de el día, la señora Sun He antes de la decaída de su salud hacia todos los deberes de la casa, siempre encontraba la forma de tener una deliciosa comida aun que no hubiera mucho dinero.

El pequeño Jimin se esforzaba al máximo en la escuela para mantener la beca que el Instituto le había otorgado por sus excelentes calificaciones, al menos de esa manera podía ayudar un poco a la economía de casa, ayudaba a su mamá con los deberes e incluso aprendió rápidamente de el sazón de la señora Park, también ayudaba a el señor Park en la panadería, ese chico le brindaba su apoyo a todo aquel que lo necesitaba sin esperar recibir nada a cambio, era un pan de Dios.

Mr. Park/ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora