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La semana había pasado volando casi, luego la otra semana y ahora era de nuevo lunes. Y, en todas esas dos semanas, Namjoon y Seokjin apenas se habían hablado y visto por que el primero estaba muy ocupado y no le había dado tutorías por ello. Jin se podía sentir decepcionado pero lo entendía, él tenía sus propias cosas en su casa y... un poco en la escuela, claro.

Ahora el peliblanco caminaba por los pasillos con algo de prisa, donde había una maraña de alumnos como siempre en cada espacio que lo ignoraban y sólo estaban en sus cosas charlando entre ellos de diversos temas o riendo o jugueteando.
Estaba mal por no haber podido ver a Seokjin luego de que... se besaran. Aún no podía procesarlo completamente, había tenido su primer beso con el chico más hermoso que existía y suspiraba y fallecía cada que se acordaba además de tocar sus labios chillando emocionado.

Llegó hasta un área poco concurrida ahora, dónde estaban los laboratorios y algunas salas extras en el segundo piso. Debía buscar algo en el laboratorio de química y se tomaría el tiempo porque su siguiente clase era libre ya que el profesor no vendría por algún asunto familiar y en esa hora al parecer nadie tenía clase de Química por lo que podía practicar además para su próxima clase de la materia, no usando completamente los químicos ya que era lo que estaba establecido al dar la autorización para los que quieran usar aquél espacio, aún que claro, se les había amenazado de que estrictamente debían pagar si rompían algo o hacían algún desastre allí y se les informaría a sus padres enseguida, lo que alertó a todos por la seriedad en las palabras de los directivos.

Así que entró y dejó su mochila en una de las angostas mesas blancas, acomodó sus lentes negros que poco resbalaban por su nariz fina y rodeó el mueble para dejar un par de libros encima. Recordó entonces que debía buscar algo entre el salón, un papel pequeño con anotaciones que se le había caído accidentalmente y no llegó a alzar.
Se dirigió cerca de la entrada y revisó con la mirada aguda y atenta las esquinas ya que si habían limpiado tal vez había ido volando hasta esos sitios sin que se hayan dado cuenta.

No se dió cuenta en qué momento, pero se agachó en una esquina para acomodarse un zapato y cuando se paró de nuevo fué volteado, estampado contra la pared y luego sintió unos labios esponjosos y húmedos plantandose en los suyos haciendo latir su corazón fuerte. No necesitó ver quién era porque aún que sólo había ocurrido una vez, se acordaba perfectamente del sabor de sus labios, dulces y regordetes como para morderlos sin cansarse.

—Te extrañé. ¿Sabes?

Oh él lo había extrañado.

¡Oh demonios, Seokjin lo había extrañado!

—Y-yo tam-bién.– tartamudeo adorable oprimiendo el corazón de Seokjin, quién le sonrió mirándolo fijo mientras el otro ya lo hacía y quiso enseguida que Namjoon lo estampara ahora a él contra la pared.

Se arriesgó y cambió las posiciones, ahora estaba su propia espalda chocando contra el material frío y Namjoon instintivamente había puesto una mano en su cintura sin pensarlo, justo como Jin ansiaba.
El pelimorado entonces puso su mano sobre la que estaba en su curva, delicadamente y percatando a Namjoon que su mano grande estaba allí, sonrojandolo mucho y poniéndose mega nervioso. La comenzó a retirar despacio porque pensó que le había molestado y por eso lo tocaba tratando de alejarlo, pero en realidad era todo lo contrario. Jin notó esto y sonrió por la inseguridad del que ahora catalogaba "su pequeño chico grande". Pensó que era un no tan buen título y buscaría otro pero pronto dos de esas palabras serían apartadas completamente.

—No te preocupes, me gusta.– habló tranquilo y con su mano aún sobre la del moreno, hizo que se dirigiera de nuevo a su cintura y la dejó ahí acariciándola con su pulgar despacio. Temblaba un poco y eso le dió un ataque de ternura. Aún que esperaba que aquello luego saliera automático.

Colocó ambos brazos sobre los contrarios, quizás se estaba adelantando un poco pero ahora mismo quería todo con Kim, quería ser suyo y que fuera de él de una manera bonita, sólo decirse que se pertenecían en alma y corazón.

Se comenzaron a acercar, sus labios picaban ansiosos por el momento y Namjoon sólo quería hacerlo bien ésta vez para darle mejor satisfacción al chico al que comenzaba a querer. No quería ser un inexperto siempre, quería que Jin también disfrutara de sus labios tanto como él los suyos, aún que no supiera que ese anhelo ya estaba cumplido.

Se unieron en labios una vez más y sorprendiendose por cómo encajaban, los movieron inclinando sus cabezas a un lado para profundizarlo mejor, sus narices rozaban y sus cuerpos estaban más juntos ya que el de hebras blancas había tomado el atrevimiento de acercar poco más a Seokjin a él como quería, y a éste le encantó demasiado aquello.

Despegaron despacio sus labios, Kim sintió que tal vez practicar con la almohada cuando era un niño había servido y aquél beso tal vez fué sólo un poco mejor que el primero, aún que nada lo igualaría. Se miraron de nuevo y se sonrieron como antes, cálido y bonito como les gustaba.

—¿No... tienes clases?

—Sip. Pero preferí buscarte.– sonrió derritiendo al contrario una vez más.– ¿Y tú?

—Uhm, tenía libre.

—Cool.

Namjoon seguía tímido por la mano que tenía en la cintura que ahora notaba era pequeña y encajaba perfecto en su mano grande. Diablos, jamás había visto a nadie ni ningún hombre con esa complexión tan exquisita como lo era la de Seokjin, era un regalo del cielo.

Escucharon pasos fuera, y rápido gruñendo se separaron, fingiendo hacer otra cosa pero Jin más parecía ocultarse.

—Oh hola, ¿has visto por aquí a un chico alto, con cabellos morados mal teñidos, facciones increíblemente increíbles para un hombre normal y que responde al nombre de Seokjin? Creí haberlo visto entrar o andar por aquí.

Vaya descripción breve.

A Jin no le importó salir y que viera que estaban juntos, en realidad sólo se apenaba por haber pisado aquel horroroso lugar más conocido como 'laboratorio de química'.

—Esa es una nueva forma de describir brevemente a alguien que sin duda no quiero volver a escuchar.

—¡Jinnie!– exclamó el muchacho y fué corriendo directo al pelimorado para abrazarlo y luego separarse tomando las caderas de éste con ambas manos. Namjoon miró atento y algo en él hizo ¡pop!
¿Aquél castaño estaba agarrando a su chic- es decir, a Seokjin por la cintura justo como él hacía hace instantes?

Reconoció esa sensación en su interior y pensó como en las películas, lo llamaban "celos".

—¿Por qué me buscas idiota Chan? ¿No tienes que seguir pegado a Mark? Sabes que el pegamento se seca luego de aire.

—Oh, es que fué con su novio y-

—¡¿Mark Yi-en Tuan tiene novio?!

—Auch, mis oídos cuestan más que tu salario de almuerzo de tres años, cuidado.– se quejó tocando sus orejas, Namjoon quiso reír pero quedó mutado, no quería admitirlo pero aquél chico comenzaba a caerle rara y apresuradamente... extraño.– Ah ¿quién es tu amigo?– miró al moreno, quién se encogió un poco.

—Oh se llama Namjoon.– sonrió embobado mirando al alto. Chan los observó y se dió cuenta de aquello sonriendo.

—Ya veo, entonces ustedes dos ¿eh?¿Quién lo diría Jinnie? Siempre pensé que si estarías de nuevo con alguien sería con algún malote como tú, pero buena elección.

—Oh cállate.– golpeó su brazo y Namjoon se avergonzó un poco más.

Si, no eran pareja, pero tal vez aquél título comenzaría a ser bastante agradable.









































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¿beauty? © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora