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capítulo 23

- ¿Qué?- pregunta estúpidamente.

- Eso, que te quiero, pero ya veo que tú a mí no. Si así fuera no te liarías, ni te acostarías con todos los que se cruzan.

- No tienes ningún derecho a decirme eso.

- ¿No? ¿Qué te pasa? ¿No te gustan que te digan la verdad? Le abres las piernas a todos los que quieren pasar por ellas. Bella tenía razón, sólo eres una puta barata.

- ¡Edward!- le gritaron los demás.

Harry abrió los ojos herido y las lágrimas que se le habían acumulado en los ojos se desbordaron. No dijo nada, simplemente se dio la vuelta y se encerró en su habitación.

Edward sabía que había metido la pata y cerró los ojos disgustado consigo mismo, se sentía miserable.

- ¡Eres un gilipollas! Has perdido tu oportunidad, imbécil- le dijo Jaspe enfadado.

- ¡Te voy a matar!

Rosalie saltó sobre él enfurecida pero Emmet la atrapó y con la ayuda de Alice y Jasper lograron calmarla.

- Edward, ¿qué has hecho?- le preguntó Alice- No me esperaba esto de ti.

Cada uno se fue a un sitio diferente dejándole solo.

Harry no pudo dejar de llorar en toda la noche, su corazón estaba destrozado. No podía creer que Edward le había dicho eso... Cuando al principio le dijo que le quería se sintió tan feliz que no encontraba las palabras hasta que lo había jodido.

Se levantó por la mañana sin haber dormido nada. Fue directo a la cocina a por café, como cada día todos se acercaron a él para "desayunar en familia".

Nadie dijo nada, Esme le sirvió el desayuno y empezó a comérselo. Enseguida se dio cuenta que Edward no estaba allí.

Terminó de desayunar y fue a su habitación sin haber hablado. Por el camino se encontró con el vampiro que faltaba, el cual le miraba arrepentido.

- Harry yo...

Él no dijo nada, simplemente se metió en su habitación, no quería hablar con nadie. Cogió un libro y se puso a leerle.

El fin de semana lo pasó en su habitación leyendo y el comienzo de la semana más o menos fue igual, no le hablaba al vampiro lector de mentes.

El de pelo cobrizo estaba deseando hablar con él pero Harry no quería ni escucharlo, lo entendía.

El jueves, harto de todo eso, agarró al muchacho y no le dejó irse cuando estaban en el jardín.

- Tenemos que hablar.

- Yo no tengo nada de qué hablar contigo.

- Pues escúchame.

- ¡No! ¿Por qué no me dejas en paz y te vas con tu Bellita?

- Bella y yo no estamos juntos y lo sabes.

- Déjame en paz.

- Lo siento, siento haberte dicho eso. Sólo estaba celoso por haberte visto así con otro tipo, lo siento, de verdad, no debía decirte eso.

- Sólo me dijiste lo que pensabas- dijo con tristeza.

- ¡No es cierto! Yo no pienso eso, lo dije sin pensar. Perdóname.

- Por supuesto.

- Te quiero.

- ¿Desde cuándo? ¿Por qué? Me enamoré de ti cuando tenía 14 años pero tú sólo me veías como un niño al que cuidar, como tu sobrino. ¿Desde cuándo me quieres tú a mí?

- No lo sé- susurró el vampiro.

- Búscame cuando lo sepas pero créeme que no te será fácil, tendrás que ganarme.

- Lo haré.

Harry asintió y se fue a su habitación, tenía que hacer un trabajo de Literatura sobre Cumbres Borrascosas. El libro se lo había leído desde hacía años pero ese trabajo seguía sin hacer, a pesar de que se le mandaron hacía un mes.

Edward se quedó allí, subido a un árbol, pensando en lo que le había dicho el mago. ¿Desde cuándo estaba enamorado de él? No lo sabía pero tenía que averiguarlo si quería pasar el resto de la eternidad con él.

Alice volvía a ver el futuro de Edward y de Harry nítido, los volvió a ver juntos y felices junto con los demás Cullen; esperaba que eso sucediese pronto. Sonrió y volvió a su ordenador donde estaba diseñando el nuevo guardarropa de Rosalie.

Jasper sonrió al ver las emociones de Edward, Harry y Alice. Le gustaba que su familia se sintiese feliz sin su ayuda; aunque Edward y Harry no es que estuviesen felices precisamente pero estaban en el camino para serlo y eso era suficiente.

Miró a Alice la dio un beso y se marchó a buscar a Emmet para que jugasen a la Play un poco.

Continuar..................