*★*ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟚*★*

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Había sido el día más extraño que Leeteuk podía recordar.

Lo habían vestido con uno de sus mejores trajes, uno azul claro con franjas blancas en las mangas y zapatos recién lustrados. Lisa, su madrastra, se había preocupado durante al menos una hora por hacer que Leeteuk se viera lo mejor posible, y Leeteuk había odiado cada momento. El traje se sentía ceñido y almidonado, le picaban las piernas por algunas decoraciones en los pantalones y los zapatos le apretaban los dedos de los pies. Eso último era habitual, Lisa nunca parecía recordar su talla, pero de todas maneras ansiaba ser ella la que los compraría. Leeteuk tiene diez años, no es tonto, sabe que solo es una excusa más para salir de casa y gastar el dinero de su padre.

Después de todo esto, Lisa había pasado un cepillo por su corto cabello castaño, con tanta fuerza que Leeteuk casi chillaba con cada repetición, y luego untaba un poco de crema para el cabello que lo asentaba todo hacia atrás. Hizo que el cabello de Leeteuk se sintiera viscoso al tacto. Frunció el ceño cuando se miró en el espejo. Se veía estúpido, y pedía perdón a su madre en el cielo por la palabra, pero era la pura verdad.

Le habían dicho que solo iba a visitar a una familia que era socia de su padre. No era nuevo. Fue algo habitual y a lo que se había acostumbrado. Su padre tenia la intención de que Leeteuk tuviera amigos, consideraba que era muy solitario para su corta edad.

Culpable de los cargos, admitía Leeteuk.

Y no era porque no le agradará tener amigos, era la clase de amigos que le presentaban. Todos eran tan mimados y molestos, algunos incluso eran demasiado petulantes. Sorprendió a Leeteuk en un primer momento, toparse con niños de tan corta edad con ese comportamiento, pero con el tiempo aprendió a callar y sonreír para evitar alargar la interacción.

El camino a través de la puerta a la residencia de esta extraña familia parecía durar una eternidad, pero Leeteuk había hecho todo lo posible por no dejar que el polvo del suelo manchara sus brillantes zapatos negros o Lisa empezaría con el discurso de lo descuidado que es. Suspiró, sintiendo un poco de consuelo en el hecho de que esta vez, su nuevo "amigo", sería un niño de nueve años. Al menos podría persuadirlo para que se mantenga ocupado con cualquier cosa que se le ocurra.

Cuando los dejaron entrar, Leeteuk se impresionó de lo parecido que era el interior al de su casa. El techo parecía tocar el cielo, la luz del sol entraba a raudales por las ventanas, hermosas y coloridas pinturas colgaban de las paredes y el piso pulido brillaba bajo sus pies. Leeteuk vio de inmediato por qué Lisa se había tomado tantas molestias para hacerlo lucir lo mejor posible ... pero, aun así, se sentía como un muñeco tonto.

Sin embargo, no tuvo mucho tiempo para quedarse de pie y mirar a su alrededor, antes de que él y su familia fueran rápidamente conducidos a otra habitación y sentados en un sofá blanco. Aun sintiéndose aburrido, especialmente por la tranquilidad y el silencio que los rodeaba, Leeteuk trató de alejarse de los brazos que lo retenían. Lisa apretó su mano entre las suyas como temiendo que escapara. Bien, lo intentó las primeras veces, pero ahora entendió que ya no tenía caso y no queria decepcionar a su padre.

Pasaron unos momentos, luego un hombre con un impecable traje oscuro y una mujer con un vestido rojo suelto y adornada con joyas entraron. Los padres de Leeteuk se levantaron rápidamente, Leeteuk caminó detrás de ellos, mientras ellos se saludaban. Lisa luego tomó su mano y la sacó frente a ellos.

—Este es nuestro hijo, Leeteuk— dijo ella, el orgullo palpable en su voz. Leeteuk quiso objetar que ella no era su madre, pero una rápida mirada de su padre, lo cayó.

𝔐𝔦 ℭ𝔬𝔪𝔭𝔞ñ𝔢𝔯𝔬 [ KangTeuk ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora