Nuevo Plan || TOH Adaptación

14. Mentiras buenas, y malas

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Sentía su respiración pesada, si, Adelfa le había enseñado ciertas cosas sobre el veneno, y supo exactamente qué sucedía, cuando comenzó a tener calor en el baño de ese casino.

Boscha apoyó su frente en el baño al tiempo que se quitaba la camisa y chaqueta, y se quedaba en una camiseta.

Gas alucinógeno. No era la primera vez que se enfrentaba a él, pero si la primera en que la tomaba desapercibida.

No lo respires.

Boscha se tiró al suelo, con la esperanza de que ese gas fuera más liviano que el aire en ese lugar, pero parecía no tener efecto.

Mierda, mierda, mierda. Pensaba mientras corría a todo lo que daba por el angosto pasillo.

¿Qué no era más ancho antes?

Se detuvo a mirar atrás, no podía huir del aire, necesitaba otra alternativa.

¿Qué consume el aire ¿Qué consume el aire?

Detuvo su andar, alzó la vista.

— El fuego, Rosadita tonta. - oyó la voz de la única idiota que no quería ver ahí.

— Dime que esto es una alucinación. - murmuró mirando a su novia.

— Claro que lo és ¿Crees que yo, Willow Park, la chica más dejada del mundo se molestaría en venir a buscarte? .- se burló ella apoyándose de una pared.

Boscha bufó.

— Bien, entonces, vete.- mascullo volviendo a centrarse. Fuego, fuego.

— ¿Eres tonta o qué? Usa tu encendedor, pedazo de imbécil. - volvió a decir Willow.

— ¡Eso es! .- gritó sacando el pequeño objeto de su bolsillo.

Siempre llevaba uno encima, a Adelfa le calmaba su gargantilla, a ella le calmaba su encendedor, era como llevar una caja de pañuelos.

Bien, bien, ahora hay que...

Bum, en cuanto prendió el encendedor, todo el gas se encendió en fuego. Boscha se lanzó al suelo para evitar quemarse.

— ¡Mierda carajo! .- gritó palmeandose la punta del pantalón.

El gas es flamable, bien, ahora, hay que buscar a King. Se levantó respirando el aire con olor a humo, al menos ahora no había gas.

Tenía poco tiempo antes de que volviera a aparecer. Corrió de vuelta con el estratega.

— ¡Hay que irse! ¡Hay que irse! ¡Hay que irse! .- exclamó acercándose al cuerpo de Lucia.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Gas alucinógeno. - explicó, luego se percató del olor de nuevo —. ¡Abajo!

Prendió el encendedor, y otra vez una ráfaga de fuego consumió el gas en un segundo, King soltó un gritito al tiempo que apagaba las llamas de su chaqueta.

— ¡Hubieras avisado! - exclamó levantándose con rapidez, tomando a Lucia como una bolsa de papas.

— Dije abajo. - se encogió de hombros tomando todas las cosas que pudieran dejar huellas.