Capitulo 16

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En la Torre de Gryffindor, un adolescente daba vueltas y tiraba en su cama.  Su cabello, mojado de sudor, se le pegaba a la frente.  Tenía las mejillas enrojecidas y los labios entreabiertos.  El edredón se enredó entre sus piernas, provocando su pene con cada movimiento.  Ese chico era Harry Potter que tuvo un sueño muy agradable.

Paseó sus manos por su cuerpo mientras la figura fantasmal en su sueño tocaba partes sensibles, pero no iba a tomar mucho tiempo.

Cuando la tensión alcanzó su punto máximo y un penetrante olor almizclado flotaba alrededor de Harry, Harry se despertó con un grito suplicante.  Estaba a punto de correrse, pero el hombre del sueño se apartó de él diciendo: "No podemos hacer esto".  El chico no lo entendió.  Un amante lo estaba llevando al límite solo para dejarlo frustrado e insatisfecho.  Quería gritar y maldecir, incluso rogarle al hombre que terminara lo que empezó, pero nunca regresó.  Harry se despertó caliente y sudoroso con una erección dolorosamente palpitante entre sus piernas.  Cada toque más suave irritaba su piel, haciéndolo suspirar y estremecerse.  Por eso empezó a dormir desnudo, pero no ayudó.  No pudo calmarse hasta que su mano envolvió su erección, llevándolo a la plenitud.

Harry abrió los ojos con un suspiro.  Escuchó por un momento, verificando si sus compañeros de cuarto estaban despiertos, pero todos dormían como antes.  Todo lo que podía oír era una respiración tranquila y ronquidos ocasionales.  Con un suspiro de alivio, movió sus manos desde su pecho hasta su estómago, muslos, evitando la erección que demandaba atención.  Acarició el área de la ingle por un momento, burlándose de sí mismo, pero finalmente no pudo soportarlo.  En un movimiento rápido agarró su pene, apretando su mano con fuerza.  Chilló ante una impresión asombrosa y levantó las caderas.  Oh Merlín.  Cuánto deseaba que la mano de alguien estuviera en este lugar en lugar de la suya.

Comenzó a pasar la mano por la hombría, acariciando la cabeza con el pulgar.  Con la otra mano apretó y rascó levemente los testículos.  Fue tan bueno.  Tan estupendo.  Harry levantó las caderas, manteniéndolas en alto.  Todo su cuerpo estaba tenso.  Imaginó al amante de sus sueños junto a él, mirándolo con sus ojos negros e insondables.

- Por favor, oh por favor.  El adolescente escapó de una súplica.

Contempló la oscuridad que rodeaba su cama con las pupilas dilatadas.  No había nadie allí, pero gracias a su imaginación, vio a su amante.  El hombre se acercó a él y se sentó en la cama.  Estaba tan cerca que Harry casi podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo, pero el hombre seguía sin hacer nada.  Solo vio a Harry jugar consigo mismo.

"Date la vuelta", dijo la figura.  Su voz era serena, pero hizo que el chico se sintiera aún más emocionado.

Se volvió boca abajo según las instrucciones.  Gimió suavemente cuando su erección fue presionada contra el colchón.  Volvió la cabeza, esperando más órdenes.  Las comisuras de la boca del hombre se alzaron en una suave sonrisa.  Harry quería trazar esos finos labios con sus dedos y lengua.  Párese y pase su pene sobre los labios estrechos.  Deja tu huella en ellos.

Sus manos se apretaron sobre las mantas, deteniéndose.  Supuso que si seguía pensando en ello, todo terminaría.  Todo el sueño se quedaría dormido como una pompa de jabón.

- Levanta las caderas.  - Ha llegado otro comando.

Harry obedeció, mordiéndose el labio inferior.  Todo su peso descansaba ahora sobre sus rodillas y hombros.  Estaba completamente expuesto.  El hombre tenía una vista perfecta de todo su cuerpo.  Sintió su mirada sobre él, que fue como el más leve toque.

- Toque usted mismo.  Harry puso su mano entre sus muslos, y justo cuando estaba a punto de agarrar su erección, el hombre habló de nuevo. "Aquí no".

Canto de una sirena TRADUCCIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora