¿beauty? © namjin

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—La suma de los catetos... ¿que mierda? Esto no me va a servir jamás en el resto de mi existencia, mejor repruebo.– apretó los labios y cerró con fuerza el libro, Chan a su lado rió.

—Mira.– abrió de nuevo el libro y agarrando un lápiz le explicó al perdido chico que no entendía la aburrida clase de matemática en la que estaban sumergidos.– Oye, Jin no llegó, aún que no sorprende tanto, normalmente llega para la tercera hora con suerte pero, ¿sabes el motivo?

—Jm, ayer salió con... oh ya entendí.

—¿Eh?– Chan volteó la mirada a dónde el otro miraba divertido, en la entrada del salón, y allí entraban un par de avergonzados chicos tratando de que el profesor no los note dirigiéndose a sus asientos al último detrás de ellos. Al llegar Seokjin los miró mal extrañamente y luego colocó su mochila sobre el banco y se recostó encima cerrando sus ojos para dormir como siempre, Namjoon a su lado estaba avergonzado y sonrojado abriendo su libro en la página escrita en el pizarrón. Acomodaba sus lentes con los labios apretados y de reojo miraba al chico que dormía a su lado, suspirando.

Mark y Chan reían y en cuánto el profesor volteaba a verlos escondían sus sonrisas por los dos tortolos detrás suyo.

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—Um el exámen es la semana próxima según lo que entendí.

—Bueno, podríamos ir a mi casa-

—Debemos tener una seria conversación con ustedes dos.– se entrometió un tercero, aplastando su bandeja de comida sonoramente en la mesa al llegar, exaltando a la pareja quiénes giraron a verlo sorprendidos. Venía acompañado como siempre, de su siamés con el que vivía pegado siempre.
Más atrás, tres chicos le hacían ojitos y caras raras a Namjoon y éste bajaba la mirada avergonzado. Seokjin analizó la situación.

—¿Y ustedes qué rayos?

—Cómo que qué rayos? Llegaron tarde, juntos, y totalmente rojos, expliquen. ¿Qué hicieron ayer?

—Huh...– Jin no sabía qué responder o cómo reaccionar a aquello, miraba a su novio, y estaba igual de confundido y acobachado en su lugar.– No creo que sea de su incumbencia.

—Eso no importa, mi alma de chismoso, curioso y buen amigo necesita saber.

—Nosotros queremos sumarnos a la curiosidad.– Jackson detrás habló y su dúo asintieron de acuerdo. Los miraban y se sentían fritos, pero no tenían que contar todo a detalles así que lo haría sutil.

—Nosotros sólo estudiamos. Fui a casa de Namjoonie saben y nada más, hablamos y estudiamos para las próximas pruebas, dicen que serán difíciles.

—Bien, pero ¿por qué entraron juntos? Acaso durmieron jun-

—Suficiente, mejor comamos nos interrumpieron.– impuso el pelimorado con voz más alta, intimidando a todos y haciendo que se sentaran enseguida completamente en silencio.

El resto del almuerzo transcurrió y las risas fueron inevitables a pesar de que anteriormente el mayor los había intimidado. Namjoon se había integrado bien al grupo aquél, era completamente cómodo a pesar de los comentarios vergonzosos que hacían los chicos de a ratos.

—Hey.

—¿Mmh?

—¿Saben? Ustedes dos.– señaló a Jin y Namjoon con su cuchara con la que comía, luego de meter un bocado rápido de sopa a su boca– Son como um... la bella y la bestia.

Todos lo miraron, confundidos y extrañados en ambas partes.

—Tú sabes, la bella es tranquila, buena y su belleza es nata. Y la bestia es ruda y salvaje a pesar de tener belleza interior. Seokjin es la bestia. Namjoon es la bella. Y su amor es tan puro a pesar de las diferencias y polos opuestos que son. ¿Entienden?

Las miradas persistieron igual. No entendían exactamente a qué se refería Mark. Seokjin no sabía si reír o sentirse ofendido.

—Quieres decir...

—No en un mal sentido, Jin es el chico malo que se vuelve suave y cálido por Namjoon, quién es el bueno inteligente que ama a los libros y es bondadoso. Cómo en la película.– sonrió feliz.

La pareja lo miró, todavía no lo entendían pero al parecer no era con una mala intención ni decir, así que estaba bien. Después de todo, su amor si era algo así, ellos se amaban viendo más que nada la belleza interior del otro, y aquello era bonito, muy bonito.

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