20. Delatado por un saquito de té

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Willow tenía más ganas de saltar por la terraza con cada palabra que salía de la boca de la coronela Lilith.

— Los rastreamos hasta Washington D.C. ... - iba diciendo.

Rastreadores.

Las memorias tenían rastreadores.

Iban a ir a matar a los informantes, en otras palabras, iban a ir a matar a King.

Skara estaba igual, la única que parecía estar de ánimo era Confirmación.

— A ver, tenemos que atrapar a el tipo este... Uh... Adegast ¿No? .- preguntó Ammy.

— Si.

Adelfa quería golpearse la cabeza contra la pared hasta quedar inconsciente ¡¿Por qué tenía tanta mala suerte?!

Quería largarse a llorar.

— Podemos hacer una pausa, por favor, solo quiero dormir un rato... - pidió en cierto momento.

Skara y Confirmación la fulminaron con la mirada.

— A ver, Washington D.C., entramos, tomamos al tal Adegast, matamos a los demás, y entonces...

— Entonces la misión termina. - soltó McPerra. Las tres la miraron con los ojos muy abiertos.

— ¿Sin mas?

— Sin mas.

Las tres mercenarias se miraron entre si, como si quisieran comprobar que habían oído bien.

— ¿Cuándo salimos?

Lilith sonrió, las miró a las tres con una sonrisa.

— Ahora mismo.

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— Jerbo, hacen falta vegetales, iré a la feria ¿Quieres venir? .- Edric puso la mano en el pomo de la puerta, mirando a su novio con una sonrisa desestresada.

— Hum... Lo siento, amor, debo terminar este rastreo. - dijo mirándolo por sobre la pantalla —. ¿Puedes comprar avellanas de paso?

El peliverde asintió, ocultando su mueca de desilusión detrás de otra sonrisa. Jerbo oyó la puerta cerrarse y automáticamente estampó sus manos sobre el teclado.

— ¡Demonios! .- exclamó con frustración.

Necesitaba una salida, no podía simplemente enviar a todos a matar a King ¡El era su amigo!

Se levantó para hacerse un té, le dió un sorbo y se dió cuenta de que sabía del asco.

Ni siquiera me gusta el té

— Ugh... - tiró el té por la pileta del lavabo. Oyó algo pesado caer y descubrió con desesperanza que había hechado a la rejilla el saquito del té —. UGH!

Con resignación metió la mano por la rejilla, pero era inútil ya que el saquito de té quedó atascado demasiado abajo del caño.

— ¡Uhgggg....! .- gruñó con el humor por el suelo. Ahora tendría que abrir la tubería para sacar el saquito de té antes de que todo el lavabo se inundara.

Abrió la cajonera debajo de la cocina y se puso de cuclillas para ver el caño. Una bolsa de consorcio estaba apretujada detrás de este. El castaño la tomó con el ceño fruncido.

No recuerdo haber puesto esto aquí…

Abrió la bolsa con un mal presentimiento, nadie jamás había entrado ahí sin que ellos le vieran, por lo que el único capaz de haber dejado esa bolsa ahí era Edric.

Dentro había papeles, no había duda de que esa bolsa era de su novio. Estaba por cerrarla cuando leyó el título de una carpeta de papel marrón.

Lilith MClean.

Estaba a punto de decirse a si mismo que eso no debía ser de su incumbencia pero ya se encontraba leyendo los informes y las anotaciones al márgen con el lapicero verde de Edric que estaban hechas por todos lados.

"Traición"

"Infiltrados"

"Hermanastras"

"Venganza"

Jerbo estaba sentado en el sofá, procesando todo eso. De repente, una horrible idea se apareció en su mente, corrió hacia su cumputador y tecleo un mensaje rápido.

"¿Quien eres?"

Pulsó shift y el mensaje se envió al informante anónimo, el mismo que le había enviado la grabación de Lucia, el mismo que trabajaba para King.

Detrás de su esplada oyó un pitido, la computadora se prendió con la notificación de un mensaje.

"¿Quien eres?"

El chico se cubrió la boca, ocultando un espasmo de horror. Todo este tiempo había estado persiguiendo y rastreando a la persona que estaba sentada a medio metro suyo.

Todo este tiempo, había estado persiguiendo a Edric.

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>:D

Nuevo Plan || TOH AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora