17. Al fin, una pista sobre ella

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Los tres miraban la vieja construcción reducida a cenizas con nostalgia. La morena suspiró y se adentró.

— Podré sobrevivir un par de días hasta encontrar un lugar dónde esconderme. - habló con toda la positividad del mundo.

— ¿Segura? .- preguntó no muy convencido King.

— Por supuesto que puede, vámonos.- aseguró Boscha tirando del estratega —. Suerte, Lucia.

— Adiós .- sonrió la castaña

Boscha y King arrancaron el auto y salieron disparados, Lucia caminó entre los escombros hasta llegar a la escalera parcialmente destruida que llevaba hacia las habitaciones que habían ocupado hace años.

— La mia era esta... - murmuró abriendo la puerta, pero había un gran agujero en el suelo —. Mmmm... No.

Subió un piso más hasta la que recordaba como la habitación de Ammy, esta estaba casi intacta, de hecho, solo había cenizas por todos lados.

Dejó su mochila con provisiones en una esquina y se sentó en la cama. Este lugar le traía muchos recuerdos.

Era casi como verla allí sentada, repasando las carpetas de expedientes hecha un indiecito sobre la manta tendida, echándole un ojo cada tanto y recogiendose el cabello detrás de la oreja continuamente.

Suspiró, tenía ganas de estar a su lado. No de manera sexual ni nada, de hecho pocas veces se habían acostado. Solo la extrañaba, quería pasar su mano por su cabello y hacerle cosquillas, quería frotar sus narices y descansar en su hombro un rato.

— Mira lo que me haces, tonta.- murmuró frotándose la frente, decidió hecharse a dormir pero primero se puso a revisar la habitación en busca de algo útil.

Y vaya sorpresa, no tardó ni medio minuto rebuscando en el armario cuando encontró una libreta arrugada. Estaba hecha mierda, pero aún así Lucia la tomó y se acercó a la ventana para examinarla.

Estaba llena de números de teléfono y coordenadas. Había direcciones de todas partes del mundo y millones de páginas web en ellas. Frunció el ceño al reconocer la letra.

— Diablos, bebé. - murmuró pasando las hojas. Eso era de su novia.

Algo le llamó la atención, una de las páginas tenía un número de teléfono anotando, y debajo se leía Residencia de Discapacitados de Seúl.  Todo estaba resaltado con marcador rojo, con una nota al pie de la hoja que decía 'Recuerda llamar todos los 12 de Octubre ¡!'.

La morena soltó un silbido de sorpresa mientras sacaba su móvil y marcaba aquel número.

Buenas tardes, se comunica con la Residencia de Discapacitados de Seúl ¿Cómo puedo ayudarle? .- atendió una voz femenina.

— Hola... Hum, buenas tardes, quisiera pedir información sobre uno de sus, hum... ¿Pacientes? .- habló algo dudosa.

Por supuesto ¿A quien busca?

— Yo... Eh, no estoy segura, verá, mi novia dejó este número y dice que debo llamar el doce de Octubre. - explicó. La secretaria tardó en contestar.

Muy bien, lo siento jóven, no podemos pasar información privada por teléfono, espero que lo entienda.

— Oh. - murmuró con desilución —. E-esta bien, gracias, de todas maneras...

Espero tenga un buen día.

— Alto, espere ¿Podría pasarme la dirección de la residencia? ¿Si voy tal vez puedan ayudarme? .- preguntó con un poco de esperanza.

Claro ¿Tiene un bolígrafo a mano?

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Chico, chica, chico. - la voz de Edric por el teléfono hizo que Boscha se replanteara la idea de cortar la llamada ahí mismo.

— ¡Estaba oyendo Britney Spears! .- se quejó.

¿Eso no es música de tu abuela?

— Muérete. - murmuró. King subió el volúmen de la llamada.

— ¿Qué pasa, Ed-B?

El informante me acaba de mandar una triangulación, es en una estación de servicio en la estatal. - dijo el chico del otro lado del teléfono —. Y… Creo que es Adelfa.

— ¿Por qué crees eso? .- soltó Boscha.

Bueno... Dice Casi Bruja.

— Es ella. - confirmó Boscha  —. Hay que ir.

— No, de ninguna manera irás tú, si Adelfa te vé o se entera de que estás aquí se va a volver loca.- negó el estratega mientras conducía.

Boscha quiso contradecirlo, en serio quiso, pero muy en el fondo, sabía que en cuanto Willow la viera iba a ir directo a golpearle la cara.

— Bien.

¿Qué hago entonces? Le mando un mensaje en plan 'Gracias pero paso' o...

— Iré yo, Edric sólo yo. - interrumpió King y cortó la llamada.

— ¿Y yo qué hago? .- se quejó Boscha.

— No lo sé, Boscha, no tengo ni puta idea, joder ¡Estoy hasta la nariz de tanta tensión! .- gruñó tocando la bocina con rabia —. No duermo hace más de cuarenta y ocho horas, muero de sed, y encima tengo que soportarte a tí cada condenado segundo ¡Solo cierra la maldita boca!

Golpeó el volante con más fuerza de lo debido y se detuvo en el semáforo, Boscha lo miró en silencio.

— ¡¿Y porqué mierda está Skara en todo esto?! ¡Maldita sea! .- gritó un poco mas —. ¡Mierda!

Boscha notó que respiraba con agitación, comprendió entonces que King estaba teniendo un ataque de ansiedad. O un ataque de ira. El recuerdo lejano de aquella vez en la que empujó a ambas fuera de un camión en movimiento salió a flote.

— O-okey, mejor si estacionaa el auto... - intentó calmarlo, a lo cuál King pegó un volantazo y se metió en la banquina.

Ni siquiera apagó el motor y salió cerrando de un portazo, Boscha lo observó caminar hasta un arbusto y patearlo con ganas hasta dejarlo hecho una pila de ramas. Lo miró hacerle lo mismo a tres plantas más.

Si Willow estubiera aquí, seguro que le hubiera dedicado un par de unsultos por volver añicos a esas pobres plantas.

La pelirosa rió por ese pensamiento.

King volvió hasta el auto y se sentó sobre el capó.

— No estoy funcionando, ni siquiera puedo pensar con claridad. - se quejó con impotencia.

— Pequeño King ¿Sabes qué? Tómate una siesta, son horas hasta la ruta estatal, ponte cómodo en los asientos traseros, yo conduzco. - sugirió bajando del auto.

— No puedo dormir con el estómago vacío. - se quejó como si fuera un niño.

— Yo puedo solucionar eso, por aquí cerca debe haber una estación de servicio, compraré unos sándwiches ahí. - dijo palmeandole el hombro —. Andando, no tienes porqué preocuparte, todo se resolverá.

El chico asintió sin mucho ánimo, se metió en la pare trasera del auto y se acomodó lo mejor que pudo para intentar dormir. Era difícil, le hubiera gustado que Skara estuviera ahí, leyendole con mal acento La Sirenita.

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Nuevo Plan || TOH AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora