Chanyeol era otro gran amigo de Seokjin, ambos se querían mucho aún que apenas se vieran por los pasillos y sus interacciones no duraran tanto por sus ocupados tiempos. Pero ambos sabían que siempre estarían ahí para el otro, y por eso ahora mismo Jin lo había citado sabiendo que tenía esa hora libre del colegio, para que hablen justo al final de las escaleras principales.
Él necesitaba solucionar algunas cosas en su mente.
—Y bien...
—Channie creo que lo estoy logrando.
—¿A qué te refieres con exactitud?
—Él. Ya no vive en mis pensamientos cómo antes, dejé de pensar en él, de cualquier modo.
El pelinegro lo miró. Sonrió.—Eso era.
—Ssi. Tal vez al fin lo logré, después de todos estos años, al fin siento que él es pasado y sólo estoy enfocándome en el futuro.– miraba al piso, pero sonreía, sonreía bellísimo y sin duda su amigo no pudo pasar eso de largo. Seokjin por fin tendría la felicidad y tranquilidad que merecía con el amor luego de ése hijo de perra, y le alegraba demasiado, como si fuera su propio logro.
—Oh Jinnie.– lo abrazó, apretujandolo entre sus brazos tan cálidamente mientras el pelimorado soltaba lágrimas, varias de alegría mientras sonreía.
Estaba feliz, al fin se estaba deshaciendo de todo aquello que le hacía mal y que difícilmente pudo superar hasta hoy; porque siempre se encuentra algo mejor y aquello mejor para él, era Namjoon. Si, siempre llegaba alguien.
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Algún tiempo pasó, la noche fría era presentada con estrellas brillantes y la luna enorme aún más que éstas, las cuáles eran montones.
Ellos lo contemplaban, contemplaban el cielo que tanto los dos amaban ahora y que los había unido, sólo que ahora, de noche, acostados en la cajuela de la camioneta que el tío del mayor les había prestado para salir a pasear por allí.—¿En qué piensas?
—Hum... no sé si decirte.
—Jm, ¿por qué?
—He notado tu ego.
Jin rió algo estruendoso.—Y no te he mostrado nada.
Rió.—No te preocupes, eso me encanta, al igual que tú.
Un besito fué depositado en su mejilla al pronunciar esas palabras, y sonrió más aún.
—Es mutuo.– se acurrucó más en su pecho y sonrió de labios cerrados.–¿En eso pensabas?
—Algo así. Pensaba... en todo lo que pasamos y pasaremos, de verdad quiero seguir contigo siempre. Yo sólo era el nerd antisocial que no le interesaba nada pero tú cambiaste eso, y de verdad yo... te amo.
Seokjin se alzó, despegandose del brazo que lo rodeaba debajo de su cabeza. Lo miró sonriendo y se trepó encima suyo quedando sus pechos unidos, para repartir besitos tiernos y rápidos por toda su cara.
—Te amo igual.– finalizó con un beso en sus labios largo, fué tomado de la cintura y las posiciones fueron invertidas en un santiamén, ahora su espalda tocaba el frío material de la caja de la camioneta donde se habían acostado esa noche a mirar las estrellas, juntos, solos.
Namjoon se despegó y lo miró desde arriba, apreciando cada parte de su ser, su rostro rojo y sus cabellos alborotados. El otro lo miraba con un brillo en sus ojos desde abajo y se sintió en las nubes, los suyos también brillaban, estaba seguro.
El sonido de insectos melodiando por las praderas frescas y oscuras, sólo iluminadas por la luz de la luna menguante, acompañaban su momento tranquilo y pacífico, hermoso cómo ellos y tanto como se veían.
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¿beauty? © namjin
FanfictionSeokjin se prometió ser duro y no volver a confiar en el amor luego de haber sido tan lastimado, sin embargo, aquél tierno y peliblanco chico inteligente, voltearía su mundo e ideas de un día para otro. Namjoon amaba el cielo, y Seokjin lo amaba a...