𝔐𝔦 ℭ𝔬𝔪𝔭𝔞ñ𝔢𝔯𝔬 [ KangTeuk ]

*★*ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟝*★*

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— Si estar expuesto bajo la lluvia no provoca que atrapes un resfriado, definitivamente caminar descalzo lo hará — Leeteuk dijo mientras regresaba a la sala después de haberse bañado y cambiado de ropa.

Kangin se miró los pies por un momento antes de levantar la mirada y encogerse de hombros. Estaba satisfecho con haber encontrado una muda de ropa en el cuarto de invitados, podría lidiar con el hecho de estar descalzo — Mis zapatos son una mala opción en este momento y no encontré uno de mi talla en la habitación de invitados. Además, no puedo resfriarme, aunque quiera — captó la mirada de Leeteuk y se apresuró a explicar — Ventajas de ser un hombre lobo, ya sabes, viene en el paquete junto con las otras habilidades.

— ¿Me estás diciendo que no solo te regeneras, sino que también eres inmune a las enfermedades? — Leeteuk abrió los ojos como platos sin evitar filtrar la incredulidad y sorpresa en su voz — Que suerte la tuya. ¿Alguna otra cosa que deba saber sobre ti y tus extrañas habilidades?

Kangin tomó asiento en el sofá y lo pensó por un momento. Ciertamente lo que menos quería era abrumar a Leeteuk con información que no era relevante para la discusión de hoy. Por ejemplo, el hecho de que lleva dos siglos en este mundo. No. Todo a su tiempo — Eventualmente lo sabrás.

— Eventualmente podrían pasar miles de cosas y tal vez no llegue a enterarme — Kangin estaba a punto de objetar, pero Leeteuk lo detuvo levantando las manos en señal de rendición — Está bien, tema cerrado...por el momento. Entonces...

Leeteuk miró por un momento a su alrededor. Kangin estaba sentado en el sofá más amplio, por lo que no sería extraño si se sienta junto a él, aún habría mucho espacio. Por otro lado, podría sentarse en el sofá de a lado, pero Kangin pensaría que le tiene miedo y Leeteuk no tuvo miedo jamás. Sin embargo, las cosas con Kangin se habían tornado incomodas después de tanto tiempo sin verse y por su repentina desaparición. Maldición, ¿Cómo es que está luchando por decidir en dónde sentarse?

— Entonces — Kangin habló, dando algunas palmaditas al espacio a su lado — Es momento de que seas un buen chico y escuches lo que tengo que decir. Preguntas al final, por favor — sonrió un poco cuando vio el ligero puchero en el labio de Leeteuk.

Leeteuk no lo pensó demasiado y se sentó junto a Kangin, tratando de mostrar su cara de indignación — ¿Qué clase de conversación es la que tendremos si no se me permite hablar hasta que hayas terminado?

— Es la clase de conversación en la que me aseguro de que no me interrumpas a cada minuto por alguna pregunta irrelevante. Te conozco, Leeteuk.

— Bien, empecemos con esto.

Kangin sonrió — Gracias por la comprensión — se detuvo un momento para pensar por donde iniciar con esto. Había llegado aquí con la intención de ser honesto sobre lo que es Leeteuk para él, sobre cómo están marcados por el destino para ser pareja. Sin embargo, se encontró olvidando todo lo que practicó. Tal vez debería hacer una pequeña introducción para no ser tan directo — Ahora, te diré algo importante sobre mí y los de mi clase.

Leeteuk tenía los labios sellados y solo asintió.

— Todos en este mundo tenemos a un ser destinado a nosotros, como esa mitad faltante que nos complementa. Ya sabes, el amor de tu vida, el príncipe o princesa de tus sueños.

Kangin vio a Leeteuk poner los ojos en blanco y se preguntó qué tan tonto sonaba lo que estaba diciendo en estos momentos. Aún recuerda cuando su madre le habló del mismo tema, lo asombroso que sonó de sus labios, lo emocionado que estuvo él en ese entonces por experimentarlo. Si, tal vez su madre podría haberlo explicado mejor. Nunca fue bueno con las palabras después de todo.