00

914 122 27
                                    

Clasificación +16
Sexo, lenguaje inapropiado.

_____

No puede ser que contigo sea siempre lo mismo Seokjin! ¡Estoy harto, de tus celos, de tus niñerias, de tus cursilerías. No tienes 10 malditos años no puedes comportarte así de infantil siempre!

—P-pero yo sólo...

Adiós y ni se te ocurra contarle de esto a alguien ni tampoco pienses en buscarme.– soltó la muñeca del frágil chico con brusquedad, haciendo que ésta caiga en su regazo sintiéndola inmóvil mientras de rodillas la tocaba adolorido suavemente para no hacerse más daño.

W-wonho...– rompió en llanto, porque él había confiado de nuevo y ahí estaba una vez más tirado en el piso con la cara bañada en lágrimas y una marca roja de una gran mano en su mejilla.

¿Qué hizo para merecer esto de nuevo? Él mucha culpa de ser un pequeño de 17 que se ilusionaba y enamoraba a más no poder, no tenía. Pero al parecer así era la vida siempre, al menos con él.

Siguió llorando un largo rato, acurrucado en el piso de su departamento chico sin nada cubriéndolo mientras el viento entraba por las ventanas abiertas meneando las cortinas, y mantenía abrazada a su pecho la impresa fotografía con su, ahora de nuevo, antiguo amor de su vida.

No obstante y desde ese día, Seokjin decidió que ya nada podría herirlo, ya no dejaría que lo lastimasen por lo que no quería caer enamorado de vuelta y que tenga que sufrir lo mismo. Sería más rudo, no mostraría atracción completa a las personas si lo sentía y trataría a toda costa de que aquello no pasara.

No dejaría que lo usen y lastimen de nuevo. No podía permitirselo.

__

—¿No es lindo?

—Debes dejar de verlo, pensará que lo quieres comer.

—¿Quién dice que no quiero?

Y Seokjin se terminó odiando internamente, porque luego de dos años mostrándose frente a toda la universidad como un duro chico que no portaba sentimientos ni tenia mínimo gusto al amor, terminó quedando volteado por un antisocial de mechones blancos y anteojos bonitos con marco negro oscuro, que sólo se apoyaba en la barandilla ubicada en el piso del instituto con la parte del pasillo descubierta al aire con tranquilidad, todos los recesos todos los días y contemplaba pacíficamente el cielo, como si éste le transmitiera toda emoción existente. Y la verdad, así lo sentía.

—¿Qué miras?

—Es hermoso, ¿verdad?

—¿Huh? ¿Q-quién?

—El cielo, y tú.




















- ꨄ︎

¿beauty? © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora