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Yoongi siempre creyó que Jungkook y Taehyung eran dos seres de pura luz, aún que no tanto con él. Pero jamás imaginó llegar a la casa del menor de la relación de imprevisto porque había olvidado algo allí y encontrar a ambos en una situación que podía ser muy traumante para sus ojos, justo en el sillón en el que él dormía a veces.

—¡Yoongi hyung podemos explicarlo espere!– gritó Taehyung y cuando se separó y plantó sus pies, cayó enseguida en 0.2 segundos al suelo, trató de levantarse pero fué inútil y rindiendose quedó desparramado allí con la cara aplastada de un lado. Por lo menos Yoongi ya no lo podía ver completo.

—Oh no, no expliques nada ya sabía que eras el de abajo, no sorprende. Kook, me enorgulleces.– limpió una lágrima falsa aún en el umbral de la puerta, los menores estaban demasiado apenados cubriendo sus caras y cuerpo pero para cuando ya estaban lo suficientemente avergonzados, la estrepitosa risa del mayor ya había desaparecido no sin antes burlarse con ciertas incoherencias saliendo cerrando la puerta tras de sí.

Salió del edificio con una leve sonrisa, aún con cierto trauma por lo poco por suerte que había visto y caminó por las calles pobladas de la gran ciudad, pensando en absolutamente nada, le gustaba aquella paz que podía llegar a tener siempre. Caminando su celular vibró en su bolsillo trasero, lo sacó y revisó sin ver entonces el camino. Poco pasó para que chocara con un masculino cuerpo fuerte pero al mismo tiempo débil. Su celular cayó al piso y agradeció al cielo por haberse comprado aquél Samsung que la vendedora anciana le recomendaba en la tienda. Y decían que no se podía confiar en los abuelitos.

—Oye fíjate por dónde vas, viejo!– alzó su aparato en el suelo algo mojado por las lloviznas y lo limpió con la manga de su buzo unas tallas más grande, para meterlo nuevamente en su bolsillo. Miró hacia arriba y se encontró con un alto, atemorizado y moreno chico de lentes que no sabía cómo reaccionar. Un momento...

—Lo siento lo siento, no me fijé.– reverenció leve y limpió su libro que también había caído al suelo y había alzado mientras el otro cumplía la misma acción con su aparato. Yoongi lo analizó, y entonces abrió los ojos todo lo que podía.

—¿Kimmie?

Namjoon lo miró, también lo analizó y entonces jadeó leve en sorpresa acomodando sus lentes.

—Tú...

—Min Yoongi, el chico que te robaba el skate porque no sabías usarlo y que un día te enseñé y luego llegó tu madre enojada al parque retandome porque habías llegado "mega lastimado" a casa.– rió– ¿Recuerdas?

Kim rió también y se avergonzó por el recuerdo asintiendo.— Perfectamente. ¿Qué... haces por aquí?

—Bueno, debería explicarte toda la situación así que sólo digamos que fuí a casa de un amigo... por algo.– contó breve, no podía dar tantos detalles– ¿Dónde estudias ahora o qué haces con tu vida de cerebrito, dime?

—Pues... ¿conoces BGH College?– cuestionó, el otro lo pensó y entonces conectado neuronas se dió cuenta de que él también iba allí.

—Espera ¿vas al BGH? ¿Por qué jamás te ví?– bueno aquello era ciertamente evidente, Namjoon era el alma invisible de la escuela y si alguien lo notaba realmente era porque ponía demasiada atención al rededor.

—Tú también... Oh espera! eres el mejor amigo de Jeon y Kim los que se emparejaron el otro día en la cafetería luego de que Hoseok le derramara comida a Taehyung, ¿verdad? No te había reconocido... hum ¿hyung?

—Así es, y no veo necesario que me digas formalidades todo el tiempo.– sarandeo su mano haciendo un ademán desinteresado, Namjoon asintió con alegría– Bueno tengo cosas que hacer, supongo que nos veremos en el instituto.

—Claro hyung.

—Oh que no me digas así, ya.– rió contagiandolo.

Las cosas ahora serían un poco más diferentes.

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—Y entonces me dijo que si hacíamos un trío no podía ser con mi tercera tía latina porque notó que tenía bigote creciente, ugh. Jamás tengas novios exigentes, encima con gustos caros.– resopló y mandó ese aire a su té caliente recién hecho que Jin había ido a comprar para prepararle antes de ingresar a clase. Así que estaban en hora de clases de Historia, Mark tomando de su té a su lado sin que la profesora lo note y Seokjin mirando como ya era medio costumbre, a Namjoon desde su asiento, embelesado. Mark lo miró y notó que no le prestaba atención aún que jamás lo hacía, pero se fijó que de nuevo estaba distraído por su chico moreno.– Deja de verlo así, pensará que quieres comerlo.

—¿Quién dice que no quiero?

—Ugh apestas tú y tu amor hormonal.– negó bebiendo de la tacita que hizo que el otro le llevara específicamente.

—¿Sabes qué más apesta?

—Wowow espera pasivo-agresivo, estamos en hora de clase no te comportes así.

—Uy habló el que está en la mágica hora del té.– habló sarcástico y le hizo una mueca infantil, ganándose la misma por parte de Tuan como los niños que muchas veces eran.

El timbre sonó por tercera vez en la mañana dando libertad y descanso a todos los presentes allí. Se levantaron y Jin alzó la tacita de su propiedad siendo prestada para llevarla al baño y lavarla, algo que debería hacer evidentemente el pelinegro pero que no pudo reclamar ya que éste había salido corriendo a la salida para encontrarse con su pareja. Genial, ya era el mal rechazado.

Bufando se dirigió al baño donde había pocas personas que de a poco fueron llendose. Lavó con sus dedos y agua del grifo abierto el objeto usado pero se atemorizó en cuanto sintió una presencia cerca.

Miró a todos lados y no había nadie, quizá era su imaginación, pero dejó de respirar en cuanto alguien se posó detrás suyo y posó con delicadeza tímida una mano en su cintura. Sonrió reconociendo el tacto y alzó la mirada, Namjoon estaba recargado en su espalda tomándolo como antes y se alegró tanto de que el tacto haya sido automático como había querido antes. Volteó encontrándose con su profunda mirada y se arriesgó a subir sus manos a los musculosos brazos, tocó y acarició sorprendiendose ¿desde cuándo Namjoon hacia ejercicio o desde cuándo le parecía tan jodidamente ardiente los brazos de alguien?

—Hola.– habló tranquilo y suspiró.

—Hola...– quería besarlo, ansiaba besarlo pero algo en su interior decía que estaba siendo apurado con su relación aún. No podía sacarse esa inseguridad de la mente, porque llevaban varias semanas de conocerse y aún no sabían muchas cosas del otro, pero, lo pensó bien, lo pensó más que bien y se convenció de que si los sentimientos eran reales, nada era demasiado apurado.

Así que lo besó, besó a Seokjin y éste se sintió el chico más afortunado en todo el jodido planeta. Sonrió en medio del beso y agarró sus manos para que rodearan su cintura y él lo acercó de la mejilla profundizando el tacto. Se encantaban, tal vez no era tiempo para un Te Amo pero estaban seguros de que se querían, en cuerpo y alma y enteros.

—Mmh eso me gustó.

Namjoon estaba sonrojado, respirando con cierta dificultad.—¿Si? A mí... me gustas tú.

Oh jodida mierda lo había dicho, lo hizo. Jin quiso chillar por el tono grueso cálido, esa era una parte que no conocía del menor y que se propuso conocer más después.

—E-es decir yo-

—Está bien, Namjoonie.– tomó sus manos y sonrió, dejando un besito casto en sus labios.– También me gustas.



































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¿beauty? © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora