Canto de una sirena TRADUCCION

Capítulo 25

Harry yacía desparramado en el sofá, con el brazo sobre los ojos. Los típicos sonidos de la torre de Gryffindor a esta hora resonaban a su alrededor. Los estudiantes de los años más jóvenes ya se han ido a dormir, mientras que los mayores estaban terminando sus deberes, y aún otros hablaban en voz baja, abrazados entre sí. Era un ambiente agradable y relajado.

En lugar de estar al margen, Harry debería unirse a Ron y los demás para hablar sobre Quidditch, o unirse a Hermione mientras ella y las otras chicas discuten el Día próximo de San Valentín. Incluso ahora, podía escuchar algunos de los suspiros y chillidos de las chicas más emocionadas. Para las personas, iba a ser la primera vez que iban a Hogsmeade con su pareja. Sin embargo, Harry no pudo relajarse.

Han pasado más de dos meses desde que vio una redada de Mortífagos dirigida por Voldemort en una visión. Desde entonces, no se ha sabido nada de las actividades del Señor Oscuro. Era como si el mago hubiera desaparecido. Todo el mundo estaba olvidando lentamente la amenaza que se avecinaba: la guerra que se avecinaba. A veces, Harry quería levantarse durante la cena en el gran salón y gritarles a todos. ¿No entendieron lo que estaba pasando? Voldemort no se fue. Acecha y se prepara para atacar. Simplemente no sabía cuándo iba a llegar.

Trató de preguntarle a Severus. Incluso fue a Dumbledore para preguntarle si había alguna pista sobre lo que estaba planeando el Señor Oscuro o si se había notado algún movimiento entre su gente. El Director lo miró con sus ojos azules y dijo que no se había detectado ninguna actividad de Mortífago, y luego con una sonrisa traviesa le ofreció té y gotas de limón. Un momento más, y habría vertido este té sobre el mago anciano. Afortunadamente, se las arregló para agradecerle, tal vez no muy cortésmente, pero logró salir de la oficina de Dumbledore sin mucho alboroto.

En cambio, Severus lo miró con seriedad y le dijo que Voldemort solo se comunicaba con sus comandantes en jefe, Snape no era uno de ellos. Él era un espía y un maestro de pociones. Era necesario cuando los prisioneros eran interrogados o querían prolongar su tormento.

Fue entonces cuando Harry se enteró de que los Mortífagos no son una masa de personas sin sentido que siguen a su líder o actúan por su propia cuenta. No, los Mortífagos eran un ejército organizado. Casi todos los Mortífagos de alto nivel tenían un objetivo designado. Y todos estaban divididos en pequeños grupos, a menudo independientes, que estaban bajo las órdenes del comandante que era responsable directamente ante Voldemort. Cada error e insubordinación terminó en castigo para todos los que lo cometieron, y también para su comandante. Por lo tanto, aquellos con los rangos más altos vigilaban a los que tenían los más bajos. Nadie quería exponerse a la ira del Señor Oscuro.

Harry no había aprendido nada de los planes de Voldemort ese día, pero había aprendido mucho sobre la estructura de su ejército. Además, después de todas las explicaciones, Severus fue con él al lago escondido, donde podría transformarse. Pasó las siguientes horas nadando y cantando bajo la atenta mirada de su amante, quien no apartó los ojos de él ni por un momento, y en la opresión no mientras Harry cantaba.

Cuando tuvo que volver a sí mismo, Snape le dijo que no se preocupara demasiado. Vivió como antes. Preocuparse no ayudará e incluso puede lastimarlo. Había niños Mortífagos en la escuela. Es posible que hayan informado a sus padres que el Niño-Que-Vivió estaba actuando de manera extraña. Voldemort podría haber comenzado a sospechar que de alguna manera se conocían sus planes. Se suponía que debía comportarse como antes. Y Harry realmente trató de seguir ese consejo.

Jugó y estudió. Pasaba tiempo con sus amigos que todavía estaban preocupados por su inesperado regreso a Hogwarts a pesar de sus esfuerzos por asegurarles que no había pasado nada. A veces, Ron y Hermione veían a través de sus máscaras, y otras veces eran tan inesperadamente inconscientes.