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capítulo 17

Carlisle se sorprendió cuando vio el Ferrari de su nieto en la puerta del hospital con él apoyado en el capó del coche tranquilamente.

- ¿Harry? ¿Está todo bien?

- Sí, he pensado que no te importaría que viniese a por ti como no tenías coche...

- Gracias. Me ha sorprendido pero a la vez alegrado.

Subieron al coche y fueron a su casa.

Harry cogió las bolsas con sus libros y los llevó a su habitación.

Poco a poco Harry volvió a ser el mismo de siempre con su familia, para la alegría de todos... Excepto de Bella.

Edward se acercaba mucho al ojiverde para la furia de la humana.

El principio de curso llegó poco después, todos los alumnos estaban deseando de ver al nuevo vecino de Forma. Sabían que era un Cullen pero nunca le habían visto.

Los alumnos estaban en el aparcamiento cuando los Cullen llegaron. El primero fue un volvió plateado donde iban Edward y Bella; Alice y Jasper fueron los siguientes en el Porsche amarillo de la vidente y finalmente Harry en su Ferrari azul, ya que Rosalie y Emmet ya habían terminado el instituto.

Todos miraban con envidia el Ferrari ya que los otros coches ya lo habían visto antes. Además de que supusieron que el que iba en el Ferrari era el Cullen que no conocían.

Harry aparcó y bajó tranquilamente, las chicas retuvieron el aliento hasta que suspiraron al ver a ese chico tan apuesto. Llevaba unos pantalones pitillos verdes que hacían juego con sus ojos y sus inseparables botas de piel de dragón que tenía encima del pantalón, una camiseta negra con un dibujo de un fénix en llamas en medio diswñaday por Alice y su cazadora de cuero.

Cogieron los horarios y se dirigieron a la primera clase. A Harry le tocaba matemáticas, allí se presentó y conoció a Ángela.

En el almuerzo se sentó junto a su familia, notaba todas las miradas sobre él, aunque ya estaba acostumbrado desde que entró en Hogwarts.

Bella le miraba comer, Alice y Jasper sonreían cuando Harry estiraba su brazo, cogía cualquier cosa se sus bandejas y se lo comía. A ella no le gustaba no que hacía él, ella comía lo poco que Edward le había comprado.

- ¿No puedes comportarte? Coges la comida de los demás ¡eso es repugnante!- dijo de pronto Bella.

Harry tragó su hamburguesa tranquilamente.

- Ellos no se lo van a comer como bien sabes. Somos familia así que no veo dónde está lo repugnante. A lo mejor porque a mí no me molesta comer una buena hamburguesa mientras que tú sólo comes ensalada, fruta y un sándwich de pavo para hacer que los demás te vean como una buena chica, a parte de mantenerte delgada; mientras que yo como de todo y tengo un buen tipo.

Alice y Jasper rieron, Harry volvió alargar la mano hacia la bandeja de Jasper y cogió su hamburguesa.

- A ti te encanta que te miren.

- Para nada estoy acostumbrado desde que tenía 11 años, verás en el mundo mágico soy famoso desde que tenía un año de edad, así que cuando fui al colegio todos me miraban.

- Tranquila amor- dijo Edward calmándola.

Al final del almuerzo Harry se había comido dos hamburguesas, dos porciones de pizza, tres sándwiches de pavo, una manzana y tres cartones de zumo.

- Todavía no entiendo como no puedes engordar- dijo Alice.

- Hago ejercicio.

- Las chicas tienen un nuevo objetivo- apuntó Edward- Harry.

- He escuchado a unas chicas diciendo lo guapo y apuesto que es.

- Yo también lo he oído.

- ¡Jasper!- dijo Harry indignado.

- ¿Qué?

- No te hagas el inocente, además sabes perfectamente que a mí no me gustan las chicas; prefiero las varitas antes que los calderos.

Jasper de rió, los que estaban alrededor se le quedaron mirando ya que nunca le habían escuchado reírse, él siempre estaba muy serio. Harry sonrió, le gustaba que los demás escuchasen reír a su familia se levantaron riendo entre dientes excepto Bella que iba con el ceño fruncido con disgusto. ¡Odiaba a Harry Potter!

Continuar...............